El crepúsculo del
conocimiento
Como caminar por una calle oscura
alejándose de las farolas que anuncian un hermoso poblado, he viajado durante
años viendo como desaparecen poco a poco las obras que iluminaron el saber
humano.
Las puertas se han ido cerrando
al conocimiento de valores que antaño se consideraban base del nuestro
desarrollo, el mundo se entretiene con frívolos espectáculos que destruyen la
imaginación y la creatividad, dejando solo rastros de historias que no tienen
sentido, entretenimiento pasajero, algo para rellenar los vacíos en una
existencia carente de objetivos.
Las grandes obras se empolvan en estantes
de bibliotecas poco frecuentadas, recintos de dioses que han pasado de moda,
porque ahora la religión del dinero y el placer se apodera de las almas y las
condena a una vida conformada por alucinaciones de consumo ilimitado, de
libertad encadenada, amores que se ofenden en orgásmicas reuniones de seres
inconscientes del universo que se pierde, de la existencia que se acaba.
Un planeta de locos se
estremece al ritmo de los comerciales repetidos en programación digital, los
ordenadores dictan cual es camino a seguir, la economía establece las normas ,
causa y efecto de cada proceso importante para la continuación de la producción
que satisfaga, no lo que el hombre necesita, sino aquello que proporcione
ganancia, lucrativa certeza de que el control sigue establecido.
Los hombres de letras, los
que algunas veces se atreven a pensar, hablar para señalar errores son enviados
a un destierro eterno, enmudecidos por la avalancha de criticas y desprestigio
que no permite ver cual era la intención de sus apuntes. No importa aquello que va en contra de lo
establecido, que no se adhiere al criterio y los paradigmas impuestos para la
enajenación de seres que se han adaptado a la contaminación del ambiente, de
los pensamientos, sentimientos y emociones, que han sido diseñados desde el
laboratorio para conseguir los mejores resultados, o mejor dicho, para explotar
al máximo sus capacidades sin que oponer mayor resistencia.
Años de experimentación
resolvieron los problemas de la conducta, se aplican con eficiencia para beneficio de los inversionistas a
quienes no les importa tener robots o seres robotizados a su servicio, solo
obtener buenos resultados.
La premisa es “no tienen que
saber mas de lo necesario” entendiendo
que solo se ha de proporcionar el conocimiento de aquello que sea de utilidad
para la continuidad en el funcionamiento de sociedades organizadas y controladas
perfectamente en la producción y consumo de bienes y servicios que enriquecen a
quienes mantienen el control.
Bajo este esquema no es raro
que estemos al borde de la extinción, que el mundo este envuelto en violencia,
desesperación, hambre, miseria, adicciones y corrupción a todos los
niveles. El hombre ha perdido el sentido
de su existir, se ha dejado arrastrar por dementes insaciables arrasando de
forma irracional con la tierra, dejando un rastro de dolor y muerte a lo largo
de la historia.
No cerremos las puertas, aun hay quienes
tienen respuestas, quienes a diario buscan respuestas, alternativas, solución a
esos problemas que hoy plantea la existencia. El conocimiento no se ha perdido,
esta ahí esperando ser rescatado, los libros contienen mucho del saber que se
ha pretendido enterrar , estamos a tiempo de rescatarlo, formar las bases
solidas para iniciar un proceso de recuperación que permita al hombre retornar
a su humanidad, a los valores que le unen con la naturaleza y con un Dios que
no esta contaminado por la especulación y la manipulación, que se encuentra en
cada detalle del universo permitiendo que la existencia sea una demostración grandiosa
de belleza, complejidad, variedad, misterio, donde los colores, aromas,
sonidos, texturas, formas , se combinan para formar obras que nos sorprenden y
demuestran que hay algo incomprensible, eterno que nos mantienen con la
esperanza de salir de las sombras.