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lunes, 14 de julio de 2025

El compositor



(Estrofa 1)

En un pueblo ya grande,

casi hecho una ciudad,

vivía un tal Cipriano,

con su piano y su verdad.

Cantaba cada mañana

con su voz desafinada,

le cantaba a la esperanza,

a la vida… y a la madrugada.


(Estrofa 2)

La gente le decía:

“Eso no deja ni un peso”,

pero él seguía cantando

con pasión y con regreso.

“No canto por la fortuna,

ni por fama ni banquete,

yo canto porque me nace

Y En el alma se me mete.”


(Estrofa 3)

Compuso un día un corrido

al alcalde tan tramposo,

que acaparaba los frijoles,

el azúcar y el arroz.

El canto fue un escándalo,

de esos que hacen retumbar,

y el alcalde bien furioso

le mandó un emisario a comprar.


(Estribillo)

Y Cipriano lo pensó…

pero tenía hambre el cantor.

Vendió su canto mordaz,

y apagó su propio ardor.

Dijo: “Ni modo, compadre,

también tengo que tragar…”

Y guardó su inspiración,

como quien va a naufragar.


(Estrofa 4)

Luego hizo otra canción

a las damas distraídas,

las que siguen a revistas

y se olvidan de la vida.

También esa fue comprada

por los reyes del anuncio,

y el silencio fue premiado

con billete y con relucio.


(Estrofa 5)

Pero un día se animó

a subir otro peldaño:

criticó al alto gobierno

y sus pactos de rebaño.

No le compraron la letra,

le mandaron citatorio,

y Cipriano vio de cerca

El presidio, después el sanatorio.


(Estrofa 6)

Ahí en la celda aprendió

lo que muchos ya sabían:

que en este mundo moderno

la verdad no se quería.

“Canta al amor, canta al viento,

di que ser libre es bendición,

pero nunca te la agarres

con quien tiene posición.”


(Estribillo final)

Y desde entonces Cipriano

se volvió compositor

de canciones complacientes,

llenas de adulación.

Pero en cajones guardaba

su más pura inspiración,

esa que nunca cantó,

por miedo… o por precaución.


(Cierre – hablado con música suave)

Dicen que murió tranquilo,

con su piano y su dolor,

y en sus cajones dormían

los versos de un soñador.

Porque a veces ser sincero

te convierte en prisionero…

pero morir sin venderse

es de valientes verdaderos. 🎶



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