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martes, 10 de enero de 2023

De la alegría a la tristeza

 


A las ocho de la mañana, puntualmente de abrió la tienda de autoservicio, una de las primeras personas en entrar fue la Sra. Montes Burgos, a sus sesenta y nueve años trabajaba como en cajas ayudando a embolsar los productos que los clientes compran en esa tienda, a las personas mayores le dan esa clase de empleo para que obtengan algo de ingresos por medio de las propinas que reciben, pero es un trabajo agotador para los ancianos que tienen que permanecer durante horas realizando movimientos que para su edad ya son dificultosos , para la mayoría es motivo de alegría sentirse útiles y ganar el pan con el sudor de su frente, lo cual resulta comprensible cuando se ve la diferencia con otras personas de la misma edad que solo se pasan la existencia frente al televisor o cuidando a nietos que apenas pueden controlar.

La gerente de la tienda, una mujer de aproximadamente treinta y cinco años se presento de pronto y viendo que la Sra., Montes estaba sentada en la banca que ponen para que tomen descanso mientras llegan los clientes, se dirigió a ella y en forma altanera le dijo que no venían a estar descansando, que ayudara a las cajeras a la limpieza de sus módulos, miro con desprecio como la anciana se levantaba lentamente y se dirigía a la única caja que estaba abierta en es momento para pedir una franela.  A las otras empleadas que presenciaron el evento, no les hizo ninguna gracia la forma como su gerente se había comportado, pero solamente hicieron un gesto de desaprobación, levantaron los hombros y cada una inicio sus labores.

El día transcurrió normalmente, la Sra. Montes cumplió con su jornada y fue a dar las gracia a la gerente con su acostumbrada dulzura en el rostro y sus palabras que demostraban mas que agradecimiento un mensaje de paz y buenos deseos. "Que pase un excelente día Srita. Plazuelos, mañana si Dios lo permite estaré de nuevo ayudando en lo que pueda"  Solo recibió un gruñido como respuesta .

Por la noche Oliva Plazuelos retorno a su casa donde ya estaban reunidos varios de sus amigos y familiares para festejarle su cumpleaños, muy a su pesa tenia que estar presente, porque realmente lo que mas deseaba era descansar después de un día agotador.

Uno de los asistentes era el tío Edgar, ya entrado en los ochenta años, con su bastón y su andar lento, su risa estridente, la cabeza cubierta con una mata de cabello que parecía algodón y con sus cientos de anécdotas que casi siempre eran referentes a tiempos que nadie de los jóvenes comprendía en lo absoluto.

Cuando vino a darle el abrazo ella trato de eludirlo diciendo que venia agotada, el comprendió que no le gustaba mucho su presencia, pero se hizo el desentendido y simplemente se acerco para desearle que la vida la siguiera tratando como a una consentida de Dios, logrado mas éxitos, feliz, con salud y mucho amor, hizo una pausa y dirigiéndose a todos dijo alzando un poco la voz, nadie hubiera imaginado que esa niña que se quedo privada de la atención , del apoyo, del amor de sus padres por un fatal accidente, pudiera alcanzar tanto en la vida, pero no hay que olvidar que en eso tuvo mucho que ver una alma caritativa, un verdadero ángel que desde el anonimato siempre estuvo atenta a que nada le faltara, que recibiera una buena educación. Lastima que no esté con nosotros la Sra. Regina a quien hoy le hubiera encantado ver lo mucho que ha logrado nuestra querida Oliva.

El festejo se prolongo hasta la madrugada, muchos regalos, brindis, una buena cena y los constantes elogios y buenos deseos para la festejada quien no dejaba de ver el reloj pensando que ella tendría que ir a trabajar , se sintió con mas animo cuando los invitados empezaron a despedirse, fue entonces cuando se acerco a su tío Edgar para preguntar por el nombre de aquella mujer que le había brindado  tanto apoyo en forma anónima, seguramente el era el único que lo sabia .

Bueno es que me lo preguntes, porque según tengo entendido ella aún vive, no estaría por demás que lo investigaras para agradecerle tanto que hizo por ti. Su nombre es Regina Montes Burgos y debe ahora una anciana,  espero que siga gozando de una buena posición económica.

Durante la noche fue le fue difícil conciliar el sueño a pesar de lo cansada que se sentía, varias veces las lagrimas brotaron de sus ojos sintiendo en gran dolor, remordimiento por haber tratado mal a esa anciana seguramente era la que tanto influyo para que ella llegara a donde estaba.

Por la mañana se levanto aun sintiendo el pecho oprimido, llegó al trabajo puntualmente y la señora Regina ya estaba en la entrada esperando que se abriera la tienda, se dirigió a ella con gran emoción, la tomo del brazo y le dijo amablemente que la acompañara, le condujo a su oficina ante el asombro de otros miembros del personal que empezaron a especular murmurando que posiblemente era el ultimo día que esa señora trabajaría en la tienda, expectantes esperaban verla salir de la oficina de la gerente llorando.

La escena que se estaba llevando a cabo en esa oficina era totalmente contrario a lo que imaginaban, la que lloraba amargamente era Oliva, que tomando de las manos a la anciana le suplicaba que la perdonara, que ella haría lo posible por recompensar sus sacrificios, preguntando por que le había dejado actuar de forma tan despreciable cuando pudo haberle puesto un alto diciendo quien era.

Nada de eso, nunca has sido mas que una persona responsable de tu trabajo, yo no tengo porque reclamarte, eres precisamente lo que esperaba de ti, una mujer que ha triunfado aprovechando lo que se hizo para que tuvieras una buena educación, una profesión que te abre las puertas que tu madre nunca pudo abrir por la miserable condición en que tuvo que vivir varios años. Antes de morir le diste la satisfacción de graduarte, que fue también una recompensa para mi, siempre estuve al pendiente de lo que ha sido tu vida, me causado enorme felicidad verte progresar, convertirte en una excelente mujer en todo sentido.

Oliva la abrazo dulcemente, como si fuera su propia madre y le prometió que haría todo lo posible para en el futuro no le faltara nada, era lo menos que podía hacer por todos los sacrificios que hizo por ella, pero la Sra. le contesto que eso no era necesario, ella tenia sus ahorros, había entrado a la tienda a empacar por estar cerca de ella, por verla todos los días, eso era su motivación y alegría en cada amanecer.

De todas formas usted se viene a vivir conmigo, tengo suficiente espació y procurare que tenga toda la comodidad posible, además nos podremos ver todos los días y ya me ira platicando muchas de las cosas que deseo saber sobre mi madre y usted. 

Cuando salieron de la oficina el personal se quedo admirado de verlas abrazadas caminando por los pasillos, esa tarde Oliva hizo entrega de ropa térmica a los ancianos que empaquetaban mientras les decía: no quiero verlos sufriendo por el frio en las mañanas, también les vamos a proporcionar chamarras y sweaters para que vengan mejor arropados y se le proporcionara un desayuno gratuito en la cafetería de la tienda. Les agradezco su cooperación y buena atención a los clientes, eso es lo que se espera de todos los que laboramos en esta empresa.  Seguramente en otras tiendas se seguirá con estas medidas tomando en consideración que ustedes son una parte importante en la proyección de una buena imagen para con nuestra clientela.

DEDICADO A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES DE LA TERCERA EDAD QUE HOY REALIZAN TODA CLASE DE TAREAS EN HOGARES, OFICINAS, TIENDAS DE AUTOSERVICIO, PADECIENDO MUCHAS VECES LA DESCRIMINACIÓN Y MALOS TRATOS.


                                                                          JuanAntonio Saucedo Pimentel

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