Conversación con mi ángel VI
Cada día y cada obra debes dedicarla a
Dios, no te envanezcas por tus logros ni seas prepotente e indiferente ante tus
hermanos que no alcanzan lo que tu consideras éxito, porque el Señor sabe
cuales son las causas y donde les ha de conducir.
Trabaja arduamente por mejorar tu
mundo y evita caer en la tentación de obtener ganancias haciendo algún mal,
porque tu alma ha de resentirse, el dolor no se apartara y serás victima de tus
propios actos. Tu eres el verdugo de tu espíritu cuando haces lo indebido, no
puedes escapar de tu conciencia, sabedor de lo que has dañado tendrás
remordimientos perdiendo la tranquilidad y la dicha.
El bien te endulza la vida, te da
satisfacciones dejando tu senda libre de angustias, sabedor de que no lastimas
a nada ni a nadie podrás gozar de la paz en tu espíritu y gozar intensamente al
ver que tus obras son buenas y eres capas de compartir la dicha y tus dones con
tus hermanos. Porque ¿de que te ha de servir ser un hombre con grandes
cualidades si no las utilizas para el bien y las compartes con quienes te
rodean? Observa como viven los que en la avaricia se han convertido en
solitarios seres desdichados, faltos de amor y de paz.
No actúes por temor, sino por la
convicción de que eso es lo conveniente para tu espíritu y para tu dicha, deja
que las cosas importantes sean controladas por Dios, que es quien conoce cuales
son las direcciones correctas en la evolución del universo. Aun en tiempos
difíciles has de comprender que hay un sentido y una razón, tu has sido
invitado a presenciar el dolor y la felicidad, la tempestad y la calma, el
desierto y el mar, porque cada elemento y cada suceso tiene un acomodo dentro
de la gran obra de Dios.
Que tu arrogancia no te ciegue y creas
que eres superior a cualquiera de tus hermanos, porque Dios ha otorgado a cada
uno un sello especial de autenticidad y cada ser es irrepetible e irremplazable
en su obra, tu no eres quien para calificar, juzgar o acomodar a tu antojo lo
que el ha determinado.
Ama intensamente la vida y cuanto en
ella existe, disfruta con intensidad que el Señor te quiere feliz y desea que
disfrutes de sus obras, no te limites en tu esfuerzo por compartir esa dicha
con tus hermanos , actúa con bondad, sencillez, pero sobre todo, consciente de
que es Dios quien te ha otorgado la oportunidad de hacerlo y es a quien has de
respetar y amar como un verdadero padre.
Mi ángel se esfumo en la noche y me
dejo dormido soñando con las hermosas playas y los caudalosos ríos con las
increíbles cascadas donde algunas veces se pinta el arcoíris.
Vi peces de colores, aves de hermosos
plumajes, canoras que alegraban los bosques, flores de muchas formas y colores
que con su aroma perfumaban la tierra y gente riendo, gozando de una fiesta, la
fiesta de la vida.
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