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jueves, 14 de febrero de 2013

El comerciante


El comerciante

Comprar directamente del productor, acaparar, detectar las oportunidades, los puntos estratégicos para la compra y venta, sacar el mejor provecho, eran sus códigos de vida, los había aprendido de su padre y este de su abuelo, eran ya varias generaciones de comerciantes y estaba en su sangre el negociar, su dicha estaba centrada en hacer un buen trato, había aprendido los secretos de la especulación, el ser un buen comerciante requería de astucia, paciencia, como los depredadores que saben donde y cuando pueden atrapar a su presa, no era tarea para principiantes, años de entrenamiento le habían dado prestigio como uno de los mejores en su ramo.
También en su trato con las personas aplicaba sus principios fundamentales del comercio, si no era útil no había porque perder tiempo, si lo era, había que adquirirlo al menor costo y sacarle el mayor provecho, sus empleados conocían muy bien que su patrón era un explotador de primer grado y que siempre encontraba formas para exprimir sus energías y sus conocimientos sin concederles aportaciones económicas o prestaciones adicionales, en cuanto le fuera posible eludía las responsabilidades de ley y prefería pagar a corruptos inspectores para ahorrarse dinero, pero no tenían alternativa, el desempleo era muy alto, había que conservar su trabajo soportando esas injusticias y el comerciante sabia que eso le proporcionaba una gran ventaja.

Algo sucedió inesperadamente en un día de primavera, se presento a solicitar empleo una bella joven de nombre Jazmín, el comerciante la miro con descaro y complacido de tener la oportunidad de adquirir esa prenda, tenerla como articulo a su servicio, no seria difícil, se notaba por sus prendas de vestir que era muy pobre, seguramente desesperada por obtener algún ingreso para ayudar a sus padres, eso era muy común. Lanzo su oferta con la destreza de un pescador experimentado, sabia que si picaba su anzuelo pronto alcanzaría cuanto deseara de esa joven.
Para su sorpresa ella rechazo la propuesta, le parecía demasiado poco lo que ofrecía por sus servicios, ella había estudiado mucho para convertirse en secretaria ejecutiva, dominada dos idiomas extranjeros, había tomado cursos adicionales en administración, control de personal y de cuentas por cobrar.
El comerciante tosió nerviosamente antes de decir: me parece muy bien que tenga ambiciones y se haya capacitado, pero en estos momentos el mercado no esta favoreciéndonos mucho, tenemos que enfrentar gastos de mantenimiento, almacenes, servicios, impuestos, prestaciones y demás, como comprenderá eso nos pone en una difícil situación para cubrir altos salarios.
-Lo entiendo pero no aceptare menos de un treinta por ciento mas de lo que me ofrece, si acepta puede estar seguro de que cumpliré con mis tareas eficientemente.
Esta vez el comerciante dudo antes de dar su respuesta, se quedo pensativo unos instantes, se levanto de su silla, camino unos pasos hacia la ventana de su privado, regreso y miro fijamente a la joven.
- De acuerdo, la tendré a prueba durante dos meses con el salario que pide, si me satisfacen sus servicios le puedo asegurar que tendrá un puesto permanente conmigo. Estas ultimas palabras las pronuncio con cierta malicia que no paso desapercibido por Jazmín.
Le agradezco la oportunidad, pero de antemano le prevengo que no soy una mujer que permita ningún tipo de acoso o proposiciones fuera de lo que  estrictamente se refiera al trabajo, creo que puedo confiar en usted porque tiene un prestigio de hombre recto que lo respalda, seguramente aprenderé mucho a su lado. ¿le parece que inicie mis labores mañana?
-De acuerdo llegue a las ocho de la mañana, su salida será a las seis de la tarde y tendrá hora y media para ir a comer.
Cuando la joven se retiro el comerciante quedo meditando sobre la firmeza de carácter de la joven, su belleza y convicciones, lo había impresionado definitivamente pero ya encontraría la forma de doblar su espíritu para hacerla una fiel y sumisa servidora.

Jazmín salió de aquel lugar feliz por conseguir el empleo, porque su jefe era atractivo y porque lo conquistaría a pesar de su apariencia de hombre de mundo , cínico y acostumbrado a mandar, seria una buena acción cambiar ese explotador por un ser humano.
La convivencia entre esas personas tan distintas tendría efectos inesperados, conforme pasaban los día y se afanaban en lograr su objetivo de dominarse uno al otro se fueron formando nuevas formas de pensar y actuar en cada uno de ellos, el comerciante, contra su costumbre cedía y toleraba cosas como nunca lo había hecho con otra persona, en cambio Jazmín era cada día mas exigente, en algunas cosas parecía que ella era la que imponía su criterio, coqueteaba con su jefe pero no le dejaba pasar de la línea que ella marcaba y eso le daba el control, pero al mismo tiempo le entusiasmaba y alagava ver que su jefe estaba perdiendo la partida, sabia que estaba enamorándose de ella, lo notaba en sus miradas y acciones, pero también ella estaba cayendo en el mismo tobogán sin apenas notarlo. Le gustaba la situación, su ego se alimentaba cada día con los detalles que el tenia para con ella, no había mayor incentivo que el saber que podía convertirse en esposa del comerciante mas rico de la región.

La proposición se hizo justo a los nueve meses que ella tenia en su puesto, no había mucho que decir, ya todo estaba demostrado, era un secreto a voces, los empleados sabían que ella había domado al león, que su resistencia, inteligencia y carácter le ponía en el lugar que había sabido ganar.
Como le propuso matrimonio, fue de acuerdo a su principios de comerciante, simplemente le dijo: Jazmín, no hay nada mas valioso en el mundo para mi que tu presencia, te deseo a mi lado toda la vida y si aceptas tendrás como ganancia mi amor incondicional, la oportunidad de acrecentar tus bienes, de realizar un buen negocio, porque tu serás al final la única dueña de cuanto poseo, incluyendo mi corazón y mi alma.
- Acepto ser tu esposa, no por el interés en tu fortuna o lo que de obtener en reconocimientos, sino porque te he admirado y has ganado mi corazón, eres un hombre noble envuelto en un caparazón de hierro que te has quitado para dejarme ver que tienes un corazón que vale mas que todo lo que posees.
Las noches y días de amor, pasión y romanticismo se fueron como el agua, los años pasaron, engendraron  cinco hijos, el comerciante envejeció y perdió la energía y la brillantes de su mente, pero Jazmín se convirtió en la patrona dura y sagaz que no perdía oportunidad de acrecentar la fortuna de la familia, incluso era mas dura, exigente y explotadora que su marido, para cuando el falleció ella tenia el control absoluto de los negocios y todo el mundo la reconocía como una mujer emprendedora, inteligente, que había logrado su éxito con esfuerzo y dedicación, pero ella sabia que solo había tenido que aprender los códigos que le había enseñado su marido, saber donde comprar, acaparar, distribuir, obtener la mejor ganancia, conocer el mercado y aprovechar las oportunidades, satisfacer una necesidad, cubrir un servicio, sin olvidar que todo tiene un valor, se puede comprar o vender, porque aun los hombres son artículos que están sujetos a la oferta y la demanda. al dejar esto escrito en su testamento, al final puso una nota que decía:

tomen en consideración que esto no me hizo feliz, desaproveche mucho tiempo y oportunidad de ser dichosa y disfrutar de la vida al lado de vuestro padre, porque la felicidad no esta en el mercado, no esta sujeta a las normas económicas  es algo que solo se consigue al compartir con quienes amamos lo mejor de la vida

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