De corazón

Si me quiero ver a mi mismo siempre escondo lo que no me agrada, prefiero resaltar aquello que considero cualidades, los detalles que me hacen sentir bien, incluso en mi memoria guardo los buenos momentos, a las personas que me amaron, quienes me apoyaron, me regalaron alegría, placer, permitieron que me sintiera un triunfador mientras escondo en el inconsciente a los que me lastimaron , pero hoy me pregunto si no fueron ellos los que me dieron aquello que me hizo diferenciar lo dulce de lo amargo, porque sin esos malos momentos que me hicieron pasar, no gozaría con tanta intensidad lo agradable de la vida. Tal vez tenga mucho que agradecer a quienes me pusieron trabas en el camino, a quienes se esforzaron por hacerme caer, por luchar contra mis sueños, sin duda me hicieron crecer resistiendo los golpes, el sufrimiento, haciendo que resistiera y me levantara después de caer con venciéndomelo a mi mismo de lo que era capaz.  Entre espinas me hicieron caminar para que al llegar a pisar las arenas con mis pies desnudos gozara su caricia, me llenaron de humo negro los senderos para que al llegar a los bosques apreciara el aire limpio y su fragancia exquisita, cruce los pantanos donde los miserables viven confundidos para llegar a los pueblos donde la vida se disfruta con sencillez y armonía, bien aprecio ahora los detalles del universo al salir de una oscura cueva, el brillo del sol o de las estrellas por la noche es alegria en mi espíritu.

Algo importante me mostraron los de malos sentimientos, negros pensamientos, aciones terribles, que no se puede vivir tranquilo con esas cadenas que aprisionan la consciencia temiendo siempre encontrar alguien que les supere en maldad y les haga tanto daño como ellos hacen.

 De sus amargos frutos prueban cada día y no sueñan sino tienen pesadillas donde sufren sin tener un buen descanso, para mi fortuna fueron excelentes maestros que me hicieron apartarme de los pantanos y laberintos , de las trampas que aprendí a reconocer con sus intenciones durante mis años de juventud.

Hoy a lo lejos agradezco la fortuna de haber pasado por senderos peligrosos sin mayor daño, de no caer en adicciones que me condenaran a una vida miserable e indigna a los ojos de Dios,  de ser un hombre sin remordimientos qué tema llegar a su último aliento y dar el último paso con temor al posible castigo.  Bien que he he vivido maravillosas experiencias , conociendo a personas que en el camino apoyaron en los momentos críticos ,hicieron aquello que facilitó mi caminar, a la gran mayoría nunca les conocí , pero se que sin sus labores , oficios, conocimientos, contribuyeron a mejorar mi existir, lo agradezco profundamente de todo corazón.