Hablar no es solo sonido,
es sembrar en otro el sentido.
Es decir “te escucho”, “estoy aquí”,
es tender la mano sin pedir.
Cantar no es solo ritmo,
es sanar con un latido.
Es contar la verdad con dulzura,
sin herir, sin usar la amargura.
Escribir no es solo letra,
es dejar huella sincera.
Es decir lo que es triste o lo que alegra,
sin fingir, sin doblez, aunque duela.
**Porque la palabra es sagrada:**
une, cura, construye, alumbra.
No debe venderse ni manipularse,
para engañar o callar usarse.
Hoy nos quieren hacer creer
que solo habla quien puede pagar,
que la fama se compra con ruido,
y la verdad… se puede borrar.
Pero nosotros sabemos :
la voz más fuerte no es la que grita,
sino la que siembra esperanza
con respeto, con calma, con vida.
**Hablemos, pues, con el alma.**
Sin herir, sin fingir, sin mentir.
Que cada verso, cada canción,
sea un puente… no una prisión.
Que la expresión no sea mercado,
sino encuentro, abrazo, verdad.
Porque **lo que nos hace humanos**
es poder decir…
y ser escuchados
con respeto e igualdad!
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