por los senderos de mi corazón,
la tierra me habla, la voy escuchando,
escribo con alma, con calma y pasión.
Escribo un poema despacio,
Recorriendo su espacio,
Gozando su alegría,
En este nuevo día que vengo cantando
Amo su silencio, su voz escondida,
sus días de oro, sus noches sin fin,
y en cada palabra que brota en mi vida,
le entrego mi pecho, mi verso y mi raíz.
Coro:
¡Ay tierra hermosa, novia de mi canto!
Donde fui creciendo con sol y sudor,
si un día me muero, que sea en tus brazos,
como una semilla, con fe y con amor.
Mi último verso será tu plegaria,
mi oración sincera de eterno trovador.
Luz que me guía, amante de siempre,
con cada alborada me enseñas a amar,
sigues dibujando caminos celestes,
dejando en mi alma tu huella inmortal.
No hay cosa más bella que esta doncella,
que es mi tierra noble, mi madre, mi altar,
ella me abraza, me lleva en su estrella,
¡y será mi cama cuando ya no esté más!
(Coro final)
¡Ay tierra hermosa, novia de mi canto!
Donde fui creciendo con sol y sudor,
si un día me muero, que sea en tus brazos,
como una semilla, con fe y con amor.
Mi último verso será tu plegaria,
mi oración sincera de eterno trovador…
¡a esta tierra amada que es un primor!
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