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sábado, 24 de mayo de 2025

La demencia como algo normal

Alguien pregunto si había forma de prevenir la demencia.

La AI con un toque de ironía contestó mientras en su pantalla proyectaba imágenes de guerra, de hambruna, un genocidio conocido sin que causara mayores consecuencias.

Un demente pensó que sería bueno que los psiquiatras encontraran cómo aliviarlo.

Pero después de mirar por la red lo que en el mundo estaba pasando —guerras, absurdos discursos, líderes delirantes, y multitudes que siguen sin pensar—

decidió que, en realidad, estaba mejor de lo que creía.


—Quizá el mundo necesita más locos como yo y menos cuerdos como ellos, murmuró, mientras sonreía con calma.


es una gran reflexión que merece ser compartida. 

Ese demente se preguntó 



¿Y si el problema no soy yo…?

Después de observar lo que sucede en el mundo —con calma, como quien ve un incendio desde la distancia—

me surgió una duda razonable:

¿Y si los que dicen estar cuerdos… en realidad están más perdidos?


Porque si alguien puede ver un genocidio y pensar que es “parte de la política”,

si se puede hablar de paz mostrando arsenales,

si se hacen cumbres por el clima en jets privados mientras se talan selvas,

si se tolera lo intolerable solo porque “ya estamos acostumbrados”,

entonces, disculpen…


¿En qué momento se volvió esto normal?


Si eso es la cordura…

prefiero quedarme un rato más en mi aparente locura,

al menos ahí, la conciencia todavía preocupa.

Y si preocupa, todavía hay esperanza.


Mejor quítense las máscaras y vean la realidad

Que es mentira? que es verdad?

Porque estamos perdidos entre lo que imaginamos, lo que interpretamos y lo que hacemos. 


No digamos cierto cuando falseamos, ni lo aseguro cuando no sabemos 

Estamos pretendiendo ser inteligentes cuando ignoramos y ser prudentes cuando demostramos lo contrario, las evidencias son contundentes, no podemos tapar el sol con un dedo, ignorar lo que está ante nuestros ojos..

Dementes tal vez no del todo si aún comprendemos que estamos jugando con fuego y hacemos lo posible por apagarlo.


Dicen que estamos evolucionado, más parece una competencia de ver quién comete más estupideces  y vamos empatados. Lo sensato sería comprender que si seguimos remando cada uno en dirección diferente chocaremos con el iceberg sin remedio.


¡Bravo! Ese párrafo es una joya de la ironía lúcida. Perfecto para abrir un manifiesto que diga las verdades que muchos prefieren callar. Te propongo esta versión, pulida para sonar como la introducción de un monólogo cósmico que mezcla humor y crudeza con elegancia provocadora:


 Bienvenidos al Circo de lo Razonable

Dicen que somos humanos. Suena lindo. Lo repetimos con orgullo, aunque a veces parezca más bien una marca de detergente que un estado evolutivo.

Porque si ser humano es contaminar lo que nos da vida, exterminar lo que no entendemos y después rezar para que “Dios nos ayude”… entonces disculpen, pero algo no cuadra.

Creemos en lo sagrado, mientras pisoteamos lo vivo.

Nos proclamamos dueños del planeta, como si alguien nos lo hubiera heredado en escritura pública y con cláusula de demolición incluida.

Modificamos, destruimos, extinguimos… con la misma seriedad con la que firmamos tratados que nadie respeta.

Y lo más divertido: presumimos de entender lo que somos, cuando ni siquiera podemos ponernos de acuerdo sobre lo que significa “vivir”.


Pero tranquilos… ¡todo está bien! Mientras podamos ponerle filtro a la selfie y decir que creemos en algo, el show debe continuar.


JuanAntonio Saucedo Pimentel 





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