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jueves, 5 de septiembre de 2024

Las palabras

 Como gotas de lluvia las letras de un abecedario heredado por el padre de la inspiración, las palabras forman nubes de pensamientos que caen en el océano de lo trasmitido por todas las generaciones. Algunas veces forman arroyos recorriendo extensos campos donde crecen flores , riegan huertos de distintos frutos, forman lagos donde las bellas doncellas se bañan dejando acariciar sus cuerpos y su espíritu tocado con el mágico destello de la poesía inspirada en su hermosura, en recompensa ofrecen sin reserva sus tesoros , dejan sus misteriosos secretos conocer y añaden al torrente de los versos sus propios pensamientos.

 Un río se forma de distintos afluentes, en cascadas se convierte en novela, en relatos maravillosos, que muchos recogen para sus propios acervos en interpretaciones que irán cambiando con el tiempo.

De regreso al océano se repite el proceso, se evaporan en el silencio las palabras, se convierten en nubes que más tarde caerán como lluvia, como tormentas en otros sitios, afectando trasformando el paisaje humano, imprimiendo conceptos con características diversas, algunas son verdaderas joyas en el arte, la ciencia, la siempre apreciada literatura que en libros guarda aquello que se escribió en días y noches en espacios y tiempos marcados con fechas, tan solo por tener una referencia de lo nuevo y lo antiguo.

Hay quien pretende nadar en las aguas turbulentas de los ríos del saber, quienes lo hacen en el océano o en los cenotes sagrados dándose un toque de cultura, una investidura de sabios, para comprender que es inútil tratar de entender los grandes misterios del universo donde las palabras son una pretensión de expresar la verdad sin conseguirlo, su ambigüedad es siempre causa de interpretaciones equivocadas , discusiones, estudios profundos que no han determinado el profundo inicio de la vida.

 Solo los espíritus callados en sus silenciosos retiros se imponen la tarea de no expresar nada, dejar que la lluvia de símbolos escritos se evapore en sus propios impulsos para dejar el espacio libre al espíritu que ha de encontrar las formas de no ser, dejar de cuestionar y pregonar aquello que no ha conseguido dar al hombre La Paz y la felicidad.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 

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