Una de las cosas que me inquietan es la forma absurda en que actuamos siguiendo los mis mis patrones que por siglos nos han llevado a situaciones catastróficas con pérdida de vidas, con deterioro de valores, destrucción, dolor inmenso que se convierte en rencor, en frustración o agresividad que no permite a la humanidad un momento de reposo con la continuidad de conflictos que solo cambian de escenario , se refuerzan con nuevas técnicas se perfecciona su poder destructivo.
Mi cerebro no tiene la capacidad para analizar todos y cada uno de los elementos que provocan esté comportamiento, pero si para captar el daño que causa, el drama trágico, sus nefastas consecuencias donde millones de seres en reducidas sus ilusiones a nada, dentro de escenarios que trituran cualquier intento de escape, ya que afectan la consciencia, el espíritu de los individuos de manera permanente.
No comprendo como seres que son capaces de realizar obras geniales en el arte, la ciencia, la tecnología, se dejen arrastrar por ideas que han de provocar el surgimiento de los peores procederes, de lo más oscuro de los espíritus, o de nuestra mente que de forma desenfrenada ha dejado en este mundo una serie de eventos infernales, de actos que nos debieran causar vergüenza, el deseo firme de no repetirlos jamás, pero eso no sucede, lo hacemos. Je a ente con mas vehemencia, con mayor ímpetu sin considerar apenas las amargas consecuencias .
Siendo jueces de nuestros actos podemos encontrar argumentos para disculparnos, para atenuar los crímenes cometidos apelando a muchas causas, diciendo que los culpables son líderes corruptos, seres ambiciosos, dementes que lograron seducir con su discurso a las masas, o que las crisis de distinto tipo nos llevan a la desesperación, permitiendo que el instinto de de conservación sea quien dirija las acciones. Nada de eso es válido cuando se hace patente el principio de que debemos ser ante todo racionales capaces de tomar decisiones que garantizan La Paz , la buena convivencia, el compartir los bienes de la tierra y el fruto del esfuerzo común, de otra forma no podremos sustentar la idea de que seguimos siendo humanos.
Afirmamos que lo más valioso es el amor, hay que demostrarlo con hechos, ser amorosos con aquello que otorga a la vida sus aspectos brillantes, mágicos, haciéndonos sentir dichosos al ver que somos capaces de compartir esa felicidad, de experimentar el placer de observar cómo El Progreso significa bienestar para todos.
Estamos ante la posibilidad de ser o dejar de ser, no hay más opciones, el tiempo se agota como los recursos y la capacidad para revertir el daño causado, espero que se tome la decisión correcta simplemente porque se puede hacerlo.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
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