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martes, 3 de junio de 2025

Morir con dignidad


Una tarde platicando con el abuelo le pregunte si era verdad la historia de su hermano Julián ,quien había decidido una muerte asistida, para  lo cual tuvo que luchar contra las ideas que imperan en nuestra sociedad.

El abuelo suspiró, miró hacia la ventana como si buscara en el cielo estrellado las palabras par contar los sucedido.

Título: “El último acto de libertad”


Desde que le diagnosticaron la enfermedad, Julián supo que su vida cambiaría radicalmente. A sus 48 años, enfrentaba una condición incurable que, con el tiempo, le arrebataría su autonomía y le sumiría en un sufrimiento constante.


Durante meses, se sometió a tratamientos experimentales, con la esperanza de encontrar alivio o, al menos, una mejora en su calidad de vida. Sin embargo, los resultados fueron desalentadores. Cada día era una lucha, no solo contra el dolor físico, sino también contra la carga emocional que su situación imponía a sus seres queridos.


Un día, Julián tomó una decisión: quería poner fin a su sufrimiento de manera digna y en paz. No deseaba prolongar una existencia que, para él, había perdido sentido. Su elección no estaba motivada por la desesperación, sino por la convicción de que la vida, cuando se convierte en una fuente incesante de dolor, puede y debe ser concluida con dignidad.


Comunicó su decisión a su familia, quienes, aunque inicialmente impactados, comprendieron y respetaron su voluntad. Julián expresó su deseo de despedirse de todos, de compartir momentos significativos y de dejar recuerdos imborrables. Organizó encuentros, escribió cartas y grabó mensajes para aquellos que amaba.


Carta de Julián: “El valor de decidir”


Queridos amigos y seres queridos:


He vivido con intensidad, he amado profundamente y he enfrentado desafíos que nunca imaginé. Ahora, en esta etapa final de mi vida, deseo compartir con ustedes mis pensamientos y sentimientos.


La vida es un regalo precioso, lleno de momentos de alegría, aprendizaje y conexión. Sin embargo, cuando el sufrimiento se vuelve constante y la calidad de vida se desvanece, creo que es válido considerar la opción de partir en paz.


Mi decisión de optar por una muerte digna no nace de la desesperación, sino del deseo de liberar a mis seres queridos y a mí mismo de un sufrimiento innecesario. No quiero que mi partida sea motivo de tristeza, sino de reflexión sobre la importancia de vivir con dignidad hasta el final.


Espero que, al compartir mi elección, podamos abrir un espacio de diálogo y comprensión sobre el derecho a decidir sobre nuestra propia vida y muerte. La muerte no debe ser un tabú, sino una parte natural de nuestra existencia, que merece ser abordada con respeto y empatía.


Con amor y gratitud,


Julián





Finalmente, en un entorno sereno y rodeado de sus seres queridos, Julián se despidió del mundo. Su partida no fue un acto de desesperación, sino una afirmación de su derecho a decidir sobre su propia vida y muerte.


Este relato busca reflejar la importancia de respetar las decisiones individuales en situaciones de sufrimiento extremo. Algo que nos invita a reflexionar profundamente.



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