El comerciante
Comprar directamente del productor,
acaparar, detectar las oportunidades, los puntos estratégicos para la compra y
venta, sacar el mejor provecho, eran sus códigos de vida, los había aprendido
de su padre y este de su abuelo, eran ya varias generaciones de comerciantes y
estaba en su sangre el negociar, su dicha estaba centrada en hacer un buen
trato, había aprendido los secretos de la especulación, el ser un buen
comerciante requería de astucia, paciencia, como los depredadores que saben donde
y cuando pueden atrapar a su presa, no era tarea para principiantes, años de
entrenamiento le habían dado prestigio como uno de los mejores en su ramo.
También en su trato con las personas
aplicaba sus principios fundamentales del comercio, si no era útil no había
porque perder tiempo, si lo era, había que adquirirlo al menor costo y sacarle
el mayor provecho, sus empleados conocían muy bien que su patrón era un
explotador de primer grado y que siempre encontraba formas para exprimir sus
energías y sus conocimientos sin concederles aportaciones económicas o
prestaciones adicionales, en cuanto le fuera posible eludía las
responsabilidades de ley y prefería pagar a corruptos inspectores para
ahorrarse dinero, pero no tenían alternativa, el desempleo era muy alto, había
que conservar su trabajo soportando esas injusticias y el comerciante sabia que
eso le proporcionaba una gran ventaja.
Algo sucedió inesperadamente en un día
de primavera, se presento a solicitar empleo una bella joven de nombre Jazmín,
el comerciante la miro con descaro y complacido de tener la oportunidad de
adquirir esa prenda, tenerla como articulo a su servicio, no seria difícil, se
notaba por sus prendas de vestir que era muy pobre, seguramente desesperada por
obtener algún ingreso para ayudar a sus padres, eso era muy común. Lanzo su
oferta con la destreza de un pescador experimentado, sabia que si picaba su
anzuelo pronto alcanzaría cuanto deseara de esa joven.
Para su sorpresa ella rechazo la
propuesta, le parecía demasiado poco lo que ofrecía por sus servicios, ella
había estudiado mucho para convertirse en secretaria ejecutiva, dominada dos
idiomas extranjeros, había tomado cursos adicionales en administración, control
de personal y de cuentas por cobrar.
El comerciante tosió nerviosamente
antes de decir: me parece muy bien que tenga ambiciones y se haya capacitado,
pero en estos momentos el mercado no esta favoreciéndonos mucho, tenemos que
enfrentar gastos de mantenimiento, almacenes, servicios, impuestos,
prestaciones y demás, como comprenderá eso nos pone en una difícil situación
para cubrir altos salarios.
-Lo entiendo pero no aceptare menos de
un treinta por ciento mas de lo que me ofrece, si acepta puede estar seguro de
que cumpliré con mis tareas eficientemente.
Esta vez el comerciante dudo antes de
dar su respuesta, se quedo pensativo unos instantes, se levanto de su silla,
camino unos pasos hacia la ventana de su privado, regreso y miro fijamente a la
joven.
- De acuerdo, la tendré a prueba
durante dos meses con el salario que pide, si me satisfacen sus servicios le
puedo asegurar que tendrá un puesto permanente conmigo. Estas ultimas palabras
las pronuncio con cierta malicia que no paso desapercibido por Jazmín.
Le agradezco la oportunidad, pero de
antemano le prevengo que no soy una mujer que permita ningún tipo de acoso o
proposiciones fuera de lo que
estrictamente se refiera al trabajo, creo que puedo confiar en usted
porque tiene un prestigio de hombre recto que lo respalda, seguramente
aprenderé mucho a su lado. ¿le parece que inicie mis labores mañana?
-De acuerdo llegue a las ocho de la
mañana, su salida será a las seis de la tarde y tendrá hora y media para ir a
comer.
Cuando la joven se retiro el
comerciante quedo meditando sobre la firmeza de carácter de la joven, su
belleza y convicciones, lo había impresionado definitivamente pero ya
encontraría la forma de doblar su espíritu para hacerla una fiel y sumisa
servidora.
Jazmín salió de aquel lugar feliz por
conseguir el empleo, porque su jefe era atractivo y porque lo conquistaría a
pesar de su apariencia de hombre de mundo , cínico y acostumbrado a mandar,
seria una buena acción cambiar ese explotador por un ser humano.
La convivencia entre esas personas tan
distintas tendría efectos inesperados, conforme pasaban los día y se afanaban
en lograr su objetivo de dominarse uno al otro se fueron formando nuevas formas
de pensar y actuar en cada uno de ellos, el comerciante, contra su costumbre cedía
y toleraba cosas como nunca lo había hecho con otra persona, en cambio Jazmín
era cada día mas exigente, en algunas cosas parecía que ella era la que imponía
su criterio, coqueteaba con su jefe pero no le dejaba pasar de la línea que
ella marcaba y eso le daba el control, pero al mismo tiempo le entusiasmaba y
alagava ver que su jefe estaba perdiendo la partida, sabia que estaba
enamorándose de ella, lo notaba en sus miradas y acciones, pero también ella
estaba cayendo en el mismo tobogán sin apenas notarlo. Le gustaba la situación,
su ego se alimentaba cada día con los detalles que el tenia para con ella, no
había mayor incentivo que el saber que podía convertirse en esposa del
comerciante mas rico de la región.
La proposición se hizo justo a los
nueve meses que ella tenia en su puesto, no había mucho que decir, ya todo
estaba demostrado, era un secreto a voces, los empleados sabían que ella había
domado al león, que su resistencia, inteligencia y carácter le ponía en el
lugar que había sabido ganar.
Como le propuso matrimonio, fue de
acuerdo a su principios de comerciante, simplemente le dijo: Jazmín, no hay
nada mas valioso en el mundo para mi que tu presencia, te deseo a mi lado toda
la vida y si aceptas tendrás como ganancia mi amor incondicional, la
oportunidad de acrecentar tus bienes, de realizar un buen negocio, porque tu serás
al final la única dueña de cuanto poseo, incluyendo mi corazón y mi alma.
- Acepto ser tu esposa, no por el
interés en tu fortuna o lo que de obtener en reconocimientos, sino porque te he
admirado y has ganado mi corazón, eres un hombre noble envuelto en un caparazón
de hierro que te has quitado para dejarme ver que tienes un corazón que vale
mas que todo lo que posees.
Las noches y días de amor, pasión y
romanticismo se fueron como el agua, los años pasaron, engendraron cinco hijos, el comerciante envejeció y
perdió la energía y la brillantes de su mente, pero Jazmín se convirtió en la
patrona dura y sagaz que no perdía oportunidad de acrecentar la fortuna de la
familia, incluso era mas dura, exigente y explotadora que su marido, para
cuando el falleció ella tenia el control absoluto de los negocios y todo el
mundo la reconocía como una mujer emprendedora, inteligente, que había logrado
su éxito con esfuerzo y dedicación, pero ella sabia que solo había tenido que
aprender los códigos que le había enseñado su marido, saber donde comprar,
acaparar, distribuir, obtener la mejor ganancia, conocer el mercado y
aprovechar las oportunidades, satisfacer una necesidad, cubrir un servicio, sin
olvidar que todo tiene un valor, se puede comprar o vender, porque aun los
hombres son artículos que están sujetos a la oferta y la demanda. al dejar esto escrito en su testamento, al final puso una nota que decía:
tomen en consideración que esto no me hizo feliz, desaproveche mucho tiempo y oportunidad de ser dichosa y disfrutar de la vida al lado de vuestro padre, porque la felicidad no esta en el mercado, no esta sujeta a las normas económicas es algo que solo se consigue al compartir con quienes amamos lo mejor de la vida
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