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miércoles, 8 de julio de 2015

yo en mis relaciones

“Las personas actúan de formas extrañas, unas más que otras, algunas son más inestables y no saben quedarse mucho tiempo en un solo lugar. Es parte de lo que puede pasar en una relación amorosa o de amistad, e incluso familiar: brechas de silencio que facilitan un final a quien no puede con las palabras y que supone sería más triste acompañarlo de explicaciones.”

Leí hace poco las anteriores líneas y me impactaron porque reflejaban mucho de lo que yo he pensado con respecto a la forma como he vivido mis relaciones con otras personas.
Después de tantos años recorridos , de intentar formas distintas con personas diferentes mantener relaciones sanas, sentimentales, sociales, he llegado a la conclusión de que algo esta alterado en mi comportamiento, impidiendo que tenga esa estabilidad tan presumida en historias románticas en las que se dice que vivieron felices para siempre.

   Tal vez si existan esas historia en la vida real, no he visto alguna que me convenza del todo, siempre hay rastros de amargura, desengaño, desilusiones que se traducen en formas extrañas de relación en las que se sigue juntos por costumbre, por temor o por conveniencia, pero donde el amor ha dejado de existir o se transformo en un tipo de sentimiento que puede ser de otro tipo, tal vez muy fuerte, tal vez solo un espejismo que aun guarda algo de los primeros elementos que formaron una unión que se inicio como un verdadero romance.

Los dramas representados en el teatro, en el cine, en obras literarias nos repiten y advierten de los muchos riesgos de que fracase una relación amorosa, pero al parecer no lo vemos como algo que nos puede suceder a nosotros, parece tan impersonal, historias que se acomodan a otros pero no a nuestras vidas, a nuestros idílicos prospectos y sobre todo, no reflejan a quien amamos.
   Debo aceptar que fui mas practico en ese sentido, pronto me percate de las vanas ilusiones que nos hacemos con respecto a nuestros sentimientos, somos seres volubles, venidos de generaciones que han demostrado su inmadurez sentimental en la relación de pareja, que practican la promiscuidad de maneras distintas, disfrazadas, con una doble moral que ofende nuestro presumido carácter humano.
Me aleje de quienes amaba o me amaban en tiempos limites, intentando no lastimar ni ser lastimado, la causas son difíciles de conocer, existen muchos factores  de distinto tipo,  al final creo que he tenido razón, no era un hombre para formar una familia, para hacer feliz a una mujer, para vivir una doble vida o una vida fingida, con matices de engaño y de frustración.

Si de algo puedo jactarme es que no me empeñe en arrastrar por mi senda a quienes ame y de haber renunciado a tiempo para no hacerles infelices, lo cual hubiera sido doloroso sin duda, porque aun cuando se pueden inventar mil justificaciones, no somos tan humanos ni tan buenos para amar como lo presumimos, aunque es cierto que tenemos lapsos en los que vivimos momentos maravillosos y que marcan definitivamente la existencia dejando la grata sensación de que la vida tuvo brillantes instantes que hicieron que la realidad superara a los sueños.


   He de agradecer a Dios y a quienes vivieron conmigo esos momentos, inspiraron cuento he realizado, me llenaron de buenos recuerdos y sueños que me acompañan siempre.   
                                     Videohttp://youtu.be/dOsW-wPMcLE