Muchas advertencias he recibido a lo largo del camino sin que eso evite que me equivoque continuamente, pero estoy acostumbrado a ver mis errores como algo natural, pienso que lo mejor que me puede pasar es equivocarme y tener buenos resultados como muchas ocasiones ha sucedido, porque de haberse realizado las cosas según mis planes las cosas no hubiesen salido bien, verdad es que el equivocarme y no tener total control sobre las circunstancias ha producido sorpresivos buenos momentos y relaciones que me han demostrado cuán posible es llegar a no entender como es que funcionan todos y cada uno de los elementos que van conformando una situación, los factores que intervienen para llevar por un distinto sendero aquello que en mi pretensión no hubiese seguido, por lo cual me he convencido que la mejor advertencias que me puedo dar a mi mismo es “no te creas que tienes la capacidad de ver lo que no sabes, sigue confiado en que podrás resolver los problemas que se presenten, de una forma u otra cruzarás el río, encontrarás la ruta que te convenga mientras te mantengas convencido que existe una luz en tu espíritu para iluminar en las sombras”
Mis equivocaciones me mantienen alerta, hacen que la vida sea interesante al presentarme de manera inesperada algo o alguien que se convierte en parte importante en mi viaje en un tiempo espacio del qué desconozco sus límites y condiciones, siendo por estas razones, el impulsor de mágicas emociones.
Dejan do que el impulso diario me otorga la oportunidad de encontrar algo distinto el camino ha sido divertido, interesante, sus misterios dan un toque especial a cada instante por desconocer lo que me puede esperar en el siguiente paso, bien que he podido apreciar cuán poco se de mis propias capacidades al sorprenderme resolviendo un difícil dilema, salir airoso en las tempestades, no dejarme vencer por las adversidades y disfrutar con gran placer el buen tiempo, deleitarme en las aguas limpias, en los majares que me ofrecieron, en las fiestas , los cantos, el aroma de los campos o el mecerme en las olas de un lago de aguas de color turquesa, grande ha sido mi sorpresa que alguna hermosa mujer me brindará compañía un desconocido me ofreciera su abrigo en el mal tiempo, algún grupo me acogiera para compartir sus reuniones un niño me demostrará la ruta correcta.
He sido afortunado al no caer en adicciones que apagaran mi espíritu, al encontrarme con personas que me apoyaron, maestros todos que me enseñaron que en el camino se encuentran del mismo modo los buenos y los malos momentos es cosa de interpretaciones y actitudes el darles el significado que siempre es correcto cuando se actúa con un corazón limpio y la intención de agradar a quien ha compuesto el magnífico escenario del universo.
Así he llegado a estos lugares y al tiempo en que ahora veo desde lejos al niño que empezó el camino con entusiasmo para conocer aquello que se ha dispuesto en el orden adecuado, para intentar realizar sus sueños, sorprenderse con las maravillas del mundo, los dones y capacidad del hombre y mujeres que con singular hermosura transforman la vida en luminosa s luces que brillan en cada espacio, continuando el proceso creativo sin descanso, enfrentando las vicisitudes con donaire y coraje, guerreras invencibles se convierten en hermosas hechiceras, en amantes sin iguales, madres adorables y dejan siempre una estela de buenos detalles en la vida.
Reconozco ahora que he llegado a este mundo sin ningún mérito, pero he intentado proceder de manera adecuada tomando en consideración mis capacidades, defectos, cualidades que me convierten en un ser capas de tomar consciencia de lo complejo, grandioso y maravilloso que es el cosmos en que este mundo tan pequeño es como un tesoro donde se han colocado los elementos en el orden apropiado para hacer que la vida se produzca en la variedad deslumbrante que demuestra cuán grande debe ser quien puede realizar semejantes cosas.
Hará comprendo que poco es lo que he puesto de mi parte en el inmenso conjunto de lo que que recibido a cambio, por lo cual me considero un ser afortunado, y no puedo menos que agradecer por la oportunidad que se me ha otorgado por participar en la fiesta de la vida, en conocer y compartirla con gentes diferentes, cada una especial en sus particulares formas de interpretar y actuar en su propio tiempo espacio en que demuestran cuán bien hace el ser tan diferentes al realizar cada uno sus roles en el gran escenario del mundo.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
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