Narración: “Todo depende de nosotros”
Imagina que vinieras de otro mundo…
y al observar esta Tierra, vieras una especie que, en poco tiempo, ha pasado de caminar como simio…
a soñar con recorrer las estrellas.
Una especie que ha desafiado terremotos, tormentas, volcanes…
que ha creado ciudades, puentes, naves, satélites…
que ha abierto las puertas del conocimiento, la ciencia y la tecnología.
Y, sin embargo, aún no ha aprendido a vivir en paz.
A veces parece que ese salto fue tan veloz,
que olvidamos equilibrar la razón con el corazón.
Tenemos poder… pero aún no sabemos cómo usarlo con sabiduría.
Hoy, más que nunca, necesitamos comprender
que nuestras diferencias no son un motivo para luchar,
sino una fuente infinita de posibilidades.
La diversidad no divide…
la diversidad enriquece.
Más puntos de vista, más soluciones,
más caminos, más formas de brillar.
Eso es lo que hace grande a la humanidad:
su capacidad de crear, imaginar, transformar…
de amar, de cuidar, de compartir.
Pero también está en nosotros la capacidad de destruir.
Ningún animal ha hecho tanto daño al planeta como el ser humano.
Y no hay bestia más peligrosa… que un hombre sin alma.
Hoy tenemos el poder de comunicarnos con cualquier rincón del mundo,
de aprender lo que antes era imposible,
de transformar fantasías en realidades.
Y sin embargo, si perdemos la luz del alma,
si dejamos atrás la empatía, el respeto, la humildad…
toda nuestra tecnología será inútil,
y todo lo construido podría caer… como castillo de naipes.
La pregunta es simple, pero decisiva:
¿Queremos que el futuro sea algo que nos enorgullezca?
¿O permitiremos que el caos apague los sueños?
Porque ahora que tenemos tanto…
lo más grande sigue dependiendo de lo más profundo:
nuestra humanidad.
Todo depende de nosotros.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
¿Te gustaría eso?
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