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miércoles, 10 de julio de 2024

El entreteniminto

 Recuerdo cuando en la casa de mi padrino me entretenía haciendo túneles en la arena que era parte de los materiales que vendía, también me entretenía con un imán haciendo que los alfileres del taller de la madrina se levantaran y movieran a mi capricho , pero lo que más me entretenía era torear a los dos perros quitándoles las mantas de sus casas y haciéndolo que me persiguieran intentando arrebatármelas, buenos tiempos en los que nada me preocupaba, ni siquiera tenía que levantarme a cierta hora o comer lo que no me gustaba, estaba muy consentido en aquella casa con cuatro mujeres, tres hijas de mi padrino y su esposa que se esmeraban en que yo pasara feliz mi estancia en su hogar con la ilusión de que decidiera quedarme con ellos para siempre sustituyendo al único hijo varón muero en un accidente, pero esa clase de vida puede resultar aburrida cuando no se comparte con otros niños , en especial con los hermanos, yo tengo tres y siempre hemos sido muy unidos, después de un tiempo los extrañaba, al igual que a mi madre con quien desde pequeño estaba acostumbrado a vivir experiencias emocionantes desde mi perspectiva, de mucha angustia y trabajo para ella.

Mientras que para mí todo era motivo de entretenimiento, para otros, principalmente para los adultos, podía tratarse de algo trágico o preocuparles en muchos sentidos, pero en mi mente de niño, con la capacidad para inventar historias, fantasías que transformaban la falta de luz en un túnel del tiempo, en un espacio donde los misteriosos duendes de las sombras se encargarían de convertir a los perros en caballos con alas y a los gatos en gansos dorados donde los niños podríamos montar par recorrer el mundo de los sueños, eso era todo un regalo de la vida. 

Si caía una tormenta era tiempo de salir a brincar en los charcos, hacer con unos botes y unas cuerdas los zancos para andar por esos grandes lagos y lagunas donde los monstruos acechaban y tenia que rescatar a la sirena encantada que en realidad era una princesa. El mundo era pequeño, todos los hombres eran como hormigas mientras subido en esos zancos yo era un gigante que encendería antorchas en las nubes para iluminar el barrio y en grandes barriles llenos con su agua de lluvia fría, metería a todos los mugrosos que les disgustaba bañarse.

Con un aro hecho con alambre, una llanta usada, una pelota o una cuerda inventábamos juegos, tirarnos por una pendiente metidos en la llanta era súper emocionante, aunque bien cuidado se tenía que las madres no lo descubrieran por aquello de los regaños y castigos que seguramente tendríamos, saltar la cuerda nos divertía durante horas y ni que decir con la pelota que era como un objeto mágico que servía para varios entretenimientos, por eso ahora que veo a los niños completamente enajenados con los videojuegos , sin moverse durante mucho tiempo de esa posición frente a las pantallas, asimilando lo que les es inducido por imágenes y elementos que no permiten la creatividad ni el ejercicio físico, me entristece, me molesta la indiferente postura de quienes debieran cuidar de su salud, del sano desarrollo de su cuerpo y mente, solo preocupados por no ser molestados, o por especular con esa forma de entretenimiento.

Prefiero ver a los pequeños en los columpios, en la resbaladiza o jugando en la fuente, corriendo por el parque , en la playa haciendo castillos de arena, pateando un balón, patinando, tal vez imaginando cosas como las que yo imaginé, donde las hadas, los duendes, los gigantes, las sirenas los monstruos eran parte del entretenimiento.

Alguna vez volé hasta las Estrellas con un sencillo papalote entre mis manos, y encontré tesoros fabulosos en el tronco de un árbol en el bosque encantado que existía en la rivera de un río que nos está entubado y se convirtió en avenida, no es extraño que los niños de hoy padezcan de obesidad y otras enfermedades producidas por su pasiva existencia, la soledad en sus habitaciones donde se ha perdido la oportunidad de inventar con las cosas más insignificantes y sencillas, papel, palitos de madera, eran suficientes elementos para crear una fortaleza, un casa para las hormigas mágicas un avión para la guerra con los mosquitos.

Me congratulo de pertenecer a la generación que canto las canciones de Cri Cri , como la marcha de las letras, El ratón vaquero,  Bonbón I  que nos hacían creer en esas maravillosas cosas que la imaginación limpia y feliz puede recrear. Soy de los que leyó o escucho las novelas de Julio Verne, creyó en el país de Nunca Jamás donde Peter Pan se la pasa muy divertido luchando con un capincho tonto que siempre persigue un cocodrilo, puedo aún en estos tiempos hacer mis historias con personajes que representan a la mentira, a la esperanza, a los rencores, al amor o al razonamiento de forma más compleja, con los efectos del proceso que los años hicieron en mi forma de percibir el mundo, pero sigue siendo un entretenimiento en el que entra en juego la creatividad, el deseo de jugar con los elementos que pueden ser terribles en su cruda realidad.

El cine ahora me da muchos momentos para entretenerme con sus distintos géneros, la posibilidad de comparar lo que se hace en distintos países, siendo algunas obras muy interesantes, incluso brillantes por la forma de presentar un suceso, trasmitir emociones y sentimientos al punto de hacerme parte de la historia, nada extraño tomando en cuenta la facilidad con la que me dejó conducir por los senderos de la fantasía.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 

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