Conversando con un compañero de viaje sobre el tema de un libro que ambos habíamos leído me sorprendió notar que teníamos interpretaciones muy distintas sobre su contenido, incluso de pasajes o detalles que el autor expuso de clara y que, desde mi punto de vista, no admitían otra forma de comprenderse, pero he aquí que este tipo me estaba diciendo cosas que yo no captaba, el me hablaba de forma distinta, su leguaje era refinado, un amplio vocabulario de hombre culto, de erudito en la materia, tal pareciera que vivía en alguna biblioteca leyendo todos los libros porque tenia referencias de autores y textos que jamas escuche nombrar, pero el caso es que no pensé en ese instante que con ese tío no me entendería ni para ir a comer unos tacos, de cualquier forma era interesante escucharle, el viaje era largo, algo podía aprender en la conversación o distraerme pensando en esos misterios que encerraba la interpretación tan diferente que damos a las cosas según nuestro criterio formado por las influencias que a lo largo de la vida tenemos, vemos moros con trinchete y brincamos donde el suelo esta parejo porque no captamos nítidamente lo que esta frente a nosotros.
Buen juego mental me estaba haciendo mientras escuchaba al compañero soltar un torrente de vocablos, algunos de los cuales me resultaron incomprensibles, lo cual no era extraño, no soy precisamente un experto en la lengua, de nada sirve que haya leído muchos libros, mi ortografía y gramática esta por abajo del promedio, pero no tengo remedio porque el molde es así, mi mente no da para mas, pero les aseguro que he realizado mi mejor esfuerzo y el caso es que mientras el tipo me seguía bombardeando con su discurso que ya era mas extenso que el mismo libro del que estábamos comentando, me distraje viendo las nubes por la ventanilla del avión, bueno no eran nubes, era la neblina y la ventanilla del autobús, pero es para darle mayor altura a este relato que se han de imaginar es en un vuelo de México a Francia, total eso no es lo importante, el punto es que tenemos diferentes formas de ver las cosas y resulta sorprendente que podamos convivir y coordinar muchas operaciones complicadas en el trabajo, en la sociedades de cualquier tipo.
Esas afirmaciones de que se puede lograr cualquier cosa con mucho empeño, tenacidad, trabajo, es puro cuento y aquello de que somos arquitectos de nuestro propio destino, también lo es. Por mas que me empeñe no puedo tener la genialidad de Mozart, Einstein, jugar como Messi o Cantar como Andrea Bocelli y ahora caigo en la cuenta que ni siquiera puedo hablar como este tipo de al lado que ya ha tomado mas agua para seguir con el discurso.
Encontrarme en esta situación es como un accidente en el cual me he lastimado el amor propio, mi cerebro ha sufrido daños menores porque tengo la virtud de ignorar lo que no comprendo, o al menos dejarlo pasar hasta encontrar una forma de remediarlo y ahora voy a investigar mas sobre ese autor y su libro, voy a leer criticas, ver cuanta información puedo obtener para tener una interpretación mas amplia, mas acertada de lo que ha expuesto, aunque viéndolo bien no es necesario, lo que yo comprendí es que es necesario simplificar las cosas para vivir mejor, esto quiere decir que mejor no le muevo al asunto, me quedo con mi interpretación y asunto arreglado, que este tipo se complique las cosas y siga escarbando donde ya no hay mas que buscar.
Esto es simple, sencillo, no complicaciones, vamos pa adelante hombre, ya vamos a llegar al destino, pronto se va a callar el tío y despídete con agradecimiento sincero, ya no lo vas a ver nunca, ha sido un placer verle y mucho mas ya no tenerle de acompañante, no, eso es incorrecto, el desconocido intento darme algo de si mismo, su interpretación ha sido expuesta con apasionado esfuerzo y no he de ser desagradecido, el tiene la libertad de expresarse y yo la de escucharle o no, fue mi opción dejarle hablar todo el camino.
Que le vaya bien! espero tener la oportunidad de hablar otro día sobre otros temas, ha sido muy instructivo e interesante todo lo que me ha dicho, ha sido bueno tenerlo de acompañante!
JuanAntonio Saucedo
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