¿Cuando?
De niño me preguntaba cuando seria lo suficientemente fuerte, alto y con
recursos para recorrer el mundo, porque me encantaba explorar el contorno, ya
que había muchas cosas nuevas por descubrir en todas direcciones, sorpresas que
aguardaban y que normalmente me llenaban de satisfacción aun cuando era sencillas, naturales, dentro
de los parámetros que se tiene en una ciudad en desarrollo y en un sitio que no
es precisamente de lujo.
Ahora me hubieran calificado como un
niño abandonado, yo me calificaba entonces como un ser libre, podía hacer casi
cualquier cosa que se me antojara porque mi madre trabajaba la mayor parte del
tiempo y poco podía hacer para darme las atenciones que hubiera deseado,
seguramente sufría por ello pero no tenia otra opción, o ganaba para el
mantenimiento de sus cuatro hijos, del cual yo era el mayor, o nos moríamos de
hambre.
Recuerdo que ella salía temprano por la mañana y regresaba ya por la
noche agotada, no solo por lo alargado de la jornada de trabajo, sino porque
tenia que caminar mas de dos kilómetros cargando los víveres algunas veces yo le esperaba en la parada del
autobús, pero no era raro que me olvidar de ello o que me quedara dormido. Después de pasar el día vagando por calles y
por el extenso pedregal que presentaba
cerca de mi casa terminaba cansadísimo, soñando con la siguiente exploración,
creyendo que las puntas de flecha o las pequeñas figuras de barro que habíamos
encontrado no significarían nada frente a los tesoros que seguramente
encontraríamos cualquier día.
Llegamos a las huayamilpas en uno de nuestros recorridos, estanques
naturales donde se acumulaba el agua de lluvia, se me hizo sucia por el color
pardusco, pero a mis hermanos les pareció magnifica para refrescarse después de
andar por ese desierto de piedra durante horas. Fue un descubrimiento
grandioso, porque después ese era un lugar preferido para visitar, ahí
aprendieron a nadar y se divirtieron a lo grande conociendo cada uno de los
estanques a la perfección. Hoy en día
ese es un parque ecológico y por supuesto no ocupa la extensión que en esos
tiempos, además ya ha sido rodeado por la mancha urbana y es uno de tantos
perdidos dentro de esa gran metrópoli de la Ciudad de México, pero aun me trae
buenos recuerdos el simple hecho de mencionar el nombre de ese lugar, porque la
felicidad, las risas, los juegos forman parte de un cofre de recuerdos valiosos
que fueron conformando mi personalidad.
En esos tiempos no había temor a la violencia, el crimen, la corrupción,
contaminación o drogas, era un mundo sin televisión, teléfonos celulares,
computadoras o video juegos, pero que se vivía y gozaba intensamente, algo que
difícilmente podrán entender quienes nacieron en la era cibernética.
Cuando cumplí los once años ya era experto en colgarme en los tranvías,
antecesores al tren eléctrico, era un gran riesgo según decían los mayores, no
solo por el peligro que entrañaba el caer o ser arrastrado sobre la graba y los
durmientes que servían de base a las vías, sino porque los operadores bajaban
molestos a intentar castigar a los indeseables granujas que poníamos en riesgo
nuestra vida y su trabajo. ¿Creen que eso me importaba? Por supuesto que no, mi
vida de aventura aumentaba conforme a la edad y ahora podía recorrer gran parte
de la ciudad gratuitamente pegado como mosca a esos gigantes eléctricos(tranvías) que
recuerdo con nostalgia porque fueron el medio de transporte perfecto para ir
mas allá de las fronteras de mi colonia y de otras muchas, mientras se
desarrollaba mi deseo de conocer el mundo entero y de ser posible otros mundos,
sin comprender que había limites marcados por la política y por los intereses
financieros que son difíciles de sortear.
No hay forma de explicar la emoción que me causo el recibir mi primera
bicicleta de regalo un día de Reyes, aclarando que también fue la ultima que me
regalaron, porque mi madre descubrió, gracias a la información de un vecino que
era muy comunicativo, que yo andaba casi al otro lado de la ciudad con el
aparato a toda velocidad sin ninguna precaución. Para entonces la mayor parte
de la ciudad, calles, parques, avenidas, sitios importantes para un niño ya
eran de mi conocimiento y estaba en mis planes salir a carretera y llegar a los
pueblos cercanos cuando me fue quitada la bicicleta y prohibido terminantemente
alquilar otra durante meses como castigo.
Es justo aclarar que era un alumno muy irregular, continuamente andaba
de pinta en los lugares preferidos, parques sobre todo, donde pasaba horas con
mis propios pensamientos, haciendo
planes para el futuro, imaginando hasta
donde podría llegar con un auto o con un avión. Como pasaba de nivel?, yo creo que los
maestros no me querían en su clase y me regalaban calificaciones o tal vez tenia la capacidad para aprender rápidamente,
que importa, el caso es que llegue hasta aquí. Ahora tal vez solo me queda
preguntar, ¿cuándo are el próximo viaje? yo estoy listo!
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