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sábado, 8 de abril de 2023

Limpia tu alma

Cirila inicia su día con una manera muy particular de rezar

Pide que Los Ángeles  y santos le ayuden a encontrar a incautos ricos a los que pueda estafar, ella es contadora, le gusta trabajar, pero siempre calculando lo que puede ganar con sucios manejos de las cuentas que ha de pagar o cobrar, sus métodos son efectivos para su fortuna agrandar “para eso estudie” repite sin cesar, soy inteligente , me gusta lo bueno , tengo siempre que ganar, mis empleados son gente que me tiene que adorar, soy su hábil líder que a la cumbre los ha de llevar, si ellos piensan distinto poco le ha de importar.

 Cirila mantiene impecable su hogar, una mansión donde todo está limpio, ordenado, siempre en el mismo lugar, incluso las jergas con que se trapea blancas deben estar, las alfombras dos veces al día hay que aspirar, ella en su aseo personal , tres  veces al día se ha de bañar, los mejores productos acostumbra utilizar, algunas veces quisiera volar para no tener que la tierra pisar, no le importa un comino la otra gente a la que con desprecio suele mirar, para ella son sucios mortales  que poco tienen que aspirar, la razón siempre la tiene ella, su opinión es la que debe contar, aún cuando eso le causa vivir en soledad, quien con semejante mujer se quiere casar?

Cirila tiene la idea que al cielo ha de llegar, porque ángeles y santos le va a ayudar, pero por las noches no puede el sueño conciliar, no está segura de que su alma logre purificar con el fuego del horno donde le han de incinerar, tal vez encuentre la forma del perdón a sus pecados comprar, es cuestión de al precio llegar, por eso en su afán de amasar fortuna no ha de parar, quien pretenda demostrarle lo contrario se ha de equivocar, ella siempre tiene la razón, pase lo que pase, de esa forma va a continuar

Cirila se hizo vieja, su forma de vida la factura le tenía que cobrar, sola, enferma por su mansión se le ve lentamente caminar, rezando devotamente que los angeles y santos le vengan a consolar, su fortuna entre médicos, tratamientos, medicinas la ve esfumar, eso es lo que mas le duele , lo que le va a matar.

A Cirila en su funeral pocos, muy pocos le va a acompañar, ella lo sabía pero no lo pudo remediar,  hay muchos que se alegran de su muerte muy a su pesar, porque ella creía que la tenían que admirar, por ser una mujer triunfadora que a muchos supo dominar, que la pulcritud  que en la vida se empeñó en instaurar, pero  de ella se piensa que de la limpieza en su alma es de lo que se debió preocupar.

Murió y pocas cosas buenas de ella se pueden contar, tal vez exista alguno de sus servidores que de ella se pudo enamorar, pero de eso nada se sabe, tal vez algún día lo puedan relatar, aquí solo queda lo que se ha podido registrar, recomendando a los lectores que se ha de considerar, que lo de Cirila puede parecer exageración, pero con cautela se debe analizar ,de la limpieza del cuerpo, del alma mucho hay que reflexionar. Ella con su ejemplo vino a demostrar, no importa, las apariencias, lo que se lleva en el corazón es lo que ha de contar, admira en la las personas su forma de actuar cuando en su vida cosas bellas puede sembrar, limpia es el alma de los que saben amar.

Amar significa poner al servicio de la vida nuestros mejores sentimientos, pensamientos, esfuerzos, apoyar a todo aquello que signifique bondad, fraternidad, caridad, y en esta última es dar aquello que encierra de bueno nuestro espíritu, perdonando, auxiliando a quienes por una u otra causa caen en niveles de pobreza espiritual, como en el caso de Cirila. Descalificarla, juzgarla, condenarla es sencillo si tomamos en cuenta únicamente su proceder, pero si analizamos su existencia encontraremos las causas.

Fue la última hija de un matrimonio conflictivo, el padre alcohólico dio malos tratos a su madre, a sus cuatro hermanos y tres hermanas que tuvieron una niñez amarga, con carencias de lo más elemental, sufriendo humillaciones, malos tratos, buscando como subsistir cada día, viviendo la angustia, el dolor de su madre, la impotencia para controlar a su progenitor encadenado al alcoholismo.

 En tales circunstancias tuvo que luchar desde temprana edad para sobrevivir, estudiar, salir de esa miseria que le asfixiaba, le mantenía en lugares sucios, en ambientes violentos, contaminados donde lo más bajo de la sociedad se reunía, a pesar de lo cual su madre se mantuvo firme,  trabajando decentemente, realizando tareas, vendiendo quesadillas, buñuelos, gelatinas  para ganar lo necesario y mantener la familia a flote

Cirila hasta los nueve años pudo estrenar zapatos, cuando sus hermanos mayores ya trabajaban, mientras eso sucedía fue víctima de burlas por sus compañeras de escuela, criticada por no cambiarse de ropa, traer sucio su uniforme, injustamente castigada por esos motivos, lo que despertó en ella intensos sentimientos de odio y desprecio a las personas, a todo lo que significa sucio y desorden físico, pero al no recibir muestras de amor, apoyo, ternura, ayuda de cualquier tipo, se hizo dura, intratable, dispuesta a obtener riqueza de cualquier modo, soporto burlas e injusticias, estudiando convencida que ese era el camino para llegar a colocarse en el sitio donde podría obtener lo que deseaba. Fue una época difícil el trabajar y estudiar cuando ya estaba en la universidad, para entonces había descubierto que las personas temen a los poderosos y se inclinan ante los que tiene riqueza sin importar de donde o cómo se obtenga.

Se cerró a todo sentimiento bueno, a los intentos de hombres que la pretendían, porque era una jovencita agraciada, con buen futuro a juzgar por su empeño en los estudios, pero una verdadera roca cuando se trataba de mantener relaciones con sus compañeros o maestros, jamás tuvo verdaderos amigos.

Siempre vivió con la incertidumbre rondando su cabeza, la amenaza de caer nuevamente en ese ambiente de suciedad y pobreza, de vulgaridad, bajeza que difícilmente podría borrar, era un lastre que cargaba sin descanso, la torturaba, le imponía una disciplina en la que todo deseaba limpio, ordenado, controlado por sus deseos sin darse cuenta que era un actitud enferma que le causaba serios problemas con quienes le rodeaban.

Cirila murió sin comprender su equivocado proceder, fue víctima y victimario, intentó vivir como se lo marcó su interpretación de la vida, no la podemos condenar por ello, tampoco ya se le puede ayudar a ver las cosas de distinta manera. 

Muchas veces somos culpables de que ese tipo de personas existan, no les tendemos la mano a tiempo para sacarlos del fango, nos limitamos a criticarlos, juzgarlos, condenarlos sin darnos cuenta que somos parte de su agónica existencia.

JuanAntonio Saucedo Pimentel


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