Entrada destacada

El Gran Libro

El Libro Cuando nació la idea de escribir fue como la tormenta que de pronto aparece en el horizonte anunciando con relámpagos y truenos...

lunes, 13 de octubre de 2025

El árbol de la vida

Un sueño vivido.


Subí al Árbol de la Vida.

Sus ramas eran senderos de elección,

y cada fruto, una posibilidad.



Al principio, eran muchas,

tantas que me abrumaban .

La libertad parecía infinita,

como si el universo esperara mi decisión.


Pero conforme ascendía,

las ramas se volvían delgadas, escasas,

y entendí que el saber reduce caminos,

que la altura exige renuncias.



Una ardilla inquieta y curiosa me seguía,

Algunas veces saltaba por delante,

Para lLa era un juego mi esfuerzo por subir,

Para mi era descubrir,aprender, hacer.



Al llegar a la cúspide,

ya no quedaba opción alguna.

Solo el silencio del viento

y la certeza de que el ascenso había terminado.


Entonces el tiempo se dobló,

como un espejo que se mira a sí mismo,

y comenzó el conteo inverso:

ya no era más, sino menos;

ya no subía, descendía hacia el origen.


A mi lado corría la  ardilla inquieta,

saltando entre ramas y pensamientos.

Era la acción,

el impulso que da sentido al pensamiento,

la chispa que mantiene vivo el instante.


Mientras bajaba, comprendí:

el tiempo solo tiene rostro

cuando una consciencia lo contempla.

Sin ella, todo sería un eterno presente,

sin memoria, sin espera, sin destino.


Así entendí que el tiempo y la mente

nacieron juntos,

como dos raíces entrelazadas

en el mismo árbol invisible del ser.


Y al tocar el suelo, supe:

no había subido ni bajado,

solo había despertado

en otra rama del mismo sueño.


JuanAntonio Saucedo Pimentel 

No hay comentarios:

Publicar un comentario