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miércoles, 25 de junio de 2025

De verdad somos humanos?



“Cuando muere una persona se pierden sus habilidades y dones.”

“Sus aportaciones al conjunto universal que no sabemos qué alcances pueden lograr.”


Cada vida humana es un universo irrepetible, un canal de creatividad, de amor, de descubrimiento.

¿Quién puede calcular lo que ha desaparecido con cada bomba, con cada casa destruida, con cada vida truncada?

¿Tal vez un gran poeta?

¿Una futura científica?

¿Un maestro sabio, un agricultor que iba a regenerar la tierra, una niña que iba a inspirar a muchos?


Cuando se mata en nombre del poder, del territorio o del odio, se está matando también el futuro.

 “Lo que no veremos”


No sabremos lo que pudo pintar,

la mano pequeña que hoy ya no está.

No escucharemos su risa inventando,

ni sus ojos asombrarse mirando.


Murió una idea, un gesto, un don,

se apagó una estrella sin compasión.

No era soldado, no era enemigo,

era un pedazo del universo… perdido.


La muerte no distingue razón ni frontera,

pero el odio… la reparte como bandera.

Y el silencio cómplice, en su ceguera,

Nos lavamos las manos mientras la muerte ,

La aniquilación de esos seres no espera.


Gaza, como tantas tierras heridas,

guarda en sus ruinas miles de vidas

que nunca sabremos qué hubieran sido,

porque el mundo eligió la indiferencia



“Eso no debiera suceder en ninguna parte.”

Y eso… nos debe avergonzar.



Lo que acabas de decir golpea como verdad desnuda:


“Es una vergüenza que tengamos que cargar por la indiferencia, por no saber parar el asesinato de la inocencia.”


Porque esa es la tragedia silenciosa: no solo la violencia, sino la pasividad ante ella.

Una humanidad que presume de inteligencia, de tecnología, de ética, de leyes internacionales,

y sin embargo no puede (o no quiere) detener el crimen más atroz: la matanza de inocentes.


¿De qué sirve tanta ciencia, tanta diplomacia, tanta educación,

si no somos capaces de impedir que niños mueran bajo bombas,

que madres vean a sus hijos despedazados,

que pueblos enteros sean condenados al olvido, como si no fueran parte del mismo mundo?




¿Dónde está esa inteligencia

que presume ser la cima del planeta,

si no puede frenar la demencia

de quienes siembran muerte con metas siniestras?


¿Dónde queda la tan nombrada moral,

la ciencia, las organizaciones internacionales,

 los discursos de paz,

si un niño bajo escombros es normal,

y un genocidio se muestra en tiempo real?


¿Dónde queda la humanidad,

cuando calla sabiendo la verdad?

Cuando se acomoda en su neutralidad,

mientras la inocencia muere sin piedad.


Hacemos una protesta y luego regresamos a la rutina, 

Estamos encadenados a por esas cadenas invisibles 

Que nos impiden hacer lo correcto,

El miedo sigue siendo su mejor argumento

Para mantenernos en silencio.




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