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miércoles, 26 de junio de 2024

Por si muero sin avisar

 Difícil es decir adiós aún cuando sabemos que es lo natural, la vida tiene un final que sabemos puede ocurrir en cualquier momento, los que tienen la posibilidad de avisar la posible partida estando desahuciados por una grave enfermedad, dan la oportunidad de despedirlos y hacerles saber lo mucho que han significado su presencia, su cariño, las enseñanzas o buenos momentos compartidos, que esperamos verlos en el otro mundo. Aunque esto último lo hacemos con los dedos cruzados pensando “que no sea pronto”

Por si yo muero sin avisar, qué hay muchas probabilidades que así suceda por vivir solo, quiero despedirme por escrito dejando un montón de tonterías en forma de texto para que no se aburran en el velorio si asisten , o para que mediten en los momentos de ocio cuando no tengan algo mejor que hacer.

Por eso escribo cuando me siento con ganas de hacerlo, sin complicarme el pensamiento buscando inspiración o el tema , simplemente como si estuviera platicando contigo y estuvieses dispuesto a escucharme.

Hablemos de lo que me parece importante en este momento cuando ha salido de cautiverio un hombre inocente de nombre Julián, no lo conozco en persona pero dicen que se metió a difundir verdaderas atrocidades e intrigas de los señores del poder y la riqueza, eso sí es cosa seria, ni cómo escapar a la venganza de semejantes ejemplares de la maldad, la violencia y la muerte, dejarlo vivir fue solo una forma de mostrar cuán sádicamente se puede ejecutar un castigo, confinando durante años a ser prisionero en una celda de tres por dos metros, para que sintiera en el pasar de los minutos algo que no se puede describir, porque es ponerse en el umbral de la locura, en la puerta del infierno y ver en el mundo interno las formas de tortura más refinadas, con demonios que en silencio absoluto hacen su labor carcomiendo cada parte del cerebro, obligándole a ver los profundos y oscuros pasillos por donde transita la soledad, se van diluyendo los recuerdos, las ilusiones, emociones, ideas.

Abra sale y se le ve como un héroe, un paladín de la libertad de expresión que pudo resistir la dura experiencia, apoyado únicamente en la esperanza de que los millones de hombres y mujeres que exigían su liberación lograran acabar con la injusta condena.

Sin duda se merece honores, reconocimientos y apoyo para reincorporarse a la vida en libertad, pero lo que me sorprende es el grado de adaptación que puede darse en situaciones tan extremas, porque es motivo de estudio para científicos que se empeñan en comprender hasta qué punto se puede llegar para destruir esa capacidad, donde el instinto de conservación, de supervivencia se mantiene en un estado de hibernación hasta encontrar la salida, el letargo inicia sin apenas notarlo, el cerebro sigue funcionando como en un sueño que se va prolongando según es requerido, hay momentos en que se alimenta o hace ejercicio físico y mental, pero esta fuera de los parámetros normales, se adapta a las condiciones apenas sufriendo daño, los demonios de la demencia se mantienen fuera de esa burbuja protectora.

Lo sé porque lo he vivido, lo entiendo porque he comprobado que tenemos un extra de energía que anima funciones de emergencia, nos da la posibilidad de resistir más de lo que pudiéramos imaginar y encontrar alternativas que nunca se nos hubieran ocurrido llevando una existencia en sociedad. La soledad y el aislamiento produce una especie de meditación profunda , el tiempo espacio se transforma, parece detenerse, el organismo funciona con el mínimo desgaste, las funciones se alteran en función de lo que se requiere para seguir vivo, pero sin entrar en mayor intensidad mental o física, tal vez como un recuerdo genético en la evolución de nuestra especie. Quiero decir que, si pasamos por las distintas etapas de pez, reptil, mamífero, cualquiera que sea su orden , quedan en nuestro historial archivados los distintos formatos de supervivencia y surgen cuando es necesario.

Pero volviendo a mi despedida, solo quiero decir que fue un placer compartir con seres maravillosos este mundo, que los llevaré en mi corazón y que les dejo un montón de mis escritos para que se entretengan, algunos serán divertidos, otros para reflexionar, para conocer mis aventuras y desventuras, la imaginación que me dio momentos de placer, los amores y disoluciones, pero siempre con el ánimo de gozar la fiesta de la vida , de lo cual doy gracias a Dios, y de verdad sería muy agradable encontrarlos nuevamente y ver las cosas desde el ángulo distinto que puede mostrar las respuestas a preguntas que no podemos ahora contestar, adema de conocer la verdad de lo que supusimos, reírnos de los equivocados juicios y de las muchas locuras que se nos han ocurrido por el camino.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 


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