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viernes, 17 de mayo de 2024

Mi arrogancia camina de la mano con mi ignorancia

 Algunas veces escuché que no debo dar palos a ciegas, proceder sin conocer con certeza las consecuencias, pero la experiencia me ha mostrado que en la mayoría de las ocasiones, sobre todo cuando se trata de las relaciones entre personas, es difícil, por no decir imposible, determinar qué hay de verdad o falso, la probabilidad de fallar en el juicio es muy alta, incluso cuando se trata de los que se hacen acerca de mi persona, porque hay quien me ha calificado de tonto y quien asegura que soy inteligente, alguien dice que son un sol en su vida y otros que me consideran una sombra o un chicle en su zapato. La verdad es relativa, depende de quien califique, en qué circunstancias, los efectos y distintos aspectos que intervienen en una relación, pero lo que sí es indiscutible es la forma como yo me percibo después del largo recorrido por la vida, mis aciertos y errores, las experiencias acumuladas, el constante trato con seres con apariencia humana, con diversos pensamientos, sentimientos, emociones que se convierten de tiempo en tiempo para ser lo contrario o simplemente diluirse en el tiempo y el espacio sin apenas dejar huella, lo digo porque, aún los grandes genios se mantienen en el anonimato para no permitir que su influencia cambie las reglas del juego donde los fuertes y malvados se mantienen encumbrados en el poder, donde los dementes pueden presumir de guías creando sus escenarios de violencia y degeneración sin límites ,levantando torres de barbarie, muros de tristeza, de dolor profundo que asesina impune mente las ilusiones, hiere sin misericordia los espíritus, entierra las esperanzas de quienes alguna vez se han considerado humanos.

El hombre con su arrogancia , su vanidad, ambiciones, con el temor que crece al notar su incapacidad para controlar lo importante, para garantizarse a sí mismo el inmortal sitio en el universo infinito, par conocer la causa de su existir o de su muerte, o llenar su espíritu de amor , del dulce sabor y alegría en la vida que experimentó alguna vez junto a a un ser que le abrazó con ternura que le hizo sentir dichoso con su sonrisa y que al perderse le lleno de angustia, le provocó la furia que guarda en lo más profundo de su ser mientras desesperado busca un nuevo refugio, un amanecer brillante, un Dios aquello que le guarde de los propios miedos, de los tormentosos pensamientos que confunden lo falso con lo verdadero y le hace dar palos a ciegas en un espacio donde el tiempo va marcando un final inexorable. Esa inexplicable vida se agita en sus propios silencios, en sus acciones e intenciones , buscando algún sustento, la explicación , el acierto que garantice la estabilidad, la calma al tormento de pensar ,  de contradecir los instintos, de frenar la pasión o formular una oración pidiendo, rogando ser escuchado, limpiar la culpa, sentir alivio a su mal que no es otra cosa que el saberse mortal e impotente de cambiar su naturaleza, la cual le impone vivir luchando, atender constantemente su propio ser imperante, sus requerimientos importantes que muchas ocasiones rebasan los límites de la capacidad, del entorno y circunstancias sin que eso le detenga y desate algún comportamiento loco. Aclarando que no hablo de ti o o de otro u otra, hablo de mí para que no se ofenda nadie, se lo que eso puede causarme , mi estupidez aún tiene destellos de cordura, lapsos de racionalidad que me hacen comprender el peligro que se corre al juzgar a priori, no deseo cargar más leña de la que soporta el mortal ser que soy de pies a cabeza, bien he comprobado que las respuestas de quienes se sienten ofendidos puede ser catastróficas, van desde el simple insulto verbal a la agresividad extrema pasando por la intriga, la tortura o el desprecio profundo que hiere como un puñal en el pecho sin permitir aclaraciones en defensa o la presentación de atenuantes, los castigos son severos porque no se debe renegar de la propia especie, denigrar el comportamiento de los semejantes, señalar los errores o locuras porque se pretende enaltecer la “cultura” o poner en alto los valores humanos aún cuando se es bien sabido que poco importan bajo el peso de los intereses económicos, la ambición de poder o un capricho demente. Aquí en mi soledad entre tanta gente se me hace sencillo expresar los pensamientos, escribirlos sin pretender de que sean leídos, son mis íntimos secretos, los que en el diario acontecer me surgen como un torrente de energía transformada en letras, palabras, narraciones que reflejan cómo percibo el mundo, a las personas conocidas y las que se cruzan en mi sendero cada vez más estrecho y en el cual no hay muchas sorpresas, puede cambiar el escenario pero continúa el mismo argumento con sus ligeras variantes por la moda , los actores y actrices dando su mejor esfuerzo por superar a los anteriores protagonistas sin que ello signifique  un cambio verdadero.

Los palos a ciegas se seguirán dando, mis ideas son prueba de ello, son la medida inexacta de una actuación fallida que alguna vez se calificó de exitosa por ser parte de la producción surrealista que fue inspirada en la confusión, en el desarrollo sin sentido de una especie que se ha creído la cúspide de la evolución y vive en la ilusión como un alivio al pánico que le causa verse sumergida en su ignorancia, de ahí el nacimiento de la arrogante consideración y auto proclamación de su superioridad, del proceder depredador que ve a todo como un servidor a sus propios intereses para luego caer en el arrepentimiento y pedir perdón cuando el daño ya está hecho… pobre criatura que no ha podido definir su postura, aclarar su lugar en el universo demasiado para su capacidad; pero eso no ha de frustrarme , soy lo que soy, estoy aquí, sigo viviendo, pensando, elaborando, luchando, compartiendo, algunas veces disfrutando con mis propias ideas y soñando, imaginando en mi universo interno que todo está bien y puedo seguir adelante.

Un gran abrazo.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 



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