De donde salieron las arrugas, canas, las manchas en la piel cuando mi corazón se siente joven, mi mente aún genera deseos mientras veo los bellos paisajes, admiro las obras de arte, los deportes me apasionan y las fiestas me causan gran alegría y sin embargo el espejo no miente, atrás se quedaron los días en que el brillo de mis ojos y la sonrisa en mis labios eran constante expresión de felicidad, ahora hay dolores que anuncian el desgaste, la falta de energía me obliga a descansar cuando aún deseo continuar y mi visión se opaca como los sueños que se confunden con recuerdos de esa juventud que se ha diluido en el tiempo sin apenas darme cuenta.
Mi reflejo en el espejo no muestra mis inquietudes, sentimientos, emociones o pensamientos que se esconden en esos tiempos pasados, en algún rincón de la mente donde se quedaron como evidencia de lo que he vivido para avivar la llama de la existencia, para demostrar que estuve, hice, goce o sufrí como millones de mortales que en este mundo fueron y dejaron de ser sin importar la importancia, la magnitud, el impacto o el anonimato donde quedaron sus obras, pero para cada uno, en lo personal, fueron lo que proporcionó la luz que iluminó su sendero, como ahora el mio lo es por el deseo de terminar con dignidad aquello que me es importante, demostrar que aprendí a reconocer mi ignorancia, a ser tolerante conmigo mismo, a reconocer la importancia de todo cuanto me rodea, en especial de aquellos que de cerca me brindaron su compañía, compartiendo experiencias, apoyándome con su presencia, aceptando nuestras diferencias mientras se manifestaban en múltiples actos el rol que a cada uno corresponde en la magna obra del universo.
He aprovechado el tiempo espacio que me corresponde para intentar comprender el significado de la vida, investigando entre los pensamientos de hombres considerados sabios, en los rincones de la historia y de muchos lugares de este planeta, me interné en los senderos de las filosofías, de la estupidez y la locura que los hombres padecemos sin remedio mientras imaginamos ser inteligentes y con arrogancia pregonamos ser la cúspide de la evolución de las especies.
Me divertido mucho jugando y compitiendo, intentando ser lo que se considera aceptable, cumplir con las normas, repetir los mismos patrones, actuar a la sombra de los paradigmas aceptados como ciertos mientras en mis pensamientos me ausentaba por los confines de mi universo interno para soportar la presión de un caótico mundo donde se aceptan los más increíbles actos, se confunde la demencia con la sabiduría, el bien con el mal se apuesta con la destructiva escena siempre expuesta sin mayor alarma.
Los gallardos caballeros al paso del tiempo se han ido de este mundo , los que aún quedan en la sombra de su proceder tienen miedo a la muerte y las otrora bellas damas se marchitaron en el silencio de tiempo , borrando lo que inspiraba pasión y poesía. Me quedó cada vez más solo con la partida de amigos y familiares, mi tiempo se acorta pero eso me causa regocijo , no porque desprecie la vida, sino porque siempre me considere ajeno a este mundo y gran parte de mi existir lo hice en la fantasía de mis propias creaciones.
Los años pasaron y mi reflejo en el espejo me demuestra que es hora de aceptar el cambio, el final de la materia y la energía en mi cuerpo se ha de transformar como todo en el cósmico proceso, me alegra aún tener consciencia de lo maravilloso que ha sido el haber participado en el festejo de la vida.
La nueva generación está presente con sus propios sueños y destellos, su alegría invade los espacios, su pasión se desborda por el mundo y los proyectos se inician con el ímpetu de la energía impulsa la nave del progreso con su carga de innovación que no admite retroceso. Ya he visto eso varías veces, estoy como el espectador que admite no entender mucho de lo nuevo y me alejó de los centros del dinámico cambio.
Estoy escribiendo nuevamente para no olvidar lo que deseo tener en el baúl de los recuerdos y mi historia ha dejado de tener coherencia en algunas de sus partes por voluntad del inconsciente que se atribuye el poder de influir en cada parte. No importa, ya están en miles de paginas las cosas que fueron parte de una obra que ha de terminar con un buen final porque estoy seguro que solo es el inicio de un gran viaje en el infinito.
JuanAntonio Saucedo Pimentel
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