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El Libro Cuando nació la idea de escribir fue como la tormenta que de pronto aparece en el horizonte anunciando con relámpagos y truenos...

domingo, 9 de abril de 2023

Libre expresión

Fui al  geriátrico cumpliendo con mi labor social, me asignaron el cuidado de don Ruperto, eso me causó un poco de malestar, el viejillo siempre contaba las mismás historias, renegaba hasta de seguir con vida, pero algunas veces me hacía reír con sus chistes para niños.

Don Ruperto me decía:  Cuando inocentemente creí que la libre expresión era un derecho que se respetaba como algo sagrado, dije cosas que me causaron problemas, escribí aquello que me condenó a ser repudiado, condenado a ser calificado como rebelde, inadaptado o loco, cualquiera que no acepta lo establecido sufre esa clase de castigo, sin realizar análisis alguno, sin otorgar la oportunidad para hacer aclaraciones, ponerlo a debate, emitir un juicio con evidencias irrefutables, lo único que importa es que no se extiendan ideas subversivas, argumentos en contra de lo que se enseña para garantizar la continuación de un orden establecido, ya sabes, las normas, las costumbres, a lo que se denomina “una buena educación, cultural y espiritual”.

Culpable soy de ser escéptico por naturaleza, una de mis maestras me calificó de sofista, sin que yo en ese momento supiera su significado. Lo averigüé esa misma tarde, sabiendo que ella lo había dicho pensando que yo utilizo argumentos falsos que parecen verdaderos para confundir a quien me escucha. No lo puedo negar, porque siempre he afirmado que la línea entre lo falso y lo verdadero es muy fina, algunas veces se esfuma en el tiempo y lo que se creyó verdadero resulta ser totalmente falso, discutí con ella en clase de historia, porque a mi parecer no se habían apegado fielmente a los hechos los historiadores, siendo los vencedores los que podrían exponer las cosas de forma parcial, los vencidos pocas probabilidades tuvieron  de narrar los acontecimientos, además las traducciones de los textos podían sufrir alteraciones por las diferencias que se presentan de un idioma a otro en el significado de palabras y en las formas como cada pueblo interpreta los eventos. No podía pasarse la clase discutiendo conmigo cada objeción, de modo que no era extraño que yo terminara fuera del salón y con la advertencia que tendría que ir alguno de mis progenitores para recomendar que se me reprendiera por mi conducta, algo que nunca ocurrió, pero eso produjo malas calificaciones, pésimas recomendaciones, por lo cual no era muy bien aceptado por mis compañeros y maestros, seguramente me pasaban de año con la esperanza de que pronto desapareciera de ese plantel y de su vista.

Permite antes de continuar hacerte una observación sobre este hospital, me parece que es un desperdicio de recursos, los viejos solo damos molestias, somos inútiles, la mayoría abandonados hasta por sus hijos quienes ya tienen sus propias familias, poco tiempo para cuidar de quienes se convierten en un costal de padecimientos, porque vamos perdiendo la vista, el oído, la memoria, todo nos duele, nada nos motiva, en fin, creo que bien se haría con dejarnos ir en paz, pero aquí no se permite la muerte asistida, lo irónico es que la sociedad si admite que los jóvenes sean enviados a la guerra, a morir por tonterías que se les ocurren a los que ambicionan controlar cuanto existe, en fin, mejor prosigamos con lo que estábamos.

En la secundaria fue menor el acoso, se me permitió observaciones, se puso mayor atención en mi desempeño y me enviaron a un grupo especial en el tercer año con alumnos que se distinguían por sus excelentes calificaciones, prometiendo que recibiríamos beca para continuar nuestros estudios en una de las universidades de mejor prestigio de país. Algo que no aconteció haciendo que yo desconfiara siempre de las promesas venidas de cualquier autoridad gubernamental, además de sentir la necesidad de expresar mi descontento, mis reclamos, mis observaciones sobre injusticias y errores que desde mi perspectiva se cometen en la educación. Fue como alimentar el fogón que ya de por sí era peligroso, sobre todo para mi propia seguridad, pero cuando se es joven eso poco importa, la energía sobra, es difícil razonar cuando se lleva la sangre caliente, el corazón destrozado. Mucho nos habíamos esforzado, mi, hermanos, mi madre y yo para obtener esa beca, jamás se ofreció una aclaración para no otorgarla, una disculpa, que de poco hubiese servido para quienes soñamos con obtener un título profesional que nos abriera oportunidades a una mejor calidad de vida, pero el destino tenía preparadas otras sorpresas y gracias a que no otorgaron esas becas fui a Estados Unidos para intentar seguir los estudios, pero como no se cerrar el pico ni callar lo que pienso, escribí algunas cosas que no le gustaron a los primos que, con toda razón, pensaron, si este tipo viene a criticarnos en nuestro propio terreno, que se retorne al suyo. 

Hizo una pausa para decirme que le gustaba una de las enfermeras, pero que ya había olvidado para que servían las mujeres, soltó una risotada y continuó.

De regreso a mi amado territorio me propuse trabajar para labrarme un mejor futuro, eso ayudó a mantenerme entretenido, fue un tiempo en el que no hice comentario alguno criticando o alabando, dedicando mi energía a realizar bien mis labores, las cuales me colocaron en buena posición gracias al apoyo de mis jefes y colaboradores, los hombres cuando trabajamos unidos por objetivos definidos hacemos grandes cosas, logramos alcanzar metas que parecen imposibles. Fue muy grato encontrar el campo propicio para aplicar conocimientos que había adquirido por experiencia y estudiando a empresarios que tuvieron una mentalidad de cooperación, de interés social, que les produjo ,al igual que en mi caso, buenos resultados, tan buenos que llegamos al punto donde las ambiciones y el egoísmo aparecieron, la lucha por alcanzar los puestos más altos no supe manejarlo, fui despedido con el pretexto de que era necesario un gerente con nivel internacional para los objetivos de exportación, buen tiempo para iniciar otro camino, cambio de ruta forzado que me llevo al campo del comercio. Me fue bien, no hay queja, nuevamente encontré los colaboradores, proveedores y clientes que me hicieron progresar, sentir que estaba en campo propicio para realizar algunos proyectos, invertí en otros negocios, todo parecía marchar viento en popa, ya había contraído matrimonios, tenía un hijo al que adoraba aunque no le dedicaba mucho tiempo por andar ocupado en los negocios, pero los vientos cambiaron, se vino la tormenta, sufrí un terrible accidente. Postrado, inmovilizado casi por completo durante mucho tiempo reflexione sobre lo que significaba mi vida, lo que estuve haciendo, la forma en que vivía y llegue a la conclusión que no era precisamente lo que me hacía feliz, ni siquiera lo que deseaba hacer, tenía que cambiar de sendero, seguir mis inclinaciones, deseaba escribir, decir aquello que había callado tanto tiempo, la libertad de expresión si existe, me dije a mi mismo, puedo expresar lo que guste, que sea tomado en consideración o que se ignore es otra cosa, no tengo que ser un profeta o un sabio que encuentre las fórmulas para hacer que se comprenda lo que considero error en el existir, pero no tengo porque callarlo, si estoy cierto qué hay una manipulación del comportamiento que está fuera de control desde hace siglos. Si me equivoco solo será otro intento fallido en el inmenso océano de los errores. De modo que hice algunos escritos donde exponía:

La repetición constante que durante muchos años se ha realizado, con los mismos patrones, enseñanzas trasmitidas de generación en generación, de un espacio a otro del planeta, han marcado un comportamiento que se ajusta a la competencia, al control, a la acumulación, el consumo irracional, la violencia, injusticia, diferencias que impiden al hombre vivir como un ser humano y lo convirtió en un depredador despiadado, incapaz de reconocer el daño que se hace a sí mismo al destruir aquello que mantiene el equilibrio natural, el funcionamiento del sistema que produce y sostiene la vida en el mundo.

Se han ignorado las advertencias, se han mal interpretado a los hombres y mujeres que proclamaron formas de vida acordes al cuidado de todo aquello que sostiene nuestra existencia, se acusó de conformistas a los que predicaban una vida sencilla, austera, apegada al ambiente de cada región, para evitar destruir el medio ambiente.

Pero don Ruperto, el mundo es hoy un mejor lugar para vivir, los grande adelantos en la ciencia y la tecnología nos dan la oportunidad de gozar de una vida cómoda, con ciertos lujos.

No me interrumpas muchacho, deja que termine mi exposición. Me quede mirándolo con atención y continuo:

Lejos de atender esas advertencias y demandas, se hizo lo contrario, los productos naturales se convirtieron en motivo de grandes luchas, de guerras que impulsaron un degenerado proceder, la fabricación de armas cada vez más destructivas, hoy pueden de extinguir la vida en la tierra, algo  vergonzoso para el ser que tiene la capacidad de razonar, de ser consciente de lo que es el bien y el mal. Como pudo llegar  el hombre a esta condición en la que las estupideces se convirtieron en nuestro modo de convivir, cayendo en conductas demenciales, auto destructivas? Siguiendo los patrones de conducta que se han repetido desde que se instauró el poder , la economía, como directores del comportamiento, dejando de lado la razón, la cordura, la prudencia. Nos fuimos metiendo en un callejón sin salida, confundiendo las cosas, deslumbrados por aquello que produce placer efímero, sin comprender cómo utilizar el poder del conocimiento para el bien y no para labrar nuestra destrucción.

Intentando que eso se note, que se extienda la idea de los cambios necesarios he pasado los últimos años, pero los que así pensamos no tenemos como luchar contra los poderes que mantienen el control absoluto. Educación, ejercito, religión, gobierno, medios de comunicación masiva, corporaciones trasnacionales en cuyo control está la mayor parte de la producción y distribución de todo aquello que se considera estratégico en el control social, sociedades financieras, de trasporte, producción de energía, distribución de alimentos, agua, medicamentos, etc., 

La libertad de expresión existe, puedo decir lo que se me antoje, nadie lo impide, simplemente se inhibe su difusión, buena medida para no provocar reacciones que puedan alterar el orden, ya se estarán tomando medidas preventivas para sofocar levantamientos, para minimizar los efectos de cualquier crisis, para eso hay expertos en cada campo, en los sitios donde se tiene la visión amplia, efectiva, inmediata de lo que ocurre en cada rincón del planeta, lo único que  preocupa a  mi y a los escépticos, es que fallen como tantas otras veces y nos conduzcan a un fin desastroso, pero advertencias ya se han hecho muchas en distintas formas a lo largo de la historia sin que hubiese un cambio radical, los cangrejos siguieron caminando de lado siempre, hijos de tigre puntitos , en este caso nietos, bisnietos, tataranietos igual.

Jodidos estamos y así vamos a terminar, espero que lo hagamos sin mucho lamento, nosotros lo buscamos, lo ganamos a pulso, lo triste es que no habrá quien nos entregue el trofeo de ganadores en la competencia de estupidez universal.

Seguiré expresando mi sentir y mi pensar hasta mi fin, ejerciendo mi sagrado derecho a la libre expresión, total, millones lo hacen, miles de millones solo repitiendo los mismos conceptos que les dictan por medio de la publicidad, la informática, bisnieta de los pregoneros, tiene de asesores a los súper sabios, formulando siempre nuevas formas de encadenar al consumo a los incautos, poniendo el grillete del crédito en sus cuellos, conduciéndolos por caminos de angustia, desesperación, ofreciendo su vida a cambio de la liberación, trágica historia que se repite sin interrupciones.

Pedí permiso a don Ruperto para hablar, me lo concedió diciendo, tiene usted la palabra compañero, es libre de expresarse, aproveche el momento para darle sus medicinas para la presión  mientras le advertía que dejara ya de alterarse con esas ideas de querer cambiar el mundo, ciertamente se puede, notar los errores, pero también muchos aciertos, por ejemplo usted está a ahora atendido en un buen hospitalcon excelente equipo médico, doctores especialistas, con medicamentos, todo gratuito gracias a las medidas que ha tomado el gobierno para que las personas mayores y con capacidades diferentes, tengan los medios de subsistencia justos, lo mismo sucede con los niños y jóvenes, hoy reciben becas para que no abandonen los estudios, existen universidades que también dan oportunidad para que gratuitamente los estudiantes alcancen esos títulos en especialidades que van nutriendo de personal mejor preparado todos los campos de producción y servicio de nuestro país, somos uno de los más visitados por turistas de todo el mundo, tenemos una economía sana, estamos progresando en materia de justicia, seguridad, educación, trasporte, que por cierto aquí en la capital es gratuito para los ancianos, quiero decir, para adultos mayores, en fin, hay muchos cosas buenas gracias a que se ha impulsado los cambios desde distintas posiciones y visiones, tal vez no lo ha notado porque está aquí encerrado desde hace varios años por sus padecimientos que, con perdón suyo, los ha propiciado con esa manera amarga de pensar, viendo lo malo sin poner atención en lo bueno.  En ese momento don Ruperto sufrió un paro cardíaco, grite alarmado a los médicos que rápidamente lo atendieron, pero fue inútil, el viejo murió en la camilla mientras lo trasladaba a urgencias y me quede pensando que yo le había clavado una daga al practicar la libre expresión.

JuanAntonio Saucedo Pimentel 





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