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domingo, 7 de julio de 2024

Olvido

Quisiera recordar que deseaba escribir en esta página, que notas guarde en alguna parte para que me sirvieran de guía, pero se han perdido en mi mente, no debieron ser tan importantes, pero me preocupa no saber dónde quedan esas cosas que se me olvidaron, algo en mí se resiste a ponerlas en claro, en descubrirlas para saber cual es el significado, esclarecer su misterio, porque la resistencia a permitir conocer su importancia o insignificante contenido, de donde provinieron? Cual era su objetivo? He de conformarme con saber que eran algo, un mensaje, un proyecto, alguna cita o tal vez una idea que no alcanzó el grado para ser expuesta y se quedó en algún sitio del inconsciente esperando otra oportunidad, el momento propicio para incorporarse a los millones de pensamientos que se forman en los espacios infinitos de la mente, algún día o noche saldrán como sueño o como una expresión escrita, un oral argumento, un intento de poesía esperando impresionarme, es común que me auto impresione cuando surgen esa locas ideas en la s que no encuentro los significados con claridad , los dejo fluir como un torrente que brota de algún lugar mágico en que se forman con vocablos, sensaciones, emociones, las ideas y los argumentos de historias que no conozco, que se forman en el espacio de un escrito mientras toco con mis dedos el teclado como si fuera la composición de un mago que hace aparecer cosas que me dejan perplejo. 

Alguna vez he intentado recordar lo olvidado y es inútil , las personas, objetos, sucesos, o cualquier idea perdida no las he de encontrar a menos que ellas se presenten de manera espontánea, sorpresivos, dejándose notar para demostrarme que no soy tan buen administrador de mis pensamientos, que ni siquiera controlo mi cerebro donde se formulan toda clase de cosas que puede convertirme en un genio, en un demente, en cualquier clase de individuo por agradable o despreciable que me parezca.

Algunas veces eso me asusta, otras me parece interesante, la mayoría de ocasiones es emocionante saber qué hay un verdadero cosmos en el cerebro y que pueden suceder millones de mezclas, fusiones, transformación y proyecciones que no están bajo mi estricto control, soy un contenedor de ese laboratorio, del crisol donde la vida se transforma, modifica, se eleva al grado de divinidad o se hunde en las sombras de su propio infierno.

No recuerdo cuando he sido bueno o malo, cuando fui un ángel o un demonio, estoy en la etapa de ser hombre sin entender como ha sido el proceso que ha dado mi origen y si he de volver a repetir el mismo proceso o es el fin que me ha de presentar la verdad de los olvidos, la revelación de lo que soy, de lo que he sido, en las notas que hoy están escondidas en los baúles secretos del pensamiento.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 

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