Recordando los detalles importantes de su vida, Antonio caminaba por el andador si percatarse de los que cruzaban en su camino, absorto en sus pensamientos, en el hombre que se llevaron las hormigas, el que todo recordaba, el inmortal que terminó deseando la muerte, aquel ratón que es famoso estrella de cine y televisión, millones ganó su creador, mientras los Miserables pasó a ser su novela favorita y El Conde de Montecristo su héroe, no necesitaba de otros seres para sentir que el mundo era emocionante, divertido, un gran teatro donde los hombres creaban alucinantes historias en la mente y las lanzaban en torrente sin percatarse siquiera de su influencia en los espíritus de quienes con avidez consumen esas historias donde todo es posible. El era de sos que prefería la fantasía a la realidad, vivir en la quimera continua que mantiene la tragedia humana en un rincón donde se ponen las cosas que no son de utilidad, en los confines de la mente en que se dejan aquello que se convertirá en olvido sin remedio, sin molestar apena en su intento de invadir y afectar.
Antonio se negó desde pequeño a ver lo que no le agradaba, se vistió con una capa mágica y se hizo invisible cuando deseaba eludir la realidad, en los libros encontró sus mejores aliados, pero no los de la historia universal donde los héroes era conquistadores crueles que mandaban a grandes ejércitos y los enfrentaban en guerras donde la destrucción el dolor y la muerte se ignoraban para exponer solo el valor, el genio, de un arrogante que elevaban a más alto nivel para luego asesinarlo. La fantasía con sus mágicos artilugios propone cosas diferentes, la joven sirvienta que termina siendo la esposa de un príncipe que enamorado se rinde ante su belleza, sin más víctimas que las envidiosas hermanastras. Montecristo rompe con sus principios y consuma su venganza contra los traidores amigos y tiene la disculpa de ser afectado por los muchos años de encierro y el dolor causado al ver que su amada se ha casado con uno de los causantes de su desgracia. En ese caso es justificable la acción que busca cobrarse el daño causado, aún cuando se puede cambiar el argumento, porque al ser una historia ficticia, las alteraciones que cada lector haga se valen siempre que no se publiquen para demeritar la original. Para Antonio , Montecristo no tenía que hacer tanto alarde de su poder y riqueza, ni siquiera humillar o matar a sus enemigos, solo o tenía que esperar los amargos resultados que el tiempo y sus propios actos les traerían, porque en la fantasía la justicia existe, los malos siempre terminan pagando sus fechorías y los buenos son recompensados con una vida feliz, de modo qué tal como le sucede a Jean Valjean en los miserables, el inspector que siempre lo persiguió muere y el vive para presenciar a Cosette casarse y ser feliz. Blanca Nieves, Pinocho y otros se levantan de sus miserias y errores para encontrar la felicidad y en ese mundo que ha producido grandes producciones cinematográficas, millones de ganancias, se entra en una dimensión donde la fantasía es una realidad que genera muchos empleos, grandes empresas que en el mundo entero reproducen año tras año esas obras y sirven de inspiración para otras que van llenando los espacios en que muchos, al igual que Antonio, encuentran un refugio, los momentos para eludir la realidad y entrar a ese universo donde las cosas salen bien a pesar de que se encuentren con grandes problemas.
Antonio se sintió cansado y pensó en Gepetto mientras buscaba a su marioneta y se alegró de nunca haber encontrado a un ser como Strómboli, aunque sí tuvo compañeros como Polilla e imagino que algún día conocería un hada Azul. Por esas cosas su vida era una sucesión de sucesos donde la fantasía se intercalaba con la realidad, dando a las personas que en su camino se cruzaban los atributos o defectos de los personajes ficticios, dejando que la historia se fuera formando con detalles que se podían incorporar a esa ficción, un vendedor rapaz era parte del elenco, el ladrón , la señora chismosa, el policía, los jugadores apostando, los soldados en desfile, las bailarinas de ballet, el hombre fuerte, el sabio, el campesino, todos actuaban en su escenario mental a su manera, bajo su dirección, nadie estaba fuera de su papel, cada quien actuaba de acuerdo a su papel y ser bueno o malo era solo para seguir el argumento según su propia creación.
El agresor no es culpable, es afectado por un virus que altera su mente, le provoca accesos de furia incontenible , su desesperación llega al límite cuando intenta encerrarlo en una celda fría y oscura sin haber cometido un delito grave, simplemente intento que lo atendieran el el hospital careciendo de identificación se la negaron, enfurecido atacó a los médicos, a los guardias de seguridad que lograron dominarlo y lo trasladaron al penal, pero al fina saldrá libre porque su amigo de la infancia es abogado, se entera de su caso y logra que se le atienda de acuerdo a su padecimiento.
Esas historias se desarrollan en la mente de Antonio mientras sigue su camino por el sendero sin percatarse siquiera de que alguien le saludó y se alejó mientras le reprochaba su mala educación al no contestar el saludo, apenas, como un personaje secundario aparece el perro de esa señora, tal vez el canino sea un ser venido de otro mundo y se ha transformado con su poderosa ciencia y tecnología en un ser que aparenta ser el mejor amigo, simplemente para estudiar nuestro comportamiento, pero no tiene malas intenciones, lo hace por precaución, es mejor que así lo haga o los riegos serán grandes, lo querrán atrapar y llevar a un laboratorio secreto para estudiarle, intentarán sobornarle para que apoye a un candidato en su campaña, o para que promocione ciertos artículos, que bien que es inteligente y aparenta ser perro.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
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