recientemente he iniciado una serie de vídeos cortos en los que hago un tipo de parodia sobre las cosas que son inútiles en mi vida, las que me enseñaron con básicas para alcanzar éxito, para tener buenas relaciones con mis conciudadanos y sobre todo, para vivir bien y tranquilo .
Como la gran mayoría hice los estudios que señalan nuestras instituciones como necesarias para entrar a una carrera académica u obtener un puesto dentro del aparato productivo del país, ahí en las aulas se hizo énfasis en materias como la geografía, historia, matemáticas, español, ingles, física, química, filosofía e incluso disciplinas deportivas, lo cual seguramente dejo satisfechos a mis padres y maestros ya que demostré ser un alumno que sacaba buenas calificaciones, lo cual no significaba en lo absoluto que estaba comprendiendo lo fundamental del sistema educativo, esto es, aprender a obedecer, a seguir los lineamientos marcados, a continuar por las mismas sendas que se ha transitado por siglos.
No tengo que explicar mucho lo costoso que es salir de los parámetros marcados, de intentar expresar nuevas ideas, de presentar evidencias que demostraban cuan equivocados podemos estar en nuestra empecinada conducta, en seguir los mismos preceptos que continuamente han conducido a la guerra, a los vicios, corrupción y demás catastróficos sucesos y conductas que nos tienen ahora al borde del precipicio y con el agravante de que arrastramos al planeta entero.
Por supuesto que sabía el riesgo, si has conocido las tragedias que vivieron líderes sabios, hombres rebeldes, que fueron sacrificados, asesinados , para después ser nombrados héroes, paladines, santos o próceres a los que se les levanta monumentos y se hace alusión en diferentes ceremonias recordando sus intentos fallidos para mostrar un camino distinto, parece locura pero es lo que acontece en cada país y región el planeta .
A lo que pretendo llegar es a exponer cuan inútiles resultaron las enseñanzas, lo poco que me sirvieron las ciencias, artes y técnicas para vivir plenamente, ya que es imposible hacerlo en un mundo caótico donde cada día se presentan multitud de problemas y de situaciones que están fuera de mi control y que me afectan directa o indirectamente.
En sociedades tan enfermas, forzosamente los individuos por mas que intenten mantenerse al margen y tener un buen comportamiento, son afectados y sufren de los mismos padecimientos que la gran mayoría, ceguera mental, falta de análisis profundo, adicciones de distinto tipo, depresión, angustia, en fin, una serie de alteraciones físicas y psicológicas que no les mantiene esclavizados a sistemas que jamas van a resolver los problemas fundamentales para la vida sana , justa y pacifica.
Los que se atreven a ir en contra de la corriente sufren no solo el aislamiento social, sino muchas veces la muerte, de eso tenemos muchas y frecuentes muestras en nuestros país. No lo vamos a remediar con lamentarnos, ni con marchas o manifestaciones, sino cambiando nuestra conducta, comprometiendonos a ser mejores cada día, a no participar en esas conductas destructivas, degeneradas que poco hacen por nuestra calidad humana y nos convierte en las peores bestias del planeta. Hagamos una seria reflexión sobre lo que podemos hacer y dejar de hacer para que el mundo sea mejor y poco a poco veremos resultados, no hay que pedir nada a los políticos o líderes de ningún tipo, solo tenemos que iniciar el cambio en nosotros mismos.
Como la gran mayoría hice los estudios que señalan nuestras instituciones como necesarias para entrar a una carrera académica u obtener un puesto dentro del aparato productivo del país, ahí en las aulas se hizo énfasis en materias como la geografía, historia, matemáticas, español, ingles, física, química, filosofía e incluso disciplinas deportivas, lo cual seguramente dejo satisfechos a mis padres y maestros ya que demostré ser un alumno que sacaba buenas calificaciones, lo cual no significaba en lo absoluto que estaba comprendiendo lo fundamental del sistema educativo, esto es, aprender a obedecer, a seguir los lineamientos marcados, a continuar por las mismas sendas que se ha transitado por siglos.
No tengo que explicar mucho lo costoso que es salir de los parámetros marcados, de intentar expresar nuevas ideas, de presentar evidencias que demostraban cuan equivocados podemos estar en nuestra empecinada conducta, en seguir los mismos preceptos que continuamente han conducido a la guerra, a los vicios, corrupción y demás catastróficos sucesos y conductas que nos tienen ahora al borde del precipicio y con el agravante de que arrastramos al planeta entero.
Por supuesto que sabía el riesgo, si has conocido las tragedias que vivieron líderes sabios, hombres rebeldes, que fueron sacrificados, asesinados , para después ser nombrados héroes, paladines, santos o próceres a los que se les levanta monumentos y se hace alusión en diferentes ceremonias recordando sus intentos fallidos para mostrar un camino distinto, parece locura pero es lo que acontece en cada país y región el planeta .
A lo que pretendo llegar es a exponer cuan inútiles resultaron las enseñanzas, lo poco que me sirvieron las ciencias, artes y técnicas para vivir plenamente, ya que es imposible hacerlo en un mundo caótico donde cada día se presentan multitud de problemas y de situaciones que están fuera de mi control y que me afectan directa o indirectamente.
En sociedades tan enfermas, forzosamente los individuos por mas que intenten mantenerse al margen y tener un buen comportamiento, son afectados y sufren de los mismos padecimientos que la gran mayoría, ceguera mental, falta de análisis profundo, adicciones de distinto tipo, depresión, angustia, en fin, una serie de alteraciones físicas y psicológicas que no les mantiene esclavizados a sistemas que jamas van a resolver los problemas fundamentales para la vida sana , justa y pacifica.
Los que se atreven a ir en contra de la corriente sufren no solo el aislamiento social, sino muchas veces la muerte, de eso tenemos muchas y frecuentes muestras en nuestros país. No lo vamos a remediar con lamentarnos, ni con marchas o manifestaciones, sino cambiando nuestra conducta, comprometiendonos a ser mejores cada día, a no participar en esas conductas destructivas, degeneradas que poco hacen por nuestra calidad humana y nos convierte en las peores bestias del planeta. Hagamos una seria reflexión sobre lo que podemos hacer y dejar de hacer para que el mundo sea mejor y poco a poco veremos resultados, no hay que pedir nada a los políticos o líderes de ningún tipo, solo tenemos que iniciar el cambio en nosotros mismos.
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