Viví

  

 

VIVIR

 

 

Gracias por sus atenciones, por tolerarme cuando me he puesto dificìl, por compartir conmigo momentos amargos y dulces, por su apoyo, su amor. Ha sido magnifico recorrer mi camino encontrando personas sorprendentes que han llenado los espacios con sus conversaciones, acciones, sentimientos, emociones que de muchas formas he percibido, aprendiendo siempre algo que me permitio seguir avanzando, encontrando nuevas rutas, perspectivas distintas, dando a mi vida todo el caleidoscopio de sensaciones, de pensamientos , recuerdos que guardo como verdaderos tesoros, siendo los referentes de lo que ha significado la existencia en este maravilloso mundo en el que fui invitado a la fiesta de la vida.

Ha sido un recorrido que me permitio disfrutar de la belleza, la complejidad, la diversidad de elementos que demuestran la grandiosa creatividad de Dios, al que jamas podre comprender en toda su grandeza, al que nunca podrè agradecer suficientemente la oportunidad que me ha dado para venir a este mundo, que con sus dificultades, misterios, obstaculos, nos mantiene siempre espectantes, interesados en resolver aquello que, al lograr su resoluciòn, nos llena de satisfacciòn y nos hace sentir orgullosos, dignos hijos de un ser divino.

 

El placer de vencer la tormenta, de pasar por momentos de gran riesgo, de angustia, dolor, violencia, injusticias, guiados por la fe en Dios y alcanzar puerto seguro, ver la luz que ilumina el momento dichoso en que hemos vencido al mal y estamos codo a codo con los seres que amamos, sintiendo su felicidad, es algo inigualable, nos permite gozar al maximo, sentir el verdadero placer que llena nuestra copa del dulce vino del amor, ese amor que se proyecta en todas direcciones, que se refleja en la sonrisa de nuestros padres, hermanos, hijos, amigos que juvilosos acompañan nuestros triunfos.

 

Vivir implica luchar contra fenomenos naturales, contra las fuerzas del mal que enferman las almas, llenan de ambiciòn, odio, egoismo, furia los corazones y crean verdaderas tormentas donde el dolor y la muerte ensombrecen la tierra, pero es entonces cuando nuestra fe nos hace fuertes, invencibles, nos proporciona los elementos para ganar batallas, conquistar posiciones, iluminar el camino para seguir adelante hasta conquistar nuestro propio espiritu que se levanta para proclamar la victoria.

Viví por voluntad de Dios, viví por los cuidados de mis padres, por el apoyo de todos aquellos que pusieron su atención en mi desarrollo, por los que me apoyaron, por los que mostraron cariño, se interesaron en que siguiera con bien mi camino, quienes me amaron y me dieron cuanto pudieron, gracias de todo corazón.

JuanAntonio Saucedo Pimentel