[Intro – tono etéreo, pausado, casi narrado]
Creímos ser los dueños del universo,
la cúspide brillante de la evolución.
Nos miramos al espejo del progreso
y confundimos el reflejo con la perfección.
[Verso 1 – suave, con aire de asombro y crítica]
Hablamos de ciencia, de luz, de razón,
pero apenas comprendemos su dimensión.
Usamos milagros que no sabemos crear,
vivimos rodeados de magia que no sabemos nombrar.
[Verso 2 – más ritmo, tono de advertencia]
Encendemos máquinas, miramos las estrellas,
lanzamos misiles y sondas sin entenderlas.
Y aunque creemos dominar la creación,
no entendemos ni el pulso de nuestro corazón.
[Coro – tono grave y reflexivo]
Arrogancia cósmica, nos creímos inmortales,
jugamos con fuerzas que no comprendemos.
Inventamos un mundo tan artificial,
que olvidamos lo simple, lo esencial, lo verdadero.
[Verso 3 – tono melancólico y filosófico]
Los sabios callan, los necios deciden,
los que gobiernan apenas entienden.
Y así, un botón puede abrir los cielos,
o borrar la historia en un solo destello.
[Puente – crescendo emocional, tono de revelación]
Estamos enredados en nuestra propia madeja,
ciegos de poder, sordos ante la queja.
Pero aún hay tiempo si aceptamos el error,
si reconocemos la ignorancia y buscamos el amor.
[Coro final – más esperanzador, tono épico]
Arrogancia cósmica, aún podemos despertar,
desenredar la mente y volver a pensar.
Si de verdad somos inteligentes,
entonces aprendamos a cuidar,
a comprender, a reparar…
y al fin, a amar.
🌌✨
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