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sábado, 22 de enero de 2022

AMANECER

El amanecer




   Observando la salida del sol por detrás de las montañas hoy reflexionaba sobre mi propio amanecer, la ocasión en que por ves primera capte la dimensión del mundo, su belleza, la diversidad inmensa de seres, objetos, paisajes que me invitaban a explorar, a conocer esos detalles que hacen que la vida sea algo maravilloso, sobre todo cuando descubres la inmensa alegría que causa el convivir con amigos y amigas, con los hermanos, los familiares que de pronto aparecen o desaparecen por algún tiempo dando la pausa para que añoremos su compañía, para recordar las cosas que se han compartido, las enseñanzas, los sucesos, los motivos de risa o de tristeza, todo eso va formando nuestra experiencia compartida, nuestro mundo en el que se mezclan toda clase de aventuras, algunas trágicas, otras un motivo de gran jubilo, dejando huella en la memoria, en nuestro corazón cuando se trata de las profundas emociones producidas por una buena relación, por un amor que trasciende las fronteras del pensamiento y se graba como un luminoso destello en el espíritu para siempre, eso es el amanecer, entrar en las dimensiones de lo que el alma humana puede captar y revivir en su memoria.

 

   Hoy los colores en el cielo eran magníficos, entre diferentes tonos de azul, rojo, violeta, cual si fuera un inmenso paño de seda que se extendía y cambiaba de tonos conforme el sol como inmensa llamarada se asomaba tras las montañas, agradecí a Dios por la oportunidad de apreciar tanta belleza, también por lo mucho que he vivido con las hermosas experiencias con gente que me mostró su afecto, de quienes recibí apoyo, todos enseñándome algo nuevo, aportando sin reservas aquello que me sirvió para seguir adelante, seguramente no hice todo correctamente, se que lastime sin desearlo a quienes tenían altas expectativas con respecto a lo que podía lograr y hacer, incluso a quienes se ilusionaron con mi actitud que, cuando joven, fue la de quien fácilmente abre su corazón y deja volar todo el romanticismo que es capaz de crearse cuando se vive sin pensar en el mañana, sin reparar en ningún impedimento, cuando todo brilla y el tiempo solo es un aliado para seguir amando; mucho daño se causa a quienes brindamos amor, sobre todo cuando la disolución ensombrece las relaciones, no como algo planeado, sino como parte del avance de la vida, que al igual como acontece con el día, se va acercando al anochecer hasta que se desvanece en la sombras toda su luz y solo quedan los destellos de las estrellas y la luna recordando que es tiempo de descansar, todo pasa, aun cuando intentemos detener el proceso, es natura que así suceda, no hay porque lamentarse, para que exista otro amanecer debe de llegar la noche, solo hay que gozar cada instante mientras la luz brilla, mientras la vida nos da la oportunidad de disfrutar de todo aquello que el mundo pone a nuestra disposición, no importa donde, siempre hay motivos para sentirnos felices, para relacionarnos con personas interesantes, para divertirnos, para admirar la naturaleza, lo que otros son capaces de lograr, cosas que algunas veces nos parecen increíbles, no permitamos que nuestra luz se opaque antes de tiempo por aquellos que intentan poner vendas en nuestros ojos, por quienes se afanan en destruir las ilusiones de manera consciente y pretenden hundirnos en el fango, apartemos esas influencias y vivamos tomando las cosas que son agradables, la vida no tiene sentido cuando vemos solo la parte de oscura, el brillo, los colores, los suaves y agradables colores, los sonidos que nos deleitan, el placer de amar y ser amado esta ahí, nos rodea, nos invita a seguir felices, aprovechemos nuestro amanecer, cada día es una nueva oportunidad para gozar en la fiesta de la vida, goza intensamente, agradeciendo a Dios la invitación al festejo .

JuanAntonio Saucedo Pimentel