La leyenda dice que en las faldas del volcán de fuego, habitaba un feroz monstruo de tenia asolada a la región, bajaba a los poblados para llevarse carne de venado, guajolotes, palomas y huevos cada determinado tiempo, sobre todo cuando era luna nueva y la oscuridad le favorecía. Recorría los caminos por las noches y algunos afirmaban que lo habían visto, era enorme y peludo, como un lobo, con grandes colmillos y garras como dagas para sacar corazones, por eso ni los hombres mas valientes habían intentado buscarle y enfrentarlo, pensando que era un dios venido del inframundo, quiero decirles que en esos tiempos precolombinos no había caballos, ni ganado vacuno en estas tierras, aclaraba el tío Pancho y enseguida proseguía su relato.
Esas tierras no eran parte del imperio de los Mexicas, la gran Tenochtitlán estaba a muchos días de camino, por lo tanto no había un ejercito bien preparado, eran solo grupos de gente que compartían costumbres y lengua, pero no se habían aun organizado como lo hicieron los Aztecas, que tenían academia para enseñar lo mismo a la lucha y estrategias de batalla, que las ciencias y las artes, porque han de saber que ellos no eran solamente guerreros temibles, sino también conocedores de la astronomía, de las matemáticas, medicina y otras ciencias que les llevaron a construir una de las mejores ciudades de esos tiempos, con acueductos que abastecían de agua, un sistema de drenaje, las chinampas que eran campos de cultivo flotantes de donde podían obtener alimentos todo el año y cultivar plantas medicinales o flores para adornar con sus colores sus jardines que eran hermosos, pero el caso es que ellos no habían aun puesto sus deseos de conquista en esas tierras del norte porque sabían que no tenían suficientes hombres para mantener controlado expediciones y guerras sin tener que descuidar otros territorios que eran importantes; pero si mantenían un comercio con ellos , sus tamemes y pochtecas que realizaban grandes recorridos por todo el imperio o por sitios que no eran parte de sus conquistas, no solo servían para intercambiar mercancías, sino para informar al gran Tlatoani de todo aquello que era importante, sobre todo cuando se trataba de posibles guerras o conquistas a futuro , de ellos precisamente llego el informe del gran miedo que tenían los de las tierras del volcán de fuego por una bestia mitad hombre, mitad hombre que bajaba a llevarse lo cuanto deseaba sin que nadie se atreviese a enfrentarlo.
El emperador azteca vio la oportunidad de infiltra en esos pueblos algunos de los mejores hombres para, sin necesidad de un gran ejercito, iniciar una influencia de su cultura en esa zona y preparar el terreno para la conquista futura.
Los Aztecas, contra todo lo que se pueda imaginar de su difundida ferocidad o de ser crueles hombres que sacaban corazones de sus prisioneros para ofrecerlo a los dioses, tenían cualidades que poco se conocen, como era el gran amor a su familia, la ternura como trataban a sus hijas y la férrea disciplina para los varones que no obedecían ni respetaban a los mayores, de tal manera que su educación no solo se basaba en la disciplina dura, sino también en un esmerado ejemplo de como la union es base de la fuerza, la sabiduría, el poder, el respeto y el amor se fusionan para alcanzar cualquier gran objetivo.
En cuanto se planeo la forma como se filtrarían los aztecas en esos pueblos del norte, se designaron a quienes consideraron indicados para la misión y fue que una de las princesas mas bellas, inteligentes y valientes estaba entre el grupo que iría a formalizar los lazos comerciales y de ayuda mutua, su nombre era Yaretzi, que significa la que siempre será querida.
Su padre le llamo y le dijo con estas palabra cuál era su misión y como debía comportarse con quienes serian mas tarde aliados o enemigos según lo deparara el futuro.
Hija, mi flor preferida, la gema de nuestra familia, has sido elegida por el gran Tlatoani para una tarea importante, has de ir a tierras lejanas donde difícil será visitarte y tendrás que aprender otras lenguas y conocerás otras formas de comportarse, pero nunca has de olvidar lo que has aprendido de tu madre y de tus mayores, ni traicioneras al pueblo que te cuidado siempre. Desde pequeña te has distinguido por se valiente, de razonar bueno, de comportamiento adecuado, obediente y despierta, has abierto tu corazón a lo sabios consejos y te has alejado de malas compañías, ese ha de ser siempre tu mejor forma de mostrar a otros que vales mucho, no te has de reír de comentarios groseros ni de insultos, permanece callada cuando es necesario aprender de las palabras, pon atención en lo que es fuerte y lo que es débil en los que has de conocer, usa tu inteligencia para cosas importantes, no te rebajes ante nadie, eres una princesa mexica, debes caminar altiva, nunca de prisa, no dejes que tu mirada te traicione por algún hombre atractivo ni te permitas que tu espíritu vuele en pos de sueños que no han de traer cosa buena, la buena interpretación ha de ser por tu atención sin distracciones, tu pasión primera es en tu familia, en tu gran pueblo que hasta hoy te ha protegido y estará tras de ti en toda encomienda, debes ser agrado de tu marido para tenerlo feliz, dispuesto a darte lo que pidas, abierto a cualquier pregunta, a proporcionar lo que es conveniente para el reino mexica y para la gloria de nuestros dioses, que de ti se hablen solo cosas agradables, que seas un ejemplo de lo que es una mujer mexica cuando en circunstancias adversas tengas que enfrentarte con valiente disposición a los peligros, sea pues tu vida feliz y consagrada a cumplir con esta misión con la que has sido honrada.
La princesa Yaretzi partió con un grupo de guerreros como escolta y uno de los pochtecas mas importantes llevando presentes para el principal señor de los del pueblo donde ella quedaría como prenda de las buenas disposiciones de los mexica para establecer comercio y estrechar lazos, ademas llevaron con un gran numero de tamemes las mercancías con las que harían intercambio, tentarían la codicia, el deseo, la curiosidad de quienes algún día serian vasallos del imperio.
Bien dicen que nadie sabe como ha de girar la rueda del destino, lejos estaban entonces de imaginar que pronto ellos serían los vasallos y su gran ciudad, la joya sobre el agua, seria destruida, su tesoros robados, sus mujeres violadas y sus guerreros muertos por enfermedades que nunca habían visto sobre sus tierras.
La princesa fue presentada en gran ceremonia al señor de las tierras el volcán de fuego, quien muy complacido acepto los presentes, la intención de unir sus lazos con los mexicas que tenían fama de ser grandes señores en las ciencias y en las artes, no se hablo de guerra ni de conquista, ni se dio alguna pista que pudiera sembrar duda de buena intención en aquel acto en que una princesa del gran imperio llegaba con la voluntad de aprender su lengua y costumbres, de enseñar cosas que ahí se desconocían, de dar muestra de lo que era una noble dama en el imperio del gran Tlatoani.
Música y danza fueron parte de ese acto, se mostraron los mejores ejemplos de la lucha que ellos hacían cuerpo a cuerpo y de los objetos valiosos que enviaran al rey mexica, ornamentos de oro, de piedras brillantes, de concha, de hueso, pluma y cerámica, estas piezas eran de color rojo y no se parecían en nada a las que se elaboraban por artesanos de otra región. El intercambio se hizo con solemnidad y atendiendo a los protocolos de cada cultura, mientras que la princesa desde un alto sitio, junto con los nobles señores y señoras de ese pueblo observaron todo el ritual con alegría, dando su consentimiento, su deseo de que eso fuera el inicio de una buena relación entre sus pueblos.
La princesa aprendió con rapidez la lengua de ese pueblo, a su servició tenia varios maestros y maestras que a cualquier pregunta de ella le decían la forma de pronunciar cada palabra para designar una u otra cosa, pronto salió el tema del feroz ser del volcán de fuego que no les permitía vivir tranquilos, ella estuvo durante algún tiempo urdiendo su plan para enfrentar a la bestia, convencida de que era algún anima, tal vez un lobo que había encontrado la forma de alimentarse a costa de esos temerosos pobladores, en caso de ser un nahual ella ofrecería sacrificio y calmaría su furia, pero si era un animal, lo matarían o lo capturaría para que el pueblo viera que los mexica eran capaces de enfrentar el peligro mas grande, el propio miedo.
dijo a sus escoltas que cortaran grasas ramas de árbol y las unieran como si fueran cuerpos de hombres, la llevarían por una noche a la entrada de las grandes cavernas donde encenderían un fogata y frente a ella se pondrían esas figuras para que sus sombras reflejadas en las rocas dieran la impresión de que eran grandes guerreros dispuestos a terminar con el ser que habitaba en la oscuridad de ese volcán. Sus ordenes fueron cumplidas y una noche se dirigieron al lugar, de acuerdo al plan encendieron la fogata y plantaron aquellas figuras formadas con troncos, la princesa se puso por delante de los escoltas y pronuncio con gran voz que hizo eco en la caverna, “hemos venido a terminar con tu reino de terror, a las puertas de tus dominios estamos, has de obedecer nuestro mandato o terminaras en el reino de los muertos, tu fiereza no puede mas que la nuestra, somos mexicas y detrás de nuestra fuerza esta la de los dioses que nos protegen, nada que tu hagas podrá contra nosotros, ríndete y serás tratado con benevolencia, yo la princesa Yaretzi soy quien te habla y te convoca a reunión en esta entrada” No bien había terminado de hablar cuando se escucho un rugido y de entre las sombras vieron salir un ser que causaba espanto, pero nadie se movió de su sitio, esperaron con el corazón latiendo con fuerza, con los puños apretando las macanas y los escudos, con la atención puesta en los movimientos de quien se acercaba a ellos dando saltos, rugiendo, pero su princesa permaneció firme, con una daga en la mano y en la otra una flor que le mostró a la fiera mientras le decía “ ve lo que mis manos tienen y decide que es lo que mas te conviene, de lo que escojas dependerá tu futuro y el nuestro, no tienes porque robar si puedes vivir como aliado, tendrás alimento, nadie ha de venir a perturbar tus actividades, los limites de este volcán serán respetados, pero si te niegas esta daga servirá para sacar tu corazón y ofrecerla a nuestros dioses” la bestia se acerco lentamente y tomo la flor , miro a la princesa y ella le miro fijamente y dijo : es un compromiso el que hacemos, tu serás un aliado , has de hacer lo que es apropiado, tu alimento tendrás cada día, se pondrá en el sitio ahora indicado, diciendo esto clavo la daga en la tierra, cuando eso no suceda estarás en derecho de romper la regla, pero también, si tu bajas a robar y provocas espanto entre la gente, vendremos en gran numero a cobrarte la deuda. Te deseo que vivas bien y tranquilo, tal vez algún día venga a visitarte para saber de ti, preguntar de las cosas que tal vez puedas enseñar para el bien, porque es sabido que los que mas conocen de eso son aquellos que han vivido en el mal.
La princesa regreso al poblado y dió la buena noticia a quienes ya la veían como su salvadora, la gran señora que les había traído la tranquilidad, en la que podían confiar sus vidas. Esto le pareció que estaba de acuerdo con la misión que le fue encomendada; pero fue entonces cuando Yaretzi empezó a comprender que ella era parte de ese lugar donde ahora era protegida y admirada, donde a diferencia de lo que sucedía en la gran ciudad de Tenochtitlán, había una justa distribución de los bienes, un respeto igual entre hombres y mujeres, una forma de vida sencilla y con mucha libertad, dando a cada persona su importancia, lo cual se notaba incluso a la hora de morir, cuando nobles y plebeyos, era enterrados de la misma forma, sabedores que no había diferencias, todos eran parte de un mismo tronco y sus labores distintas eran por sus cualidades que cada uno podía practicar sin restricción alguna, sin tener que asistir obligatoriamente a las enseñanza de la guerra o de las ciencias, de las artes o de la religión , cada uno era libre de cree y de hacer lo que mejor le era comprendido, nadie era mas ni nadie era menos, por lo que la justicia se practicaba de acuerdo a las faltas o de los méritos.
Vio también que ellos eran grandes navegantes, se adentraban en el mar, muchas lunas algunas veces tardaban en retornar trayendo cosas de lugares lejanos, a diferencia de los mexicas, estas gentes vivían en comunión con la tierra y el océano, sus creencia eran diversas, porque habían visitado pueblo que tenían distintos dioses, por lo cual no era extraño que pensaran en un dios del mar, de la tierra, de los cielos, en distintas versiones según lo comprendían las gentes de cada región.
De tal forma sus informes al gran Tlatoani fueron en el sentido de no despertarle el deseo de conquista, exponiendo lo que era un pueblos grandes riquezas, sin conocimientos o algo que valiera la pena exponer un ejercito a una lucha que ni siquiera dejaría buenos sacrificios a los dioses, ya que estas gentes no son de gran valor para quienes devoran corazones, son gente humilde, no guerreros , sin nobles o reinos que valga la pena conquistar. Nunca he visto que se hagan cosas admirables como las que se hacen entre los mexicas, sus danzas y su música carecen del encanto de las nuestras, están sumidos en sus temores, están varios de sus mentes, sus espíritus no son fuertes, hay desconocimiento de las plantas para aliviar dolores, de los astros, de los números y los signos que sirven para trazar grandes pirámides, templos, caminos, vagan por los mares y por la tierra como esos animales del bosque que solo buscan algo que comer y no aprenden nada importante, me he adaptado según su condición, cumplo con la tarea que me fue conferida por el gran señor de mi pueblo, estoy a su servicio siempre, mantengo mis costumbres, hago sacrifico a los dioses, no he cometido falta que pueda dañar el honor de mi familia o de mi gente, estoy aprendiendo , intentado no interferir en lo que esta gente hace, los observo y doy mi opinión solo cuando es necesario, aun no encuentro hombre que sea digno de merecer que se recargue en mi pecho ni a quien he de acompañar como esposa, tal vez sea mejor para seguir haciendo lo que me corresponde con libertad.
Esa era la clase de información que ella enviaba al gran Tlatoani, pero su espíritu ya era amante de la tierra donde vivía y de la gente que le acogió brindando su corazón y confianza, ademas tenía la enorme curiosidad de conocer a la bestia que habitaba en el volcán, estaba segura de haber visto algo de humano en sus ojos, su decisión de tomar la flor con delicadeza y no intentar atacarla le aseguraba que era inteligente, el que hubiese cumplido con el compromiso le aseguraba que era un ser responsable, cualidad de los que son respetables en cualquier comunidad.
Una tarde la princesa odio a sus escoltas que le acompañaran al volcán, quería entrevistar a la bestia para saber cual era su condición, en realidad tenia la convicción de que podía establecer algún tipo de comunicación con ella, tal vez le revelaría el secreto de porque estaba en ese lugar viviendo cuando tenia muchos espacios donde vivir mejor.
Cuando llego a la entrada a la gruta, dijo a sus acompañantes que esperaran ahí, ella estaba segura, que esta bestia como la mayoría de los animales, solo atacaba cuando se veía en peligro cuando tenia hambre. Sin temor entro con una antorcha en esa oscuridad, pero después de cincuenta pasos encontró un pared que le impedía el paso, doblo hacia su derecha al ver que existía un pequeño túnel, se agacho y vio al otro lado luz, apago la antorcha, entro en ese túnel y arrastrándose llego hasta una gran cámara iluminada por tener en lo alto una serie de oficios por donde los rayos de sol penetraban proyectando figuras extrañas sobre las rocas que al parecer contenían algún tipo de material que reflejaba la luz, entonces escucho la voz que haciendo eco le dijo: bien venida princesa, veo que sigues siendo valiente y osada como cuando eras niña, eres la única que se ha atrevido a cruzar ese túnel que conduce a este sitio, como veras es bastante agradable, no es frio ni caliente, hay agua de un pequeño estanque y también hay otro lugar donde fluyen aguas tan calientes que puedo poner en ellas piedras que al calentarse me sirven para cocer mejor los alimentos, que pos cierto me han llegado en abundancia, lo cual agradezco. Dime que es lo que te trae a mis dominios ?
Me gustaría hablar contigo, saber que es lo que te hace vivir en esta gruta apartado del mundo, pero ahora que has dicho que sigo siendo valiente como cuando niña también he de preguntar como lo has sabido y si eres un dios, un nahual o un animal que tiene el don de hablar como los hombres? sal de la sombras y ven, acércate, no he de temerte si como he visto eres capas de respetarme.
La bestia salió detrás de una rocas, se acerco un poco mas, apenas lo suficiente para que se lo ubicara la princesa, después se arrodillo y con voz calmada, mas suave con buen ritmo le dijo:
Yaretzi, la de la trenza larga y sedosos cabellos, la del aroma a flor, la de la sonrisa de niña, la mirada de estrellas, la de el andar gracioso, la alegría de tu casa, soy el que te enseño el truco de la fogata y las sombras en una noche oscura mientras te contaba historias de mis viajes en el ejercito de los mexicas.
La princesa por poco se desvanece, sintió como si el suelo se hundiera, y dijo con voz emocionada : eres el amado Quinatzin, el inquieto, el que ha muerto en la batalla y dejo mi corazón desierto, por qué estas en esta gruta cuando debieras estar con los dioses que reciben a lo grandes guerreros caídos en batalla? por qué no me dijiste en el primer encuentro que eras el espíritu de mi amigo, de mi amado, del que me dejo esperando su regreso?
No era el momento Yaretzi ni el espacio apropiado, sabía que vendrías nuevamente, te conozco y se que nunca dejas un misterio sin resolver, tu curiosidad es tan grande como tu valentía , este día ha llegado, tu estas aquí para saber que no soy espíritu, no morí en la expedición a esta tierra, he desertado y deshonrado a mi familia a mi pueblo, soy un ingrato guerrero que prefirió alejarse de su gente antes que seguir los preceptos de quienes buscan acrecentar su riqueza y poder, de los que piden sacrificios humanos para dioses que han inventado para mantener su dominio, no espero que lo entiendas ni que me disculpes por tan grandes faltas, pero mi convicción surgió al ver las injusticias que se cometían con gente humilde, con pueblos débiles que solo se dedicaban a trabajar y a vivir en paz, cuando conocí que no era necesario sacar el corazón a otro para que los dioses regaran la tierra con las lluvias o para que el sol naciera cada día, la vida era una en todas partes, la naturaleza da sin condiciones, el hombre es quien afecta la tierra e impone sus deseos aun cuando eso signifique causar daño, quitar la libertad a otros o aniquilar a los que no desean la guerra ni los sacrificios.
Yaretzi nunca he dejado de amarte, he sufrido por ello y cuando apareciste en esa noche cuando viniste dispuesta a enfrentarme supe que los dioses me han perdonado, que te han puesto nuevamente en mi camino y que hay un destino para nosotros, hemos de caminar la senda juntos. Mientras eso decía, se fue desprendiendo de la mascara que le cubría el rostro y la piel de oso que utilizaba en su cuerpo, apareció entonces como el conocido guerrero que Yaretzi amaba, ella con lagrimas en los ojos fue a su encuentro y lo abrazo con ternura, le beso en los brazos en su pecho, en el rostro, sus ojos y sus labios diciendo que era la mujer mas dichosa, que no podía creer lo que estaba sucediendo, estaba vivo el bien amado, el del corazón noble y valiente, el de los brazos fuertes que siempre le protegieron, el de la mirada profunda, la voz de trueno y sonrisa como una lluvia de verano, el que sabe hablar de los misterios o de la cosas hermosas del mundo, si era un sueño no deseaba despertar.
No es un sueño amada mía, estaremos juntos para siempre, he de bajar contigo a ese pueblo y diremos que los dioses me han transformado en hombre para ser otro mas de los siervos que han de trabajar en favor de la comunidad, ya no tendrán que traer alimentos ni vivir con la angustia de que algún día decidiera nuevamente atacarles. no dejaban de abrazarse y besarse mientras eso planeaban y entonces sucedió que el volcán inicio una de sus grandes exhalaciones y la tierra se estremeció, en la gran gruta empezaron a caer rocas, lo escolta de la princesa corrieron pensando que los dioses les estaban castigando por haber entrado en los dominios de uno de ellos, era tal su pánico que no pensaron en la princesa ni en lo que pudiera sucederles cuando el gran Tlatoani se enterara de que la habían abandonado.
La calma retorno, el volcán con su humeante penacho dejo de de estremecer la tierra pero la entrada a la gruta había quedado completamente bloqueada, Quinatzin dijo que no era ningún problema, el habla tenido suficiente tiempo para recorrer todos los túneles y de las entraña de esa montaña, había otras salidas, tomo a la princesa de la mano y en la oscuridad la fue guiando hasta llegar al sitio donde encontraron la salida, vio que estaba libre y dijo que esperara ahí, tengo que regresar por un atuendo que he ido elaborando en mis días y noches en este lugar, ella sin decir palabra se acomodo en una gran roca mientras el retornaba al interior de la gruta, regreso poco tiempo después con un hermoso atuendo de plumas brillantes tejidas con piel de puma, un casco te caballero águila y sus sandalias completaban su vestimenta, lucia como cuando ella le había visto salir con el ejercito mexica.
Bajaron al poblado donde todos los habitantes admirados se incuban, hacia caravanas a su paso mientras gritaban que los dioses estaba de su lado, solo así se explicaba que hubiesen salido con vida del gran estallido que derrumbo la entrada a la gruta. Asombrados miraban al gallardo caballero que le acompañaba, ella explico que aquel guerrero de noble porte era la fiera que los había acosado durante mucho tiempo, los dioses le transformaron en hombre, decía, ahora es uno de los nuestros, ha de trabajar y ganar su alimento como todos, no ha de atacarlos nunca mas, es como su hermano, lo han de respetar y amar como me han amado a mi.
La gente pensaba que eran los designados par ser reyes de eso territorios, pero Quinatzin le dijo que no habría ni reyes ni vasallos, todos los hombres son iguales mientras cumplen con sus deberes y acatan las normas que mantienen la buena relación, no hay diferencia entre los que son fuertes o los que son débiles, los que son diestros para navegar por los mares o los que son hábiles en sacar los frutos de la tierra, han de ser como lo han sido siempre, libres de escoger cual es su tarea , su compañera o compañero, porque la justicia es sencilla de practicar donde hay igualdad y libertad, yo he de enseñarles aquello que ha de beneficiar a la comunidad y seré su mejor aliado ante el peligro.
Los pobladores se sintieron felices y aceptaron de buen agrado tener entre ellos a esa bestia convertida en hombre y a la princesa que lo había dominado.
Los pobladores se sintieron felices y aceptaron de buen agrado tener entre ellos a esa bestia convertida en hombre y a la princesa que lo había dominado.
Desde entonces aquella pareja vivió feliz viajando con los pochtecas , comerciando, haciendo buenos tratados, aliados, amigos por todos los lugares que pudieron alcanzar, siendo su historia contada como una leyenda y no como una realidad que se vivió en el pueblo cercano al volcán de fuego.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
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