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sábado, 2 de abril de 2022

Control de la ira


intentarlo vale la pena 




Una pequeña bacteria hablaba con su amiga acerca de lo enfadada que estaba de vivir en un mundo oscuro, sucio y mal oliente, estaba segura que existían mejores lugares donde podría encontrar luz, libertad, ambientes agradables, pero para ello era necesario desprenderse de esas tareas que sus ancestros venían desempeñando por muchos años, así que estaba decidida a emprender la huida aunque en eso se jugara su existencia, su amiga le dijo que ella le acompañaría en esa peligrosa aventura, que también estaba cansada de no ser otra cosa que una trabajadora incansable realizando labores que se repetían día tras día. Sin decir a nadie sobre su decisión se embarcaron en la siguiente emanación de líquidos y después de verse envueltas en una terrible tormenta con remolinos que las agitaron como marionetas por fin salieron a un lugar mas tranquilo con mucha luz, con aromas diferentes, con increíbles paisajes que se sucedían conforma avanzaban arrastradas por una corriente que parecía no tener fin. 


  Arrojadas en una orilla del vertedero, las bacterias se quedaron ahí durante un buen tiempo tomando bocanadas de aire fresco y descansando plácidamente, eso era de verdad otro mundo,  la oportunidad de conocer y experimentar esa luz, esos aromas, esas formas que parecían cambiar constantemente como si se tratara de un calidoscopio infinito donde lo imposible se convertía en realidad, estaban eufóricas, llenas de animo para emprender la exploración y después retornar con sus familiares y amigos para impulsarlos a conocer el cosmos maravilloso que ellas habían descubierto. En ese momento un investigador humano introdujo un recipiente en el arroyo y al hacerlo formo una ola inmensa que arrastro a nuestras heroicas bacterias hasta el recipiente con el liquido que se enviaría al laboratorio para su análisis. 


Acostumbradas a vivir en peores condiciones, las bacterias no se alarmaron por lo que sucedía, simplemente era un océano dentro de una atmósfera de vidrio que se movía a velocidades fantásticas en ese cosmos que cada vez les sorprendía y les fascinaba mas.

Nunca imaginaron que serian objeto de muchas discusiones, experimentos, acusadas de ser causantes de la muerte de muchas personas, las que originarían una revolución en la medicina y un principio para la enorme riqueza de laboratorios que venderían los medicamentos, desinfectantes, o  accesorios para evitar la contaminación de lo que se califico como una de las peores amenaza para la existencia de la raza humana.  Para ellas todo era aventura, nuevas experiencias, no se molestaban en preguntarse la razón de que les pusiera en un microscopio o se les bañara con distintas substancias, ellas seguían actuando como simples bacterias y así lo hicieron hasta el día en que algo les provoco un tremendo daño, después otra substancia les afectaría mas y al final vieron que no podrían seguir adaptándose a tantos cambios, su fin estaba cerca, con la impotencia reflejada en su rostro sintieron los efectos de los químicos que les fueron desintegrando poco a poco, fue un final muy doloroso y quedo registrado para en los reportes de los científicos que lograron exterminar una amenaza para la humanidad. 

La anterior historia esta basada en una formula que se me ocurrió para controlar mi coraje cuando era objeto de alguna agresión o de una injusticia, pensé que sería bueno poder aniquilar a quienes se empeñan en afectarme, muchas veces sin tener un verdadero motivo para hacerlo, otras porque sus intereses se contraponen a los mitos o simplemente porque se les da en forma natural el molestar a otros.

Me dije a mí mismo, convierte a esos infelices en gusanos, en alimañas, en bacterias y hazles pasar por tormentos hasta que mueran envenenados por sus propios filtros, aniquilados por sus actos, extinguidos en su maquiavélica estrategia de causar daño. Fue de esta forma que a quienes me causaban o intentaban causarme daño los fui acabando con la simple imaginación, creanme que da resultado, es bueno utilizar ese poder para darles su merecido y quedar tranquilo. El poder de la mente nos puede suministrar los elementos para terminar con nuestro malestar, para controlar el dolor, imponernos a la adversidad, sofocar la frustración o acabar para siempre con esos seres que nos han afectado de forma negativa y no solo eso, sino hacernos sentir muy bien al darles su merecido sin siquiera molestarnos en mover un dedo.

JuanAntonio Saucedo Pimentel