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miércoles, 21 de agosto de 2024

El anonimato

 Perdido en los laberintos de la ciudad, entre los millones de seres que se afanan cada día por cumplir con sus tareas, alcanzar objetivos, realizar obras, hay quienes en forma silenciosa viven sin llamar la atención, son seres qué pasan desapercibidos, han dejado de ser importantes para los medios de producción en cualquiera de sus formas, tampoco interesan por su condición física, económica o por ofrecer algo que se considere de valor en los intercambios comerciales, culturales, artísticos, ni siquiera se aprecia su presencia en los sitios donde aparecen como sombras que se deslizan consumiendo lo mínimo, porque se toma como cierto que no tienen los recursos para considérales buenos clientes, pero eso poco les importa, han dejado atrás la vanidad y el deseo de permanecer en la vanguardia, la competencia es un desperdicio desde su posición lo mismo que el aparecer como protagonista en cualquier evento, su principal intención es pasar serenos y pacientes el tiempo, observando, disfrutando los acontecer es como espectadores que en sitio privilegiado se deleitan con las acciones y obras de los que apasionadamente realizan toda clase de maniobras, compiten, se manifiestan, proclamando sus ideas, presentando sus obras, intentando obtener aquello que considera lo mejor para sentirse felices y en ese constante ajetreo van consumiendo su tiempo, la vida, se desgasta su cuerpo y se confunde la mente.

Los espectadores anónimos siguen su pausado ritmo, la existencia es apreciada en cada detalle, una aspiración de aire fresco y puro en el campo es más valioso que la anunciada fragancia artificial vendida a precio exorbitante, y la caminata por el bosque es un placer incomparable, sobre todo en esas tardes en que la temperatura agradable permite reconocer las maravillas que en en cada rincón la naturaleza ofrece, los mensajes que tiene en sus manifestaciones policromaticas, múltiaromaticas, con infinidad de formas que despiertan la admiración y conducen a un deseo de interpretar la razón de tal universo creativo. En tal contemplación el tiempo parece detenerse, el espacio y los acontecimientos son la proyección de un espectáculo maravilloso donde la vida danza a ritmo natural mientras se escucha el sonido del viento danzando entre el follaje, el del arrollo con sus pequeñas cascadas, el trinar de los pájaros que dicen más de lo que podemos comprender mientras realizan vuelos acrobáticos, danzan  entre las remas o se bañan en los charcos.

La noche es la pausa para un descanso que puede conducir a un sueño eterno, no despertar ya no es preocupación, se ha recorrido un gran camino, miles de experiencias, acciones en distintos sitios, con personajes diversos, todos importantes para continuación de un proceso donde siempre se sabe cual ha de ser el final aún cuando el afán sea cambiarlo, darle un significado sobresaliente, poco se entiende que al pasar de los años se va escribiendo de forma diferente nuestro empeño.

Bien por los que alcanzan esa tranquilidad, ese anonimato que es un premio a quien se afana por entenderse a sí mismo y controlar los adversos designios de un inconsciente con pretensiones inquietantes, un justo descanso para los que abandonaron el camino de la vanidad, llegaron al punto en que reconocieron que los mayores tesoros en la vida se encuentran en el corazón, en el espíritu.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 


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