El olvido
Un hombre que había poseído una gran
memoria al llegar a los sesenta y tantos años empezó a olvidar las cosas y se
lamentaba mucho de ello porque se sentía ridículo cuando le preguntaban sobre
algo que se suponía estaba bien enterado y no sabia que responder.
Los familiares y amigos decían que
estaba perdiendo la memoria y que seguramente el Alzheimer estaba haciendo
estragos en el pobre hombre que durante años fue un maestro excelente, pero el
olvidadizo ya para entonces no sabia lo que significaba ese padecimiento y se
alegro de que muchas otras cosas ya no le torturaran en su espíritu , durante
mucho tiempo deseo que los capítulos negros de sus vida fueran borrados
llevándose a los personajes que los ocasionaron y ahora el tiempo le había
concedido esa dicha, estaba libre y podía dejar que su imaginación volara en
torno a cosas nuevas aun cuando escuchara lamentos por su estado, los cuales
también mañana olvidaría sin duda.
El crepúsculo
Y estaba el hombre sentado en el
frente de su casa admirando la puesta de sol mientras meditaba sobre su propio
ocaso “ cuan rápido se fue la vida, ayer apenas jugaba con otros niños entre
los arboles de un jardín, vi una hermosa joven de la cual me enamore, tuvimos
dos hijos, la vi partir a la casa de Dios y hoy estoy solo, me ocultare bajo la tierra como lo hace el sol entre las
montañas, no hay nada ya que pueda desear, recorrí mi camino y saboreé lo dulce
y lo amargo de la vida, me deleite con sus placeres y sufrí intensamente con el
dolor, mi copa se ha rebosado de diferentes vinos pero no me embriago el lujo
ni la ambición, estoy aquí esperando mi crepúsculo en paz.
Otro hombre estaba a unos cuantos
kilómetros al borde de la muerte, sus familiares esperaban ansiosamente su fin
para entrar en posesión de la cuantiosa herencia, en su agonía le atormentaban
los fantasmas de hombres y mujeres a los que había lastimado para alcanzar sus
objetivos, los rostros de niños que sufrieron hambre y enfermedades por su
causa, los que piso para llegar a la cumbre, ahora caía desde lo alto a lo
profundo de una oscuridad que le aterraba y no podía detener eso a pesar de
toda su riqueza, se retorcía en su lecho de muerte buscando algo que le ayudara
a morir tranquilo cuando la muerte le asalto.
Tres tumbas nuevas en el campo santo
del pueblo se hicieron el mismo día, la misma tarde fueron ocupadas por hombres
que de diferente clase social, durante el entierro dos estaban rodeadas de
familiares y amigos que lloraban y lamentaban perder la compañía de quien fue un
ejemplo y una inspiración para vivir feliz y en paz, en la otra tumba se vieron
rostros duros, llenos de ambición, dispuestos a luchar entre si para obtener
los mejores dividendos de la herencia aun haciendo trampas legales, tal como el
les había enseñado, ese era su principal legado, no dejar a otros tomar la
delantera y ganar a cualquier costo.
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