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sábado, 16 de marzo de 2019

Difícil de comprender

Sin proponerlo algunas veces somos participes de actos, sucesos, eventos que marcan nuestra vida por lo fuerte de su contenido, por lo difícil que resulta comprender como es que suceden ciertas cosas, como es que existen personas que viven experiencias que a la mayoría nos parecerían fuera de lo normal, que algunas son imposible de imaginar en toda su forma y contenido, en la tragedia, el dolor, la impotencia ante lo que parece injusto, aquello que no podemos cambiar con nuestro esfuerzo, con luchar o mediante los mecanismos que la sociedad ofrece, ni con los que la ciencia a descubierto. Es entonces cuando nos sentimos indignados, cuando nuestra impotencia se transforma en cólera, en reclamo sin respuesta en la reprimida agresividad que tanto daño nos causa internamente exponiendo algunas veces nuestros peores defectos o conduciéndonos a un amargo destino donde cualquier adicción es la manera de eludir la realidad e incluso se llega al suicido. 

   Pero existen personas que nos demuestran que aun en las peores circunstancias son capaces de reinventar una forma de vida que les dignifica y les convierte en super humanos, en seres que se elevan por sobre cualquier trágico suceso, convirtiendo sus propias afecciones en un símbolo de fuerza, de coraje para realizar cosas que nos dejan asombrados, demostrando que se pueden superar las peores condiciones cuando se tiene la determinación de hacerlo. 

  Todo lo anterior me ha venido a la mente porque en el parque encontré el día de ayer a una mujer con su hija de diez años que padece de un daño cerebral causado por un accidente, fue atropellada cuando tenia ocho años por un conductor ebrio que se dio a la fuga y jamas fue localizado, pero no solo era el tener que atender a una hija en ese estado durante toda su vida lo que le hacia ser fuerte y resistir con valentía y determinación su destino, sino que ella misma padece de epilepsia, la cual se manifestó por primera vez cuando ya estaba casada y con un hijo.  

   La primera vez que me paso estaba caminando por la calle rumbo al mercado, cuando reaccione sentí pena y muchas cosas mas al verme rodeada de gente, tirada en la banqueta con mi vestido levantado y mi pelo lleno de tierra, es algo que no se puede explicar, no tiene sentido lo que esta pasando, no se entiende de momento que ha pasado, como es que esta uno ahí, es como una pesadilla que se va haciendo mas terrible conforme se va tomando consciencia de lo que significa, el comprender que se ha sufrido una convulsión y se ha perdido el sentido y que eso se puede repetir  si que lo pueda uno predecir o evitar, entonces el temor es tan grande como la desesperación o el coraje, la pena de saber que ya no es uno dueño de su consciente, que en cualquier momento me pudiera suceder nuevamente y lo que eso significaba para mi vida y la de mi familia. Te sientes tan desamparada y al primero que reclamas es a Dios, preguntas ¿por qué ?  sin obtener respuestas.
  Después vienen las revisiones medicas, los hospitales, medicinas, gastos que van minando la economía de la familia, al mismo tiempo que te vas deprimiendo y sientes toda clase de sentimientos y emociones revolviéndoselo en tu interior mientras examinas lo que ha sucedido y lo que ha de suceder si no encuentran como aliviarte, lo cual vez con mucho escepticismo, porque notas en los comentarios de los doctores y en las miradas de tu seres queridos la duda, el desconsuelo, la impotencia.  Es muy duro saber que tendrás que vivir con un padecimiento de ese tipo y aunque no lo crea, lo que me ayudo a superarlo fue el accidente de mi hija, porque entonces vi que tenia que luchar con el triple de esfuerzo para cuidarla, para atender a un ser que ha sido afectada desde su infancia, que tiene muy pocas posibilidades de recuperar sus facultades mentales, aun con los avances de la medicina, de las ciencias, no puedo ser muy optimista al respecto, tengo que ser yo la que ha de estar a su lado y sufrir con ella este calvario que se ha impuesto por el destino, he dejado de reclamar a Dios, no creo que tenga nada en mi contra ni que sea artífice de cosas tan amargas, son accidentes que suceden, como cualquier otro, a miles de formas de perder no solo una parte de nuestra estructura mental o física, sino de nuestros elementos espirituales, de nuestra alma y eso ha sido parte de la vida del hombre en este mundo. Se que me ha tocado vivir algo diferente, tengo que sobrellevar una carga pesada, pero no he de darme por vencida mientras tenga que cuidar de esta tesoro de hija que ha de estar supeditada a mi por siempre, la verdad no es tan difícil como parece, a todo se acostumbra uno, incluso al dolor, a tener que vivir con muchas diferencias con respecto a la mayoría de las personas, pero es algo que , al no poderse remediar, se convierte en un elemento incomodo simplemente, como puede ser para los que andan en sillas de ruedas o son ciegos, sordo mudos, algo que impone ser y hacer las cosas de distinta manera, tal vez eso nos lleva a ser conscientes de lo maravilloso que es la vida, a comprender que cuando uno esta vivo y puede gozar del amor de quienes nos rodean, de experimentar emociones y sentimientos, de convivir en eventos, de compartir tantas cosas en el mundo, incluso al ver lo que otros pueden hacer y  uno esta imposibilitado, es como ser un espectador invitado, sabes que no has de actuar en muchas cosas, pero estas aquí y eres participe de otra forma, eres tal vez el que aplaude o el que califica, el critico, tienes el privilegio de presenciar la actuación de millones de seres, los eventos y acontecimientos que a cada momento se dan en el mundo y eso me hace sentir que la vida tiene sentido. 

Cuando me aleje de esa mujer no pude menos que admirarla, era tan frágil en apariencia y tan fuerte en sus convicciones en su forma de enfrentar la vida que me sentí incomodo conmigo mismo, tal vez porque comprendí en ese instante lo afortunado que era de tener todo para sentirme bien y sin embargo muchas veces me he quejado por cosas que no tienen mayor importancia, en cambio hay millones de personas que, como esta mujer, viven con grandes limitaciones, padecimientos terribles y encuentran la forma de gozar, compartir, amar.