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lunes, 20 de junio de 2022

HE VIVIDO

HE VIVIDO 

mezclando la realidad con la fantasía, en los límites con la demencia, para soportar o adaptarme a las condiciones del mundo caótico en el que ha transcurrido aquello que compone, con sus múltiples eventos y personajes, mi propio universo.


He vivido sin comprender muchas cosas, flotando en la corriente de las apariencias, en el mar de lo absurdo, en la inconsciencia de lo que es y lo que son ilusiones, las pasiones que se apagan, los sueños que algunas veces se realizan, el grato sonido de los ritmos que hacen vibrar el alma, las sensaciones que se graban para siempre, las emociones que, cual fuegos artificiales, iluminan repentinamente los espacios y los tiempos fugases en que voy marcando mis pasos, sin saber con certeza que me espera en el siguiente instante, sin comprender la razón de la vida, de la muerte, del consciente que no alcanza para despejar las incógnitas del universo y cada día se esfuerza por abrir una puerta en el laberinto cósmico, simplemente porque la inquietud impulsa, porque la curiosidad es un aliciente, el aprender me hace pensar que puedo encontrar respuestas a preguntas que cada instante me plantea el existir con sus constantes transformaciones, con los cambios que impone la convivencia, las circunstancias, los eventos naturales, sociales, familiares, de trabajo o personales, con sus retorcidos nudos, con sus constantes altibajos, las acciones que llevan a otro resultado, las ilusiones que chocan con los pormenores, las emociones que se transforman en tragedia o en románticos instantes para crear nuevas ilusiones cual si fueran olas en un océano que no alcanzo a explorarlo en su totalidad.


He vivido entre la luz y las sombras, entre los recuerdos y el olvido, dejando espacios que marcan el final de una vivencia, el inicio de otro acontecer, entre la noche, el amanecer de mis propios pensamientos que evaporan formando nubes y lluvia de ideas que he grabado en escritos sin mas intención que la de ordenar un poco el caótico universo interno, tal vez con el deseo de encontrar mi propio ser en su real dimensión.


He vivido en el bosque de las mentiras que parecen verdades, en praderas de verdades que se perdieron con el tiempo, he transitado por caminos de inquietud, por senderos de fe cambiando de ruta cada determinado tiempo, no por voluntad, sino por la adaptación que imponen las condiciones, por el impulso del viento de los tiempos, de los constantes cambios de un mundo en que participan millones de seres que, como yo, no saben a donde van o de donde vienen, cual es su razón de vivir y en su desesperado intento por saberlo realizan millones de formulas diferentes con sus resultados algunas veces maravillosos, otras veces atroces, sin que ello impida a cada uno realizar su propio intento. 


He vivido tiempos buenos, otros no tanto, con la ilusión de que mañana será mejor, con la intención de dar mi máximo, con las acciones que me han llevado a ser lo que soy, a estar donde estoy, a pensar como pienso, a creer en lo que creo, a mis propias dimensiones, a mi universo interno, al ver aquello que me gusta y dejar de lado lo que me parece vano, porque al fin y al cabo, soy quien decide que es y que no es, de acuerdo a mis propias interpretaciones, cada uno tiene las suyas, diferentes sin duda, es por ello que la convivencia se hace complicada, interesante, porque uno de los mas grandes atractivos de la existencia es el misterio.


He vivido sabedor de que he de morir sin haber descifrado la mayoría de los grandes acertijos de la vida, sin comprender por qué el amor no prevalece si es tan apreciado? por qué el mal es venerado por quienes se dicen inteligentes? 

JuanAntonio Saucedo Pimentel