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sábado, 29 de diciembre de 2018

Cuando no alcanza el destino

Alguna vez imagine que en un futuro cercano tendría la oportunidad de vivir en calma, tener los conocimientos y la experiencia necesaria para expresar con claridad los proyectos de vida que nacieran del compromiso con altos ideales para servir a mi familia, comunidad, país y tal vez al mundo en una consecuencia lógica donde nuestras acciones repercuten en el cosmos que nos rodea.
   Creí que la sola idea de marcar mi camino con referidas señales dejadas por aquellos que han sido calificados como sabios o iluminados, permitiría seguir su huella para alcanzar el conocimiento o por lo menos tener las herramientas adecuadas para pensar con claridad y realizar con destreza aquello que podía ser importante para mi vida y la de otros en un sentido positivo dando un sentido a la vida, proporcionando un significado a lo que se hace o se deja de hacer, entendiendo cuales son las causas y los efectos, los parámetros, las sentencias, paradigmas, referencias, los ocultos secretos que se abren solo a quienes se esmeran en buscar las respuestas y ponen todo su empeño en hacer lo correcto.

    He recorrido ya la mayor parte de mi camino, el destino me alcanza con su calculado tiempo, el infalible precepto donde se termina mi vida, donde se inicia el silencio y se reconoce a la muerte como el único medio para obtener esa paz anhelada, la no interferencia que niega la posibilidad de pensar con claridad y ver nítidamente los distintos matices que tienen las cosas, lo distintos ángulos en interpretaciones de un suceso, las posibilidades de una acción o las intenciones que existen detrás de los deseos, tal vez , el profundo significado de un sentimiento, de las emociones que se derivan al percibir las cosas del universo.  Nada de eso ha ocurrido, mi ignorancia a crecido con el paso de los años, mas confundido estoy terminando el sendero sin comprender que hay de cierto o falso en las intenciones de quienes se dicen humanos y cometen toda clase de actos que contradicen tal calificativo, confundido  por el perfil de seres que se aplican en la destrucción y cual demonios desatados cometen actos en contra de lo que debiera ser sagrado para conservar un mundo que contiene los elementos de la vida, de tal forma que hay un culto a la muerte, a lo corrupto, una ferviente adoración al placer efímero, a la vanidad, la riqueza, el poder simplemente por tener sin aprender el significado de ser en su verdadero designio.  Como entenderlo cuando se han desgarrado los cánones divinos, pisoteado los altos valores, mal interpretado la capacidad de ser libres para actuar, perturbando la consciencia a tal punto que no se distingue lo que es bueno y es malo, dando una interpretación conveniente para conseguir objetivos, distorsionando lo que pudo ser bueno y transformando en basura lo que era limpio y puro.   La inocencia se pierde entre el contenido de las intenciones de evadir una realidad intolerable formada con los deshechos de millones de seres acumulados en milenios.

    Veo pasar los día con la apatía surgida del convencimiento de no haber seguido el camino correcto, de no encontrar esas señales que me indiquen que hay algo de cierto en lo que se afirma del hombre, donde las evidencias son apabullantes y demuestran que no somos ni inteligentes ni humanos, que hay mucho de locura en nuestros actos, que hay mucho de inconsciencia en afirmaciones que consideramos ciertas y que al final del camino nos demuestran la falta de cordura, de prudencia, de humildad para aceptar que no somos perfectos y que hemos agredido lo sagrado simplemente porque jamas comprendimos su significado. 

    Hombres de barro, hombres de tiempos sombríos de origines ignorados, hombres rebeldes a su naturaleza a su destino, al proceso de cambio evolutivo, conformando un conglomerado de cosas que se agreden mutuamente, una enmarañada estructura que se consume en su propios vicios, que se pierde en sus mezquinas intenciones.   Nada nos detiene, perdimos incluso la fe en que Dios esta con nosotros y lo utilizamos solo como uno mas de las abstracciones que promueven un proyecto, bendiciendo las guerras, creando instituciones lucrativas que especulan con lo divino. 

     El panorama no es el mejor sin duda, pero algo se puede sacar de provecho, ya conocemos lo malo y nos falta experimentar el lado bueno del hombre, tal vez en aun quede tiempo para experimentar ese aspecto que se ha quedado guardado, olvidado en el correr de los siglos y pueda resurgir de pronto para otorgar su brillo a la vida, para llenar la tierra de sus tesoros, dando al hombre la posibilidad de ser humano, de revertir los procesos destructivos y reconocer que se ha equivocado para cambiar el rumbo , dirigirse a las mejores opciones en proyectos de vida, de paz, cordialidad, felicidad, amor, amor en cada pensamiento y acción. 

Las intenciones buenas siempre han existido, falta llevarlas a su conclusión, encontrar las formulas que prevengan de la infección nefasta que aniquila el espíritu, dar la pauta para interpretar un concierto de vida en el que cada participante es importante, donde se siga con buena dirección el ritmo natural donde se encuentra lo que nunca hemos alcanzado, pero que intuimos que esta ahí reservado para quienes se acercan a lo divino. 

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