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martes, 18 de junio de 2024

Describiendo

Con detalle imposible definir lo que soy, lo que he sido, la transformación que ha sucedido en el tiempo y los espacios recorridos , por las circunstancias, los encuentros y desencuentros, el deseo de comprender lo incomprensible, de encontrar el motivo de mi existencia desde el misterio de un nacimiento hasta la natural partida que algún día he de afrontar sin entender siquiera lo elemental para sentir que ha sido bien o mal mi pápale en la magna obra del universo , si en el conjunto cósmico fue importante lo que mis pensamientos y actos tuvieron algún efecto para bien o para mal.

La ignorancia es mi mayor padecimiento, consecuencia de las muchas mentiras aprendidas, de los conceptos salidos de quienes se proclamaron maestros sin entender lo que repetían, adaptando las versiones distintas a los momentos y exigencias de quienes creen ser guías por su inconsciente narcisismo, por ambición o por la falta de entendimiento que es algo común entre los que se consideran superiores.
Alejado de los hombres de bajos instintos, de viciosos y corruptos actos, de mujeres que hacen de su belleza un contrato con ventajosas condiciones, con términos difusos, sin especificaciones que garantizan que se ha de cumplir lo convenido por ambas partes, lo cual a la postre determina el fracaso en la mayoría, siendo cómo ganar la lotería cuando se llega a un feliz resultado, lo cual no ha sido mi caso, admitiendo que gran parte ha sido por mi culpa.
En mi afán de conocer más de lo que me ofrece mi posición y circunstancias, he buscado la forma de acercarme a los sabios de otros tiempos y lugares, en sus escritos encontrando muchas más preguntas que respuestas aún cuando sus teorías y proposiciones son magnifica guía para continuar explorando mis propios pensamientos, para elaborar ideas, conceptos consciente que son más un pasatiempo, un ejercicio mental que la respuesta correcta a los muchos misterios que guarda la existencia en su total dimensión, en la compleja composición que constantemente se transforma.
Qué hay de cierto en nuestras vidas? Posiblemente lo que experimentamos, lo que sentimos, nos afecta , pero de eso podemos dudar si atendemos que es consecuencia de la forma como interpretamos lo percibido, que también puede ser distorsionado por prejuicios o por alguna incapacidad , de lo cual podemos deducir qué hay mucho de falso en lo que creemos ser cierto, en lo que captamos como realidad y solo la comprobación repetida puede darnos la certeza de que estamos en lo correcto, pero eso es casi imposible de hacer en los cotidianos y múltiples actos, en las relaciones con otros, en el proceso acelerado de cada día donde las decisiones se toman de inmediato.
Es emocionante el vivir sabiendo que no se entiende  a las personas y la mayoría de las cosas con las que interactuamos , que tenemos que improvisar, adaptarnos, tolerar, intentar soluciones que permitan la relación positiva, el mantener el equilibrio adecuado que garantice mejores resultados, pero eso no es suficiente en mi caso, me interesa saber por qué en semejante caos se puede coexistir y creer que es lo correcto aún cuando se tienen una serie de conflictos que se repiten en el concierto de cada día con resultados muchas veces trágicos. Millones de abogados , agrupaciones de seguridad, personal en juzgados, prisiones, sistemas de vigilancia, un mundo en constante guerra, en violencia que se divide, se proyecta desde lo familiar a lo general, pero seguimos pensando que sabemos lo que hacemos, que entendemos lo esencial, que las leyes de la física y las fórmulas químicas son prueba de la inteligente forma de pensar de la humanidad que hoy se enfrenta con una posible guerra nuclear que posiblemente extinga la vida en el planeta.

Admito que mi ignorancia impide comprender donde se encuentra el poder de razonamiento, la sabiduría, el humano proceder que se impongan a la estupidez que envuelve a quienes ven como alternativa para terminar una guerra fabricando más armas, inventando nuevas formas de matarnos, formulando acuerdos que no se respetan, conduciendo con falsos argumentos a los inocentes patriotas que ofrendarán sus vidas para vencer al enemigo que también tiene los mismos principios.

La virtud se ha perdido en los enredados argumentos de prestigiados conductores que repiten las fórmulas diseñadas con auxilio de inteligencia artificial, para cumplir con la exigencia de magnates que controlan los medios de comunicación y tiene inversiones en todo aquello que es fructificó negocio, la destrucción y muerte, los millones de lisiados, el dolor, todo se convierte en poder y riqueza. El descontrol, el temor, la angustia, incluso la locura se convierten en empresas e instituciones que lucran con eso como si fuera algo natural.

Incapaces de percibir la magnitud de los poderes que controlan sus actos, la mayoría de los hombres siguen actuando conforme a lo establecido, se adhieren a los proyectos e ideales de sus líderes sin cuestionar apenas lo esencial, si lo hacen reciben castigo, en tal situación se reprime el criterio, se apagan los intentos de cambio, la apatía se viste de gala, se aceptan las condiciones bajo la máscara de éxito, siguiendo al carnaval que alegre danza al ritmo de una alegre música.
Yo soy parte del desfile, con mis ropajes de hipocresía, sigo en la fiesta, comparto el jolgorio, bailo, canto, soy un animado participante que va por delante escondiendo mis preguntas, el cuestionario que no he contestado porque sigo investigando las posibles respuestas entre los consejos de los sabios, las doctrinas de los grandes iniciados, los conceptos de filósofos y científicos, entre los textos llegados de lejos, en los códices de mis ancestros , esperanzado en la existencia de  una fórmula correcta para curar la demencia colectiva, el veredicto justo a mis juicios sobre la vida y la muerte, la existencia y la transformación del universo, mi relación con Dios.

Demasiado ambicioso soy, mi ignorancia empequeñece ante el altanero ego que me impulsa a seguir pensando qué hay frente a mi el mensaje que muestra claramente lo esencial, la correspondencia entre lo divino y lo humano, siendo perfecto el diseño de un Celestial Creador de cuanto existe , de lo que puedo percibir y lo que es vedado por mi mortal condición y mi capacidad.
Tengo fe que en algún momento la luz del entendimiento me revele aquello que me confiere este don inmenso de pensar, de creer en mi mismo y en la armonía de un cosmos que en su estructura me permite llegar a este punto donde el pasado expresa en distintas formas la inquietud de los hombres por lo desconocido y la certeza qué hay un motivo para la existencia, por un poder divino concebida.

Hay quienes no creen en un Creador, siendo el natural proceso evolutivo es motivador de cuanto existe, en mi opinión es una forma de evadir la responsabilidad de hacer lo correcto, de justificar cualquier acto en consonancia con una libertad absoluta, en el humano criterio basado en su capacidad de razonamiento, lo cual como lo he expuesto anteriormente, está en entredicho y muy deteriorado por las pruebas acumuladas en contra.

Algo es evidente, aún en mi ignorancia percibo qué hay motivos para otorgar a hombres y mujeres una calificación excelente, somos incomprensibles, admirables en lo bueno y en lo malo, capaces de crear un paraíso o un infierno, grandes obras de arte, música y cantos bellísimos, inventar, modificar, destruir, amar y odiar sin medida, dando a la vida un toque dulce y amargo, lo inesperado, fundiendo lo profano con lo sagrado, imaginando lo imposible, creyendo o negando, pero manteniendo la lucha y venciendo nuestros propios miedos, los fenómenos naturales, resolviendo acertijos complejos, siendo imperfectos buscando lo diferente con nuestras limitaciones y defectos, con los muchos errores que a diario cometemos, nos levantamos siempre y en cada caída aprendemos algo nuevo, incluso a volar y alcanzar el conocimiento.
JuanAntonio Saucedo Pimentel 

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