Por razón desconocida, como todo lo referente a la muerte, esta no llega cuando la estas esperando, entonces la odias con mas ahínco que cuando llega sin haberle invitado. Esta ingrata es caprichosa como mujer bonita, se hace del rogar cuando la quieres encontrar, las citas no concede , te deja esperando hasta que le pega en gana, bien se ufana de ser una dama que no se compromete .
Cada uno tiene su propia y particular interpretación de la muerte, ha de expresarse de ella con respeto, desprecio, angustia, dolor, alegría, temor, según las circunstancias.
Mi muerte quisiera que fuera tranquila, que viniera sin prisa, pero no con tardanza, que llegue en el tiempo justo cuando aun pueda valerme por mi mismo y en pleno juicio para darle las gracias por haber tenido la calma de esperar a que admirara, sintiera, tantas cosas maravillosas de este mundo, de esta vida que me ha regalado Dios sin merecerla. Nunca hice mérito alguno para merecerla, soy de los afortunado que han transitado por muchos senderos, navegado en mares, transitado por miles de calles, caminado en playas, por veredas que me han llevado a lugares increíbles, a conocer personas que me enseñaron tantas cosas.
Mi muerte ha de llegar cuando ya he conocido el dolor, la alegría, la dicha, la desilusión, lo amargo y lo dulce del amor, en una vida que cumplió su ciclo en el tiempo y el espacio adecuado, entre el mundo externo y el universo interno donde mi pensamiento, mis sueños o fantasías se reflejaron de muchas formas para dar, reflejar lo que he sido, lo que dejare de ser cuando la señora del final llegue a la cita .
Gracias por tu paciencia Muerte, deseo como ultimo deseo tu beso suave que me ha de llevar al silencio eterno o al Paraiso prometido por quien tuvo el poder para vencerte y resucitar dejando una enseñanza que muchos hemos tratado de imitar y pocos , muy pocos han logrado apenas un tenue bosquejo.
Lo lujurioso y sublime de la vida se ha de perder entre tus brazos, la vanidad, los deseos que tanto daño me causaron se desvanecerán en tu regazo , serás alivio a mis dolencias, final de mis angustias, de los odios, rencores, de la adicción a encontrar respuestas, de seguir cuestionando lo que no se ha podido responder, de pretender alcanzar lo que esta fuera de la capacidad humana.
Me gustaría que llegaras con el vestido de fiesta que por primera vez adorno el cuerpo de mi amante, con su pelo suelto, con su sonrisa radiante, que mas da si tu has de ser lo que has sido siempre, bien venida seas no he de temer el encuentro.
Estoy cansado y tu has de proporcionar el descanso que he buscado en los lechos mullidos, en el silencio o en el desahogo de mis inquietudes con mujeres que deseaban lo mismo, tal vez en la esperanza en mis oraciones.
Muerte que han de festejar cada año según las tradiciones de mi pueblo, muerte que han de recordar por algún tiempo los que me han amado, muerte de burlas y misterios, de alago e improperios , de cualquier instante y cualquier medio, de ayer, hoy, mañana, de tragedia , justicia, jubilo, paz, molestia y otras muchas formas de verte, cada quien tiene su propia suerte cuando apostar a la vida no tiene sentido, porque al final siempre ganas.
Partiré contigo dejando los restos mortales, que han de ser convertidos en cenizas para alimentar la tierra de un jardín donde las flores y los arboles consumirán lo que alguna vez fue el cuerpo de un ser perdido entre sus propios pensamientos con destellos de cordura, la mayor parte confundido en los acertijos de la vida.
Yo te espero muerte como a un invitada interesante, no se como o cuando has de llegar, eres misteriosa como las mejores amantes, sin duda ha de ser bueno conocerte aun cuando ya no pueda contar de ello adelante.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
