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lunes, 7 de abril de 2014

Con el demonio dentro


Con el demonio dentro:
El demente predicaba en una de las salas del hospital donde permanecía recluido diciendo:

El demonio dijo al hombre y a la mujer, he de llenar vuestra vida de diversión a cambio de permitir que los frutos vuestro amor se hundan en la locura y la enajenación. El hombre se negó, fue entonces cuando apareció la televisión.

Satán propuso a la raza humana el placer del sexo sin restricción alguna a cambio de un millón de vidas, el hombre se negó, y entonces apareció el SIDA.

El diablo propuso al hombre un medio para viajar cómodamente a cualquier lugar a cambio de trescientas mil vidas y otro tanto de lisiados, el hombre se negó, fue entonces que apareció el automóvil. 

Satanás dijo al hombre, me darás el alma y la mente de tus hijos a cambio de que los mantenga entretenidos sin que interrumpan cuando no lo desees. El hombre se negó rotundamente, entonces aparecieron los juegos de video. 

Belcebú propuso a los hombres y mujeres de la tierra, denme su alma y su cuerpo y os conduciré por las sendas de la inconciencia donde vuestra amarga realidad no ha de molestarles. Ellos se negaron, entonces aparecieron las bebidas alcohólicas y las drogas.
Pero todo ese conjunto de proposiciones son una falacia que demuestra cuan absurda es nuestra posición cuando no queremos aceptar nuestra responsabilidad y participación en la colectiva locura de nuestra era.

Porque en verdad os digo que no es obra de ningún demonio la perdición del hombre y los grandes pecados que ha cometido en contra de si mismo y de su prójimo sin respetar las normas sagradas y las leyes naturales, sino de su propia corrupción y de su falta de prudencia. 

El hombre se alejo del orden y de la correlación sana con el universo, para caer en lo perverso y hacer de su existir un averno. No requirió de impulsos externos, de tentaciones elaboradas por seres infernales, le basto su propia estupidez para llegar al punto en que ha condenado la vida del planeta. Al momento en que la exterminación de la raza humana y de muchas otras se vislumbra en el horizonte como una tormenta apocalíptica que nadie podrá detener.

Hombre y mujer se culpan mutuamente, achacan al demonio sus males o se excusan diciendo que son mortales y que es de humanos errar. ¡Galáctica tontería! , ¿Acaso no fue visto y advertido por los grandes iniciados que esto pasaría si el hombre continuaba por las sendas torcidas dejando de lado la evolución espiritual, sin la planeación racional en la utilización de recursos naturales?, pero preferimos acusarlos de rebeldes, exagerados, castigarlos, aislarlos, crucificarlos sin clemencia, sordos y ciegos por nuestra avaricia, por nuestro egoísmo y enfermo deseo de poder y riqueza.

En verdad os digo que no hay salvación para quienes siguen los caminos de la cómoda participación en el mal, eso será su ruina y sus lamentos se escucharan en los confines del cosmos por la eternidad sin que nadie les pueda amparar.
No esperen el mañana para actuar a favor de vuestra salvación, arrojen de su vida aquello que os conduce al precipicio, abandonen las adicciones y el vicio que los corrompe, la comodidad que os limita, la apatía que os condena a la extinción. 

Hermanos de nosocomio, no crean todo lo que ven ni todo lo que escuchan, sean escépticos, investiguen, indaguen en todos los rincones para convencerse de lo que os advierto no es una falacia y que mis palabras tendrán eco en la soledad y el silencio cuando vuestro mundo haya desaparecido. 

El diablo es un pensamiento torcido que se convierte en obra, es la mala idea que se convierte en realidad, es vuestro deseo sin control, vuestras pasiones desatadas, vuestra ambición y vuestro descuido.
Satanás vive en vosotros placidamente, se alimenta de vuestra estupidez, vanidad y de vuestra apatía, porque en verdad os digo, un hombre perezoso jamás podrá limpiar su vida de miserias, ni estará en posición de alcanzar la vida plena.

La felicidad no espera en el cielo, en el Paraíso, esta en vuestro propio espíritu, pero tenéis que limpiarlo de toda mala influencia, hacer las cosas que convienen para su desarrollo sano, quitando las cadenas que os esclavizan a vuestras posesiones convirtiéndolos en poseídos. 

La demencia incurable es la mejor alternativa para evadir la participación en las absurdas actuaciones del hombre moderno, es la posibilidad de encontrar el propio camino en el universo interno que cada individuo puede elaborar con la mente .No dejen escapar vuestra oportunidad.

Hermanos de nosocomio os dejo, no escucharan mas mis palabras, he de partir al mundo de fantasía que solo un demente puede alcanzar. Os dejo con vuestras propias reflexiones y con vuestra libertad para actuar o dejar de hacerlo, cada uno de ustedes tiene la oportunidad de participara en contra o a favor de la vida, vuestra y solo vuestra es la decisión.









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