Lo primero en la agenda es orar, hacer el propósito firme de no meterme en problemas, no molestar de ninguna manera al prójimo, esto es muy difícil dado que cualquier acto o palabra se puede mal interpretar, pero intentaré ser lo más claro posible o no entrar en contacto innecesario con quiene resulten complicados en su comportamiento, que ya comprendo son demasiados ahora que se les infunde el miedo, se los programa la desconfianza, la competencia y obtener ganancia a toda costa.
Tengo que dejar mi cama arreglada, mi habitación en orden, tomar el baño diario, preparar mi desayuno, ligero pero nutritivo para tener bien el organismo y el cerebro listo para entrar en acción, cualquiera que sean los sucesos y se presenten las situaciones, resolver oportuna y acertadamente , lo cual no significa como quisiera, porque es complejo dar gusto a todas las partes involucradas, las relaciones humanas están sujetas a conveniencias personales , de ahí que cada participante en cualquier negociación o evento desea que prevalezca su opinión, basada en ese principio convencional que se tiene que abordar con sumo cuidado según decía don Gaspar el señor de la tienda de la esquina, ya falleció, pero se me quedó en la memoria algunas de sus ideas y principios para lidiar con esos pequeños conflictos que suceden con frecuencia cuando se trata de imponer criterio simplemente por lo que denominamos auto estima, ego o “aquí sino gano, tampoco pierdo”
Para don Gaspar pudo ser cosa divertida todos los días tener en su tienda esos encuentros entre egos de distinto tipo, lidiar con señoras que por un simple rumor discutían, alegar por el aumento de los precios, la rutina diaria, los celos, la nueva vecina con sus chiquillos latosos, de lo cual me toco un poco porque mis hermanos y yo fuimos objeto de esas que se me resbalaron por la mente hasta quedar en simples comentarios donde me quedo muy claro que éramos, como todos, diferentes, de los cual se desprendía la necesidad de ser tolerantes, adaptarse a las nuevas condiciones y dejar que el tiempo y las evidencias por acciones convirtieran en halagos los que en principio fueron ofensas, lo cual sucedió con frecuencia afortunadamente, porque éramos niños con buena educación , serviciales, con elementos culturales por encima de los de nuestra edad, gracia a mi madre, siempre leyéndonos libros que aumentarán nuestro conocimiento, comentando de sensata manera los sucesos importantes, dejando en claro que no había que calificar a priori sin conocer a fondo los hechos, tal ves en eso influyó el que le gustara leer novelas de misterio.
Cierto que la lectura nos abrió un panorama distinto a la realidad en que vivimos esos tiempos de carencias en los que aprendimos ha jugar mentalmente con la adversidad, darle un toque de humorismo a la pobreza, al infortunio, a la adversidad que de pronto se presenta como un acertijo que se tiene que descifrar para llegar al siguiente nivel en en la vida, un reto que hace interesante cada día, obligando a realizar un esfuerzo mayor, a no dejarse vencer por ese enemigo invisible que desea hundirnos en el fango. De esa forma logramos los objetivos, alcanzamos nuestros sueños, hoy a lo lejos vemos esos tiempos como la mejores batallas en que triunfamos y nos graduamos como hombres honestos, con valores y convicciones a toda prueba, lo cual nos llena de orgullo.
En mi caso seguí con los juegos o ejercicios mentales que me ayudan a vivir de acuerdo a mis propios ideales, donde puedo hacer lo que deseo, transformar , crear, eludir, desaparecer, personajes, escenarios, eventos, donde soy actor y director de cada obra. Una forma de vivir entre la realidad y la ficción, que me otorga la ocasión de pasar mi tiempo de ocio entretenido en sacar del inconsciente las reprimidas emociones, los sentimientos amargos y convertirlos en los mejores momentos por la magia de la interpretación diferente, dando a cada elemento un sígnica do distinto, adornando con bellos detalles aquello que fue horripilante, dejando que la música alegre envuelva y apague los insultos, la danza de los sueños diluya el coraje, las humillaciones se pierdan en un océano de caricias brindadas por seres de luz brillante. Mi mente conforma universos nuevos con sus galaxias de amor y ternura, con el dulce sabor de un poema cósmico , la danza de estrellas que entre nubes de colores visten a las damas y señores del amanecer y la noche.
Mi jornada no termina cuando duermo, porque en los sueños continuo las historias, configuro argumentos, modifico, nuevas versiones se presentan y los personajes se adaptan con talento excepcional, actuando como nunca antes lo hicieron, en tridimensional presentación se exhiben mientras descanso.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
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