Eternamente

 El tiempo de mi vida es corto en relación con los millones de años que se calcula tiene de existir el universo, una simple cifra originada en la mente humana en su afán de clasificar, medir, indagar en todo lo que le rodea, lo que proponen e sus propios pensamientos, la imaginación que se desborda con el entusiasmo de algo nuevo, misterioso, aquello que impone una exploración y conquista desde el punto de vista humano.

En realidad este tiempo de existencia con la capacidad para tomar consciencia de lo que existe, de lo que imagino, donde se confunde el sueño con la realidad, los sentimientos fluyen en relación con otros, hay deseos que se encienden como chispas en las sombras del desconocido origen de tantas ideas, emociones que dejan huella en el alma, la cual se intuye su existencia, como la de el Dios que ha creado este maravilloso conjunto de obras que no alcanzamos jamás a comprender, pero que ello nos proporciona el placer de investigar constantemente sus detalles, por lo menos los que podemos percibir dentro de la capacidad del hombre. Ese tiempo es enorme, es el necesario para formular millones de ideas que se convierten en proyectos, en obras con distintos motivos, el campo extenso donde descubro magníficos lugares, conozco personas con talentos increíbles, algunas veces suceden interrelaciones complejas, con sus ángulo marcando distintos rumbos, abiertas al diálogo, cerradas en su íntimo significado, siempre complejas , interesantes, dando un extra de emociones a cada paso, mientras continuo el recorrido en un mundo que demuestra la increíble creatividad de un artista que me permite observar su obra añadiendo a la invitación los dones adecuados para hacerlo, mis sentidos perfectamente adaptados para captar dimensiones y formas, texturas, sabores, aromas, sensaciones diversas, el contraste que resalta la luz de las sombras no solo en lo material expuesto, sino en aquello que sutilmente se presenta en el diverso cosmos de un sentimiento en relación con alguien que se cruza en el camino y con un gesto o una mirada recita un hermoso poema en silencio, causa un efecto indeleble, se convierte en inspiración, en motivación perenne que impulsa a realizar cualquier empresa por difícil que sea, entonces el tiempo parece no existir, los espacios brillan y se dice que el amor causa locura, pero es la mejor experiencia de la vida y el vivirlo con total correspondencia es un verdadero milagro , razón más que suficiente para dar gracias por la oportunidad de encontrar semejante tesoro, por vivir una experiencia divina siendo mortal.

El tiempo que viví en total armonía con el universo, cuando fluyen los espacios sin ningún obstáculo, giran los acontecimientos sin afectar el espíritu, sin alterar el mágico recinto donde guardo los mejores recuerdos, las experiencias más bellas, los sentimientos profundos, es un tiempo eterno que llevare conmigo donde quiera que se mi destino y me otorga el la gloria de haber existido para encontrar el principal motivo de lo que existe.

Sin amor el universo es inconcebible, no tendría mayor re,Eva Cira, ni su grandiosa y compleja expresión donde la belleza y lo inmenso se funde con lo misterioso y eterno, con los constantes cambios que presentan distintos cuadros cada instante, donde los seres se esmeran por ser y hacer con sus particulares dones, con sus ideales, pensamientos dirigidos en busca de la felicidad que no se ve al estar cubierta en la ansiedad de los espíritus codiciosos, egoístas, eso les ciega, se pierden en las sombras si encender la luz de su alma.

Mi tiempo es eterno porque he visto y conocido obras de hombres y mujeres de eras pasadas, de lugares lejanos, de seres que encontraron significado a su existir, que se esmeraron por dejar algo bueno, contribuir en la obra divina. Mi viaje por este mundo ha sido maravilloso porque conviví con mágicas personas, familiares, amigos, compañeros de estudio o trabajo, pero también con las exposiciones de muchos desconocidos que hicieron de mis días sorpresivos y agradables experiencias. 

Por todo lo vivido, lo experimentado con sus dulces y amargos, con sus sombras y  brillantes luces, sus conflictos y días felices, agradezco el tiempo que me fue otorgado en este mundo, porque lo importante no ha sido el tiempo, sino las cosas que he experimentado, gozado, apreciado, las personas que directa o indirectamente influyen en mi vida, la gracia de sentir que Dios está en todo ello.

JuanAntonio Saucedo Pimentel