La historia
olvidada
Hace años leí un relato donde se narraba como
llega un nuevo integrante a un hogar y se va convirtiendo en el acaparador de
la atención, en quien dicta los nuevos parámetros de conducta y logra cambiar
de tal manera la forma de vida de esa familia hasta el punto de aislarlos,
romper su comunicación, determinar sus gustos, alejarlos de sus tareas por
entretenerlos en cosas vanas, incluso de mal gusto, pero que resultaban
graciosas, románticas, emocionantes.
Ese integrante fue la TV, el narrador hace énfasis en lo nefasto que
resulto para su familia la llegada de ese aparato a su hogar, de cómo su padre
se perdió durante horas que antes dedicaba a la atención de sus hijos, viendo
espectáculos deportivos, y su madre viendo programas de variedad o películas
desatendió el hogar . los integrantes
de esa familia terminan siendo adictos al televisor, cada día pasan mas horas
frente a esa pantalla de donde emanan toda clase de imágenes que su cerebro va
acumulando, interpretando, sin que haya un orden, un sentido, un análisis que
permita la reflexión y se convierta en algo productivo, por lo menos en temas interesantes
desde el punto de vista cultural, simplemente se trata de ver mas y mas, como
si fueran atraídos por ese constante emisor de cosas que muestras una variedad
increíble de cosas jamás imaginadas.
Cuantos de nosotros pasamos por el mismo
proceso, experimentamos las mismas cosas en nuestro hogar y perdimos la
comunicación con nuestros hermanos y padres. A mas televisores en casa menor
era la comunicación familiar, nos hicimos conocedores y admiradores de seres
que nos presentaban en la pantalla chica, ya nuestros padres no eran el modelo
a seguir, ahora teníamos grandes estrellas reconocidas mundialmente como los
seres que marcaban el patrón ideal.
Caímos en la trampa , poco a poco fueron
influenciando nuestro comportamiento y terminamos vistiendo igual, consumiendo
los mismo, haciendo los mismo como verdaderos robots manejados a control remoto
con el objetivo de fomentar el consumismo, el conformismo, la falta de
iniciativa, de reflexión, de cuestionamiento. Aceptamos sin condiciones los que
la TV mostraba como si fuera lo único existente, lo que ahí se decía era la
verdad , no existía manera de rebatirlo, estábamos sujetos a escuchar y ver los
mismos mensajes repetidamente hasta que aceptábamos como un hecho lo que se
trasmitía. Nada mejor para el control
social, jamás se había tenido un instrumento tan eficiente para tal fin y lo
peor de eso fue que permitimos que nuestros
hijos continuaran bajo el mismo sistema.
Hoy se tiene la alternativa de la red,
depende como la utilicemos para salir de ese nefasto control o para aumentar su
poder, porque, como en todo avance, siempre existe la posibilidad de que sea
aprovechado en forma contraria a la pretensión inicial. De la presente
generación dependerá el futuro de este medio de comunicación global, su
contenido puede ser el mas variado y la selección de lo que veamos, de cómo lo
utilicemos, del beneficio que se obtenga determinara el nuevo rumbo en la ruta
que se ha de seguir. Esta generación tiene grandes retos, las batallas mas
grandes que haya librado la humanidad le han de tocar, vencer o morir es la
consigna, ya no hay mas, estamos en el borde del precipicio y salvarnos es
primordial, para ello se requiere de mentes brillantes, con ideas que rompan
los cercos marcados por la corrupción, el egoísmo, la injusticia que ha
imperado históricamente. No es algo
sencillo se requiere de verdaderos héroes dispuestos a oponerse a lo
establecido, brindando la alternativas para una nueva vida, capaces de ver mas allá
de lo que pudimos percibir los de generaciones anteriores, el futuro de la
humanidad esta en juego.