Lo mejor de mis sueños

 Cuando soñamos creemos que vivimos, cuando vivimos creemos que soñamos y así confundiendo la vida con los sueños, nos apagamos según palabras del poeta jalisciense Elias Nandino. Estoy de acuerdo y además, en mi caso, han sido los sueños y la fantasía lo que me ha dado soporte en momentos críticos permitiendo que escape de una realidad difícil de soportar, tal vez no soy tan fuerte como aquellos que se enfrentan ala adversidad luchando de distintas formas, yo me ausento en mi universo interno, me hundo en sus profundidades para encontrar tesoros de romanticismo, de aventura, alegrías, personajes fantásticos, amigos sinceros, mujeres seductoras, paisajes paradisiacos; en fin , todo aquello que me ayuda a continuar mientras el tiempo transcurre y cambian las circunstancias encontrando una nueva oportunidad para retornar a la realidad con buen ánimo sin que ello signifique que he de recobrar la confianza en ella, sé que  ha de convertirse nuevamente en tormenta en cualquier momento, pero ya estoy acostumbrado ,se que puedo reiniciar mis fantasías y soñar con ese mundo maravilloso donde la libertad se respira, se siente como un todo que permite viajar sin destino siguiendo los propios deseos, haciendo placentero el viaje, conociendo lugares  increíbles, personas maravillosas con las que establezco relaciones amigables y comparto situaciones agradables, algunas veces cómicas.

En uno de esos sueños conocí a una mujer que maneja una ambulancia que adquirió en un remate, me dijo que es la mejor adquisición que ha realizado porque se puede estacionar en cualquier sitio y jamás le han detenido por exceso de velocidad, buen punto le dije y mientras conversaba con ella le ayude a subir las cosa que había adquirido a su vehículo , se le resbaló de las manos una bolsa de hielo y cayó en un pequeño bache donde se rompió parcialmente dejando salir cubos del agua congelada que ella rápidamente empezó a recoger y meter en otra bolsa se plástico, me invitó a comer y acepte gustoso, al llegar a su casa bajamos el mandado y mientras ella acomodaba en alacena y refrigerador,  enguante los cubos de hielo , pero en ese momento me llegó un sonido de voces, provenientes de esos cubos que callaron en la tierra, me quedé escuchando , era un coro magnífico con una melodía exquisita y rápidamente tomé la bolsa y la acerque a  Elsa, ella esculpo incrédula y pregunto como era posible, le dije que seguramente el material que había en el bache era como un receptor de señales satelitales o algo por el estilo, nos sentamos a escuchar hasta que el heló se derritió por completo y nos reímos por no haber metido algunos cubos en el congelador, fue entonces que descubrí que estaba en mi casa y no en la suya, porque el poso en el centro del jardín yo lo había reparado, lo mismo que los postes del corredor que unía diferentes habitaciones alrededor de ese hermoso jardín que mi madre cuidaba con tanto esmero y que siempre estaba saturado de rosas blancas sin importar las estaciones.  

Algo que es magnífico en los sueños es que no se requieren presentaciones ni formalidades, como las relaciones que establecen los niños, los nombre y el conocimiento de las personas se realizan durante las vivencias compartidas, en las experiencias que se van acumulando con el tiempo que siempre es divertido, emocionante, sorpresivo, porque no existe, elementos negativos, envidias, egoísmo, sino el deseo de vivir con alegría, fraternalmente .

Uno de mis sueños preferidos y que se ha repetido en varias ocasiones a lo largo de los años, tiene como protagonista principal a un búho de nombre Sebastian, no Sebastián. Es un ave muy simpática con sus grandes ojos y su pequeño pico dando siempre la Impresion de ser serio, pero que tiene un gran sentido del humor, una vez le pregunte como había adquirido su sabiduría y me contestó “alejándome de los hombres”

Lo conocí mientras yo nadaba en la piscina del centro deportivo de la colonia, entonces mi edad era de 18 años y él estaba parado a la orilla de la alberca usando aletas y un visor lo cual me causó mucha gracia porque nunca hubiera pensado que a un búho le gustara nadar, me dijo que. O tenía la intención de meterse al agua, pero quería saber cómo se sentía ponerse algo tan ridículamente incomodo, le serviría para una fiesta de disfraces, eso sí que me hizo reír.

En otra ocasión me invito a conocer su casa en un gran árbol que se encuentra en una paraje majestuoso en las montañas , por supuesto que acepte, trepe al árbol visite su amplia mansión donde pasamos un buen reto conversando sentados en la terraza bebiendo jugo de frutas. Me contó que él conocía donde se encontraba el libro de los destinos, de alguna forma llegamos ahí, era una torre de cristal con cientos de metros de altura, en la cúspide un recito con un enorme libro abierto sobre un pedestal de barcino esparciendo su fragancia por el sitio. Sebastián me explico que la página en que se encontraba abierto el libre marcaba la fecha actual y que en ella estaban los acontecimientos importantes ,pero no era aconsejable verlos ni intentar conocer los del futuro , eso le quitaba a la vida su misterio, que era uno de los aspectos más importantes porque en ello radicaba la sorpresa, el reto para resolver y adaptarse , lo cual me pareció muy acertado, dándome la certeza de que ese era un amigo sabio que siempre debía tener entre mis favoritos.

Siempre he deseado soñar con Dios, pero a la fecha no lo he conseguido, tal vez porque tengo la certeza de que demasiado para la capacidad de mi mente, como puedo soñar lo inexplicable? Como imaginar aquello que está en todo, que lo es todo? Entonces solo me limito a soñar con lo que esta dentro de los límites humanos, sus locuras y genialidades, preferentemente las experiencias agradables los mágicos destellos de la fantasía, los hechizos del romanticismo, del amor en sus espectaculares manifestaciones en sus intrincadas dimensiones por laberintos donde se puede lograr lo imposible sentir lo más profundo, experimentar los mayores placeres con tan solo una mirada, una palabra que sígnica todo, pero de eso os contaré en otro momento, por lo pronto deseo que puedan soñar e imaginar cosas maravillosas.

JuanAntonio Saucedo Pimentel