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martes, 12 de diciembre de 2017

EL JUEGO

Dicen que yo era un hombre muy competitivo, muy competente, muy competidor y que me he creído siempre muy muy, o sea la chucha cuerera , el cremoso, el Juan Camaney , no les creo, pero cuando el río suena es que agua lleve decían los abuelos.  

Escribiendo en serio, un día fui a las canchas de frontenis con la intención de encontrar a uno de los mejores maestros en ese deporte, tenia excelentes referencias de ese hombre que gano varios campeonatos estatales e incluso uno nacional, pero ya estaba viejo para seguir en las competencias, ahora daba clases sin fines de lucro, simplemente porque le agradaba ayudar a los jóvenes a desarrollarse en un deporte donde nuestro país siempre ha destacado. 

Por ese entonces yo tenia veinticinco años y me gustaba mucho jugar frontenis, había ya vencido a todos mis amigos y me alagaba que dijeran que yo tenia muchas cualidades para llegar a ser un campeón. 

El Pato, como le apodaban, era un hombre de unos cuarenta y cinco años, alto, esbelto, de mirada profunda y voz gruesa pero serena, parecía como si estuviera siempre pensando con calma antes de hablar y eso me agrado porque de inmediato sentí confianza, era la clase de maestro que enseña mientras estudia al alumno y comprende cuales son sus cualidades y defectos, su método se basaba  simplemente  en ir avanzando conforme pasara el tiempo y con los ejercicios adecuados, esa era su forma de enseñar. 

Iniciamos de inmediato mi entrenamiento, las instrucciones fueron :
No intentes colocar la bola, primero aprende a calcular el rebote en las distintas paredes, te voy a mandar largas y cortas para que veas donde te tienes que colocar, depende mucho de eso el controlar el juego, ya iremos viendo el movimiento del brazo, la muñeca, la manera de golpear y otras cosas poco a poco. 
Reviso mi raqueta, me dijo que jugaríamos con las de el porque tenían mejor el encordado y empezaríamos de inmediato, desde ese momento me sentí llegando al campeonato. 

Todos los día llegaba a la clase con entusiasmo, me divertía mucho, lo disfrutaba porque el maestro me hacia esforzarme al máximo pero continuaba diciendo, no intentes colocar, primero aprende a contestar, a calcular, a situarte correctamente, a brincar o correr en el momento oportuno y sobre todo a cuidar de no golpear sin sentido. Cuando te sientas agotado descansa y aprovecha para analizar como juegan otros, observa a los mejores, como corren, golpean, colocan la raqueta, se sitúan en la cancha. Vencer implica no solo técnicas, sino ver donde están los puntos débiles y fuertes del otro competidor, de esa forma planeas tu juego y mantienes el control. 

Pasaron los meses, ya jugaba con otros alumnos avanzados pero las instrucciones eran las de siempre, no intentes colocar, domina la raqueta, los rebotes, tu situación en la cancha, descarga sobre la muñeca el látigo del brazo para que se trasmita a la raqueta. 


Una tarde después de haber estado jugando durante dos horas nos sentamos en las gradas y el maestro me dijo algo que jamás he olvidado y que deseo compartir con ustedes.

El juego nos permite relacionarnos con otras personas, nuestras habilidades físicas y mentales se desarrollan, pero hay algo mas importante, aprendemos a ganar y a perder, a ser respetuosos en ambos casos, comprender que siempre hay quienes nos pueden superar y a quienes superamos. Habrás notado que no permito que coloques las bolas, eso es para que disfrutes el juego y no se convierta en una obsesión por ganar, la primera regla en todo juego debe ser el disfrutar,  gozar de la participación, de la relación que se establece en la cancha con la finalidad de divertirse, ganar o perder depende de muchos factores, pero la competencia es lo de menos, lo importante es compartir un momento agradable con alguien mas, por eso los grandes amigos no son los que siempre ganan, sino los que disfrutan la compañía y hacen del juego una forma de convivencia agradable.  Yo espero que tu hayas aprendido a gozar del juego, no quieras ser un campeón, es mejor ser un buen amigo.

Si aprendes a vivir compartiendo en lugar de compitiendo podrás ser mucho ser mas feliz . 

Esa fue mi ultima clase, otras muchas veces jugamos, siempre en los términos que me enseño, disfrutando del juego. 
                                 JuanAntonio Saucedo Pimentel

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