En el umbral del fin

 Cuando observo los avances en tecnología y ciencia mientras se acumulan las notas sobre los daños al medio ambiente y la gente se adapta a los diseños impuestos en sociedades donde se pierde la identidad, la soledad se vive en medio de multitudes cada uno en sus quehaceres, en sus tareas monótonas, repetidas durante años siguiendo patrones que no alimentan el gozo de vivir, por el contrario, condenan a las personas a una existencia en la que desesperadamente se busca la forma de escapar ,encontrando las ventanas falsas los sueños frustrados el amargo sabor del vino fermentado en barricas de violencia y miseria, degradación de la tierra por el desgaste irracional mientras se busca en la inteligencia artificial respuestas , en los experimentos neuronales una forma de cambiar aquello que enferma, lo que produce el comportamiento anormal sin percatarse del daño que esto provoca al perder la visión de lo que se ha tenido durante el tiempo transcurrido desde la aparición del hombre en este planeta, la terrible forma de gastar los recursos sin medir las consecuencias, el comportamiento basado en la competencia, el egocentrismo , el placer y la ignorancia que se traduce en temor y locura.  

En el umbral del fin existimos desde el momento mentó que nacemos incluso cuando pretendemos ignorarlo nos presenta a cada momento las evidencias que en el dolor ágono lleva impresa la advertencia de estar en el mismo proceso donde todo se transforma y el tiempo no es posible detener. De ese modo somos conscientes de un destino ineludible, pero nos resistimos a aceptarlo, decidimos enfrentar con nuestras limitadas capacidades lo imposible, hacemos todo aquello pueda garantizar que nuestra huella quedará gravada eternamente y las obras consideradas grandiosas se muestran por el planeta para recordar a quienes las planearon, las hicieron en el vano intento de ser algo más que un hombre o mujer que se perdieron en el tiempo, solo esta su nombre que sígnica el haber existido en un tiempo y espacio que ya no  existe, en una dimensión distinta a la que en este instante tenemos y que ya se pierde en el siguiente sin pausa alguna para medir su alcance, su ínfima extensión que se acumula perdiéndose en la inmensidad de un tiempo indefinido para el hombre, incomprensible en su existir como lo es el espacio del universo con sus millones de galaxias,  estrellas, planetas existentes sin que loas pueda alcanzar, como una realidad virtual que en la mente tiene una representación sin sentido, solo un divertido juego , una ilusión que alimenta la idea de pertenecer a una infinita conglomeración de elementos de lo cual desprendo mi propio universo interno en el cual soy creador y modificador, donde los conceptos se ajustan a mi voluntad para conformar nuevos cosmos de ideas sin límite de espacio tiempo, sin la restricción ajena, volando en brillantes chispas de luz, navegando en las sombras de la noche, expresándose en el silencio de un texto que no tiene destinarlo ni el contenido exacto por ser sujeto de un idioma en donde las palabras no expresan con precisión la idea, se pierden los detalles importantes por las interpretaciones variantes de acuerdo a quienes pudiera leerlo, la complicación es sencilla cuando cada sujeto tiene sus propias formas de percibir el externo ambiente y su personal manera de interpretación al fusionar lo que su mente guarda, es predecible la cantidad de interpretaciones por el número de individuos que se involucren en el momento, pero de eso cada uno tendrá su propia versión,, como de lo que ahora escribo sabiendo que el umbral de mi fin está cerca, tal vez el tuyo también.

JuanAntonio Saucedo Pimentel