Iniciaba otra semana y los alumnos emocionados entraron a clase sabiendo que tendrían como auxiliar a la inteligencia artificial ya preparada por el maestro para responder a sus preguntas,.
El profeso pidió que fuera la inteligencia la que propusiera cual sería el objetivo principal de estudio durante la semana , todos estuvieron de acuerdo y se formuló la pregunta.
Las luces de la AI parpadearon y dijo : algo importante deben de aprender en los próximos días, que la cooperación es lo que hace posible alcanzar grandes objetivos y que no es un logro personal aquello que hace que funcionen las estructuras sociales, sino la contribución de cada uno según su habilidad y puesto. Antes le narraré una historia para que lo comprendan mejor, después ustedes decidirán su proyecto.
“La noria de Eusebio”
En el pequeño pueblo , el agua era un tesoro que se debía acarrear desde una vertiente lejana. Cada día, las familias recorrían el mismo camino polvoriento, cargando cubetas pesadas. Siempre se había hecho de la misma forma, pero un día alguien pensó que podía ser diferente.
Eusebio era un joven callado, siempre observando. No destacaba sobre los demás ,no hablaba mucho, pero en su mente germinaban ideas. Un día, viendo un rehilete mientras caían gotas de lluvia pensó: ¿Y si el agua pudiera venir hasta el pueblo sin cargarla?
Construyó una pequeña maqueta: una noria hecha con madera y bambú, que elevaba el agua para luego llevarla por canales. Lo presentó en la escuela. Al principio, hubo risas. Pero cuando explicó cómo funcionaría, algo cambió. Uno levantó la mano:
—mi abuelo y yo podemos ayudar a tallar las ruedas.
Otro dijo:
—Mi papá sabe cortar bambú.
—mi padre ayudar a medir los niveles —agregó una niña.
La idea de Eusebio fue el inicio, pero fue la cooperación del grupo lo que hizo realidad el sueño. Todos participaron: alumnos, maestros, vecinos. En poco tiempo, la noria funcionaba. El agua llegaba hasta un tanque cerca del centro del pueblo, y desde ahí, a distintos puntos gracias a los canales construidos por muchas manos.
Cuando la gente preguntaba quién lo había hecho, no había una sola respuesta. Porque sí, fue Eusebio quien tuvo la visión… pero fue el trabajo en equipo el que hizo que corriera el agua.
Y así, el pueblo entendió algo aún más valioso que el agua: que cuando se unen talentos, incluso los más callados pueden ser líderes, y los sueños, realidades compartidas.
Qué tal si ahora proyectan la construcción de un pluviómetro, verán que divertido y cuantas cosas se aprenden en el proceso, por supuesto no me pidan ayuda para hacer los cálculos, se trata de que experimenten la emoción de ir resolviendo los problemas en conjunto.
Los alumnos entusiasmados aplaudieron dijeron que le sorprenderían con el resultado.
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