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miércoles, 11 de junio de 2025

El duende alegre

El Duende de la Flauta de Esperanza


En un rincón escondido del bosque de los Suspiros, vivía un pequeño duende llamado Lirilín.

No era un duende cualquiera: en sus manos llevaba siempre una flauta mágica, brillante como un rayo de luna, suave como el canto del viento.


Lirilín recorría los pueblos, apareciendo justo cuando la tristeza se había sentado en los corazones.

Donde la gente lloraba por una pérdida, donde las sonrisas parecían haberse escondido, donde las decepciones pesaban como piedras en los hombros… allí llegaba él, siempre saltando, siempre cantando.


Una mañana, el pueblo de Vallegris amaneció cubierto por nubes de tristeza.

Las flores no abrían sus pétalos, los niños no querían jugar, los abuelos suspiraban mirando al suelo, y hasta los pájaros habían dejado de cantar.


Fue entonces cuando, desde el sendero brillante, apareció Lirilín.

Sus botas verdes chispeaban de rocío, su sombrero puntiagudo saludaba al viento, y en sus ojos bailaba la chispa de la alegría.


¡Buenos días, Vallegris! —exclamó, dando un salto alegre—.

He venido a regalarles un poco de lo que han olvidado: ¡la fiesta de la vida!


Y entonces, acercó la flauta a sus labios.

Las primeras notas comenzaron a danzar como mariposas de colores.

No era una simple música: cada nota llevaba un secreto susurro:


“No te rindas.”

“Todo pasa.”

“El sol siempre vuelve.”

“Hay un universo de esperanza.”

“La vida sigue siendo hermosa.”


Poco a poco, los rostros comenzaron a iluminarse.

Los niños salieron corriendo con los brazos abiertos.

Los abuelos alzaron los ojos y sonrieron como si recordaran viejas canciones.

Los pájaros volvieron a cantar, acompañando la melodía mágica.


Pronto, todo el pueblo estaba bailando.

No por olvidar las penas, sino por recordar que la vida siempre trae nuevos amaneceres.


Lirilín giraba en medio de la plaza, tocando su flauta mientras giraban las parejas, reían los niños y aplaudían los abuelos.


Y mientras el sol caía lentamente, dejando un cielo naranja y dorado, el duende dijo:


“Donde haya dolor, llevaré música.

Donde haya desánimo, llevaré esperanza.

Donde la oscuridad intente quedarse, yo soplaré mi flauta mágica…

porque la vida siempre merece ser celebrada.”


Con un último salto alegre, Lirilín desapareció en el camino brillante, buscando el próximo lugar donde su música pudiera corazones rotos curar..


🌟 FIN



🎵 La Canción de Lirilín, el Duende de la Esperanza 🎵


Estrofa 1


En el bosque encantado, al amanecer,

vive un duende pequeño que sabe entender.

Cuando el mundo suspira y la pena es sin fin,

llega con su flauta nuestro Lirilín.


Coro


🎶

Baila, baila, que la vida es canción,

aunque duela el camino, late el corazón.

En sus notas hay consuelo, hay un rayo de sol,

Lirilín nos recuerda que siempre hay amor.

🎶


Estrofa 2


Si perdiste algo bello, si ya no crees,

si la sombra te cubre y no sabes qué hacer,

escucha la flauta, déjate llevar,

hay un universo que vuelve a brillar.


Coro


🎶

Baila, baila, que la vida es canción,

aunque duela el camino, late el corazón.

En sus notas hay consuelo, hay un rayo de sol,

Lirilín nos recuerda que siempre hay amor.

🎶


Puente (cambio suave de ritmo, como un susurro)


No te rindas, sigue andando,

cada día es un milagro.

Tras la lluvia siempre llega

un nuevo cielo azul…


Coro final (más alegre, todos cantan)


🎶

Baila, baila, que la vida es canción,

aunque duela el camino, late el corazón.

En sus notas hay consuelo, hay un rayo de sol,

Lirilín nos recuerda que siempre hay amor.






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