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jueves, 6 de junio de 2024

Ideas y pensamientos

 Para no entrar en conflictos internos donde los pensamientos se luchan por ser primeros en invadir la consciencia, convertirse en expresiones que convengan a la propia supervivencia, dejó en libertad al inconsciente para divulgar sus secretos o los recuerdos que dificultan sus procesos, que intervienen directamente en lo que soy, siento, proyecto en el diario accionar de un cuerpo que intenta adaptarse al entorno, logrando solo un poco de comprensión, de interpretación de lo vivido.

La afirmación de vivir se fundamenta en sentir, en actuar, sufrir o gozar, amar en el mejor de los casos, siendo escasos los motivos y muchos los intentos fallidos por alcanzar sus mágicos influjos por no haber aprendido con ejemplos claros como se cultivan los grandes sentimientos.

La soledad en medio de multitudes es normal en quienes, como yo, no saben entablar una conversación o iniciar la relación que implica mutuo apoyo, el deseo de compartir el tiempo con sus distintas aristas donde el juego, la fiesta, el duelo o la juerga se combinan con trabajo, tareas diversas, una que otra aventura y la burla por los errores o la felicitación por el acierto, sin que ello afecte el el sincero deseo de sentirse unido a un ser o varios a los que denomínalos amigos.

La crítica más dura es la que hago a mi mismo, conociendo mis fallos, mis defectos, los atributos no utilizados, la obstinada inclinación a ir contra corriente sabedor de las consecuencias, aceptar los castigos, la indiferencia o el aislado retiro simplemente porque soy diferente, porque  tengo motivos encontrados en las reflexiones, en la observación y comprobación de qué hay demasiada gente que cree saber lo que no entiende y es un fastidio observar cuán indiferente les son los grandes eventos donde miles de muertos y millones de seres se debaten en miserables caudales de hipócritas manifestaciones, en bestiales ambiciones que les roban sus sueños , sus ideales.

Ayer como hoy me digo a mi mismo que tengo que aprovechar la oportunidad que se me ha otorgado para venir a este mundo, que debo gozar al máximo sus maravillosas manifestaciones, su belleza, las múltiples oportunidades de conocer sus encantos en personas y lugares, sentir intensamente las manifestaciones de arte y cultura, empaparme en las pasiones por aquello que de verdad se convierte en bella literatura, más sin embargo en la oscuridad y el misterio me entretengo sin atender el brillante objeto de mi espíritu.

Del dulce vino no apetezca mi alma acostumbrada a lo amargo, encontrando en su sabor el motivo y esplendor para encender la flama de la rebeldía que entre las sombras me guía en busca del saber, de conocimiento que me haga comprender la razón del existir y de la muerte, de la vida que se vierte en un punto del espacio sin más compañía que la presencia fría de cósmicos elementos viajando sin descanso.

Una pausa en el camino, un descanso al pensamiento, la armonía en el silencio, el furtivo tiempo que se escapa entre las sombras de lo desconocido, en espacios infinitos, en dimensiones sólo imaginadas, intuidas o calculadas en fórmulas matemáticas en visiones metafísicas, como pasatiempo intelectuales y científicos , algunas veces de poetas,  dejando estelas de soñadas aventuras en mi espíritu.

Sabedor de mi ignorancia me opongo a lo impuesto como verdades, a los ideales ajenos , a las creencias en divinidades con atributos humanos, al concierto de estupideces que en todos los tiempos y espacios han esparcido hombres que aseveran tener la verdad absoluta en sus manos, el clamor de su seguidores causa mi indignación y angustia, son capaces de repetir las mismas atrocidades mil veces y no ver o no importarles las consecuencias.

En la soledad y el silencio realizó abstracciones, un compendio de experiencias, un calidoscopio de sensaciones, armando un rompecabezas imposible porque siempre faltan piezas para terminarlo .

Cambio de sentimiento, de sensaciones a cada momento, entusiasmado sostengo que sigo vivo en un cosmos desconocido en gran parte y sin embargo, con lo que que alcanzó a comprender me vasta para seguir adelante con la firme fe de un caminante que ha de encontrar la razón de su viaje, los tesoros del saber, del amor y el resplandor del espíritu que anima la existencia de cuanto existe, de otra forma no continuará en la búsqueda de mi propio yo entre las montañas de apariencias, en los bosques de creencias sin sustento, en los pensamientos que vagan desde confines oscuros a la luz de mi conciencia sin saber por seguro su origen, su procedencia.

Hay mucho de mágico y divino en lo que soy y siento, en cada minuto, en el entorno que se trasforma y presenta nuevos episodios, gente diferente cruzando en mi camino con sonrisas y tristezas, con sus voces pregonando un romance iniciado, un frustrado intento por conseguir el triunfo, el cansancio acumulado en el diario trabajo, la ilusión de tener un hijo, la adquisición de su casa, el viaje al extranjero un deceso dolorido, una fiesta en el vecindario y recorriendo el calendario un recuento de los proyectos terminados o el próximo pedido de sus productos , miles, millones de diferentes manifestaciones, voces de distinto tono de hombres, mujeres, niños, viejos, con andar diferente con rostro humano que a pesar de tener los mismos elementos son distintos, presentando un complejo y variado escaparate de expresiones que me sorprende al punto de poder observarlos con admiración, con deleite, gozando de sus gestos, de las constantes pasiones que les impulsan a cometer toda clase de actos, algunos espectaculares, otros vulgares imitaciones, múltiples intenciones de ser mejores, o cayendo en errores que les causan trágicas situaciones; así , sin mucho moverme puedo viajar por los reflejos del universo de personas con sus penas y glorias, con el cambiante escenario en un espectáculo donde todos somos espectadores, actores, actrices con todos los matices de la tragicomedia de la vida, mientras soñamos, discutimos, amamos, pensando que somos humanos, aún cuando las evidencias demuestran lo contrario si nos ajustamos a la definición del diccionario .

Entre todos esos detalles de la existencia de los hombres y de cuanto existe en el universo me inquieta la idea de Dios con sus distintas versiones en cada religión, con sus millones de creyentes que no respetan sus mismas doctrinas traídas de la historia y repetidas sin descanso en los templos dedicados a la oración, a reflexiones que se diluyen en la competencia diaria, en las pasiones, en las adicciones, el violento enfrentamiento para obtener poder, riqueza, en la miseria de pueblos enteros, en la opulencia de élites sin consciencia que absorben los bienes pisando sobre millones de mortales esclavos en trabajos que no satisfacen sus ilusiones y los condenan a morir frustrados, mientras me precinto, donde esta Dios?   Concluyendo que está en nosotros, que somos artífices de sus dones y bendiciones, de su creación colaboradores, parte de todo lo existente integrado en un inmenso y complejo proceso de transformación constante donde todo es posible por la combinación de elementos que hemos ido descubriendo son parte inherente de cada objeto, de donde se desprende que desde la más elemental partícula, a la más inmensa galaxia, al universo en su total composición existe una relación indivisible, una proyección en el tiempo donde vida y muerte son parte de la transformación que garantiza el renovar los distintos objetos del conjunto, sin atender a detalles insignificantes o particulares. De otra forma estaríamos aislados en un cosmos inmenso que nos aplastaría con su dimensión y manifestaciones, pero he ahí lo mágico, lo increíble del hombre, que en el pequeño espacio de su mente puede contener el conocimiento de ese universo y crear cósmicas representaciones que sobrepasan o compiten dignamente con lo conocido y busca descifrar lo ignorado.

De los temores nace la idea del diablo, a quien se culpa de fatales errores, crueles acciones, catástrofes o cualquier cosa que resulte deshonrosa dejando de lado la responsabilidad que siempre se elude cuando el peso de la culpa es enorme , de ese modo no hay mayores faltas que nos afecten, tenemos la excusa perfecta “el demonio me empujo”  “Satanás es el culpable” además infunde miedo en los niños cuando se desea corregirlos, diciendo que el maligno los puede cargar y llevarlos a los infiernos para castigarlos, mala idea sin duda poner en la mente la semilla de la mentira permanente que se convierte en costumbre, en el sujeto adecuado para esconderse de aquello que consideramos pecado. Eludir la responsabilidad es otra de las habilidades para no enfrentar los hechos, el juicio, el castigo y es bien sabido que los que estudian leyes lo hacen con el objetivo de encontrar las formas y contenido que permitan torcer la verdad cuando el cliente paga con propiedad y generosamente los servicios, siendo hoy motivo de polémica y discusiones en torno a la forma y sentido que tienen las leyes en manos de individuos que lucran con su aplicación considerando como principal objetivo obtener más riqueza, prestigio a costa de engañar o comprar jurados y jueces, pero al final queda el recurso de argumentar la demencia y el empeño del maligno que se apodera de los criminales, principal argumento en tribunales religiosos. 

Nuestra capacidad inventiva se ajusta según el momento, las circunstancias, los motivos, deseos o competencia, sobrando ideas cuando se trata de satisfacer un deseo, cumplir un capricho, vencer un obstáculo, alcanzar objetivos o destruir a quien consideramos rivales o peligrosos enemigos sean reales o imaginarios, que de ello hay muchas pruebas en la historia del hombre por todo el mundo.

Ni dudar que existe el impulso maligno cuando hacemos lo incorrecto y de ello no es raro que resulten consecuencias graves, el infierno que imaginamos se convierte en una realidad con sus ardientes culpas que llevaremos cargando a lo largo de la vida y del diablo nos acordaremos cuando miremos al espejo nuestra imagen siempre que aún exista un sentir humano, un espíritu que aspira a lo bueno.

Transitando entre los deseos, los sueños y realidades, seguimos nuestros caminos, cada uno en su propio rol dentro del gran escenario donde la transformación impone ajustes necesarios, adaptación a los improvistos a fenómenos naturales, a los altibajos de la economía, las ambiciones políticas, los  conflictos de todo tipo, el impulso diario por la supervivencia, instintos que se mezclan con razonados pensamientos dando resultados inesperados que muchas veces son motivo de esperanza renovada o de un fatal desenlace.

Seguimos adelante, no importa cuán difícil sea el camino, somos perseverantes, imparables seres enfrentando unidos nuestro destino, en particulares aportes que en conjunto forman el gran tejido de hombres y mujeres viviendo, compartiendo, sufriendo o disfrutando en nuestros aciertos y errores sin temor al futuro.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 


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